USURA Y NARCOTRÁFICO

Estas parecen ser las delicias que pueblan con supremacía el degradado horizonte “político” nacional. Nadie podía imaginar hace tan solo un año, el cariz que ha tomado la realidad argentina cotidiana. Un presente alucinante, que todas las mañanas nos despierta con una nueva bofetada y que todos nuestros connacionales reciben a manera de ofensa, pero también de advertencia y alerta. A poco de andar se va a hacer hábito escuchar y ver lo que ninguna ficción se imagina en relatar. Se dice demasiado habitualmente, que la realidad supera la ficción. No solo ha sido confirmado ampliamente, los eternos fabricantes de conspiraciones se han quedado sin espacio físico. En general todos los medios gráficos, radiales o televisivos han quedado chicos para contener la catarata de novedades diarias y se les hace difícil seguir el ritmo y velocidad de las mismas. Una suerte de competencia desleal les ha aparecido. La conspiración institucional generalizada se ha apoderado de todo, con la intención de legalizarse y legitimizarse. Frente a una realidad que niega y desdice todas las justificaciones oficiales sobre su marcha, este está decidido hace bastante, a conspirar contra ella en una feroz competencia. El vale absolutamente todo, como mensaje y testimonio desde el poder, lo explica ampliamente. La crónica diaria de los acontecimientos vinculados al narcotráfico y el poder, nos releva de mayores análisis. Los pagos comprometidos con la usura y los nuevos "préstamos" pactados, están señalando la naturaleza de esta gestión en todo su significado. De los últimos treinta años, este es el gobierno que más fondos ha girado al exterior en concepto de pago de la deuda externa, la mayoría de ella falsa e ilegal. La electoralización anticipada y excesiva de la política, obedece a un notorio propósito diversionista.