Por Elizabeth Peger/El Cronista.- La movilización será a Plaza de Mayo y culminará con el discurso de Schmid. Los grandes gremios de servicios limitarán su participación luego de cuestionar la protesta
Frente a un Gobierno envalentonado por el respaldo electoral de hace 10 días y en medio de una fuerte crisis interna que hace crujir su propia unidad, la CGT ofrecerá hoy una nueva demostración de fuerza, esta vez en la forma de una marcha que culminará en Plaza de Mayo, para renovar su rechazo a la política económica de la administración macrista y plantar bandera contra la avanzada reformista de la legislación laboral y previsional que la Casa Rosada apuesta a poner en marcha superada la instancia electoral de octubre.
La protesta, que abrió grietas en el seno mismo de la conducción cegetista, donde importantes sindicatos reclamaron su suspensión, generó el repudio generalizado del Gobierno que la juzgó de extemporánea y la enmarcó en la pulseada electoral, con lo que apostó de lleno a resquebrajar su legitimidad política ante la sociedad, justamente el principal temor que sacude los intereses sindicales.
Pese a la determinación de los grandes gremios de servicios (gordos) de reducir su participación a la mínima expresión, la movilización se anticipa masiva. Los sectores más combativos de la central, referenciados en el moyanismo, apostaron fuerte al acercamiento con las dos CTA y los movimientos sociales, apoyo que descuentan garantizará la foto multitudinaria de la plaza que aguardan llevarse. El moyanismo, además, hegemonizó la organización de protesta y dispuso ubicar estratégicamente a centenares de camioneros rodeando el escenario central para prevenir incidentes. El desafío es evidente: evitar que se repitan las bochornosas imágenes del cierre de la movilización del 7 de marzo, cuando en medio de los abucheos a los miembros del triunvirato de conducción cegetista, agrupaciones de izquierda y simpatizantes K coparon el escenario al grito de "paro ya".
Justamente a diferencia de esa protesta, en la que la multitud aguardó en vano y molesta que los discursos de Carlos Acuña, Juan Carlos Schmid y Héctor Daer anunciaran la fecha de una huelga nacional, para hoy se prevé que una sola voz, la de Schmid, exprese el rechazo sindical a la política económica oficial. Todo un síntoma de la pulseada abierta puertas adentro de la central por la unción de un liderazgo unipersonal.
Sin embargo, desde la primera plana cegetista aseguraron ayer que no esta previsto el anuncio de un nuevo paro general durante la protesta. "No hay consenso para avanzar más de la cuenta, se puede romper todo", apuntó un importante referente a este diario. Esa definición quedará en suspenso hasta bien entrado septiembre, cuando está prevista la convocatoria a un comité confederal para fijar los alcances del plan de acción cegetista después de la elección de octubre.
La movilización arrancará un rato antes del mediodía cuando las principales columnas de los gremios de la CGT, junto a los movimientos sociales y las organizaciones nucleadas en las dos CTA comiencen a concentrarse en distintos puntos de la Avenida 9 de Julio. Desde allí marcharán un rato después a la Plaza de Mayo, donde a las 15 está previsto el acto final con las palabras de Schmid y el anunció de un petitorio que la dirigencia gremial elevará al Gobierno.
