PROFECÍA ARGENTINA

Todos los males financieros, económicos y políticos, puestos de manifiesto en la Argentina en los últimos diez años, se han expresado hoy en el planeta o al menos con más energía en el hemisferio norte, multiplicado por mil. Un corralito global está en vigencia en el mundo. ¿Casualidades? Lo que estalla ahora en la city financiera global, antes estalló entre nosotros. Es la burbuja del dinero improductivo y que los bancos en su afán de lucro indefinido, se desbordan violentamente. Cada tanto tienen que echar mano compulsivamente de los dineros populares. Hasta unos minutos antes lo hacían con brillantes campañas publicitarias. Hoy los gobiernos corren en auxilio de aquellos que los hunden en las tinieblas. Claro que muchos de estos funcionarios gubernamentales son empleados de lujo de esos capitales y están para eso. Igual que en la Argentina, pero más. Aquello fue todo un anticipo de una lógica letal y una metodología de resolución a favor del perjuicio. A la humanidad, a los hambrientos y famélicos del mundo, no se los cuida, protege y “salva” como a la banca. La payasada de las campañas contra el hambre organizadas por esa misma banca, luego de semejante deschave no tendría que poder reclutar a nadie. Quedarían solamente los burócratas a sueldo. Todo el saqueo que en definitiva le están haciendo ahora, ya, a los habitantes de los países sede de los principales centros financieros de la usura, a valores reales serviría para paliar el hambre en forma prolongada en gran parte del planeta. La contundencia de las medidas y la rapidez de los salvatajes, no hacen más que confirmar lo monstruoso de la elección entre la vida y la muerte. Después de los acontecimientos del año 2001 en la Argentina, el sistema bancario local, aún hoy no ha podido recuperar la relativa confianza, que tenía hasta un día antes del colapso en que todos los depositantes se presentaron al mismo tiempo a cobrar lo suyo. Los sucesivos gobiernos de la época, que obviamente incluye especialmente a los Kirchner, establecieron como prioridad uno la protección de la banca. Esto era observado por millones de víctimas. En el mundo de hoy, los atónitos observadores son cientos de millones. Lucidez la del berlinés Bertolt Brecht cuando decía “si quieres robar, compra un banco” o que el delito de robar un banco no es nada comparado con fundarlo.