A partir de hoy comienza en la legislatura nacional el primer tramo de la instancia resolutiva por el conflicto con las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Se sabrá que nivel de resistencia pueden llegar a soportar determinados legisladores, en la mayoría de los casos en que no obre una formada conciencia política y una sólida y coherente práctica legislativa. Se sabrá a que le tienen más temor, si a la presión política y social de sus coterráneos o si finalmente pudo más el encuadramiento piquetero oficialista en toda sus variantes, incluida la prebendaria. Que están dispuestos a resignar: si una cierta armonía con su terruño que quizás les signifique la continuidad política o las muy esquivas mieles de un poder que todos los días se empeña un poco más en acortar la fecha de su propio vencimiento. El lúcido ex gobernador por Buenos Aires Felipe Solá fogonea un deliberadamente incompleto proyecto de ley, por mencionar el que más ha circulado, ¿se constituirá en la punta de la salida al conflicto? Quizás todo sea solamente dilatorio. Borges siempre decía que si hay algo de lo que nadie se arrepiente jamás en la vida, es el hecho de haber sido valiente. En las situaciones límites todas las conductas están en efervescencia. Valentías iniciales para traiciones finales y viceversa. Porque tampoco se trata de intentar quedar bien con todo el mundo, y terminar quedando mal con todos y sobre todo con uno mismo. Las instituciones han quedado muy chicas en la Argentina para resolver este conflicto, que es profundamente popular. Y no precisamente por falta de espacio físico. Los síntomas de cansancio y agotamiento están a la vista. Es la naturaleza profunda de todas las herramientas políticas del gobierno, el estado y las propias instituciones u organizaciones sociales, políticas, económicas, laborales, etc. las que están cuestionadas y autocuestionadas. La política, como reconocimiento y diálogo con la alteridad, ha estado demasiado tiempo ausente en la Argentina de las últimas décadas. Siendo optimista, creo que se está reinstalando nuevamente. Bienvenida sea.
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
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