Foto Adalberto Roque/AFP |
Por Vatican Insider/Aleteia.-
Para asistir a la Misa los católicos deben ser fichados
Es muy sencillo el altar que espera a Papa Francisco en la Plaza de la Revolución, en donde celebrará la Misa, bajo el retrato de su compatriota Ernesto “Che” Guevara. Un palco amarillo, un techo blanco, una silla de madera oscura y terciopelo rojo. Encima de todo, una cruz esencial.
Alrededor todo está lleno de símbolos de la revolución, “Hasta la victoria siempre”, el monumento a José Martí, se mezclan con carteles que dan la bienvenida al Papa a Cuba, y una gigantografía, sobre el Teatro nacional, con la imagen del Santo Padre lavando los pies de los olvidados, en la que se le acoge como “Misionero de la Misericordia”. En este sitio, el régimen castrista espera recibir dos dones: el impulso para convencer a Estados Unidos de cancelar el bloqueo, después de haber retomado la relaciones diplomáticas, y un mensaje político que salve, cuanto menos, las intenciones de la revolución, si no sus resultados.
“Como nuestro padre”
Alejandro vino con su guitarra, bajo un pirotécnico cielo tropical, para ensayar con los chicos del coro las canciones de la Misa: “Los organizadores diocesanos fueron muy claros: quieren solo música cubana. Y nosotros estamos felices de tocarla”.
Tiene 30 años, lentes, barba corta. Su esposa está a su lado. Se podría pensar que se trata del animador de un oratorio italiano: “En nuestra vida ya hemos tenido la fortuna de ver a dos Papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero no oculto que esta vez es diferente. A Francisco lo sentimos mucho más cercano. Será porque es latino, porque habla español, porque viene de nuestra cultura, pero es como encontrar a nuestro padre. Y luego está todo lo que ha hecho”.
¿O sea? “La apertura con Estados Unidos. No sé si se entienda bien fuera, pero para nosotros significa que la vida ahora puede cambiar de verdad. Y sabemos que no habría sucedido sin él”.”Habrá un mar de gente”
Alejando cree que habrá “un mar de gente, sobre todo jóvenes. Muchos más de los que se esperan las autoridades”. Claro, las autoridades. Quieren que la visita se aun éxito, pero no demasiado. Estiman que participarán en la Misa entre 150 y 200 mil personas.
El número es bajo, según las fuentes vaticanas, pero hay una razón que podría convencer a muchos fieles a ver a Francisco desde su casa por la tele. Para tener el boleto hay que dar nombre, apellido y dirección: “En otras palabras -dice una fuente que trabaja en la organización- será como fichar a la gente. Entonces, los católicos tendrán que elegir si profesar su fe abiertamente, escribiéndola negro sobre blanco, con el riesgo de ser vigilados y tal vez discriminados, o bien cultural en la intimidad, como han hecho durante más de medio siglo”.
La duda de siempre: seguir la estrategia del cardenal de La Habana, Ortega, que nunca ha desafiado al régimen, porque para él era más importante mantener abiertas las Iglesias y los seminarios, o desafiarlo
Hablando por teléfono desde Miami, Ofelia Acevedo, la viuda del disidente católico Oswaldo Payá, indicó una vía posible: “El Papa es un líder religioso, y viene a Cuba por motivos espirituales. Su pastoral, sin embargo, está muy concentrada en los pobres, y en la isla, desgraciadamente, verá muchos, creados por más de medio siglo de dictadura”.
Ofelia no pide que Francisco haga gestos clamorosos: “No, nada. El Papa es una persona muy sabia, conoce muy bien la situación, y dirá todas cosas justas. El cambio en Cuba no puede llegar desde fuera: lo deben hacer los cubanos. Pero es importante que sientan la cercanía de un pastor como Francisco, porque esto les hará comprender que no están solos, y les dará la valentía para vivir la fe sin miedos”.
En agosto, cuando fue de visita el Secretario de Estado Kerry, Ofelia le pidió que pidiera a las autoridades cubanas la autopsia de su esposo, Oswaldo, que nunca fue publicada para no responder a las sospechas sobre su presunto asesinato.
Pero al Papa no le pedirá ni siquiera esto: “Ya sabe todo, no es necesario”
El discurso en Bolivia
Fuentes diplomáticas indican que el régimen quedó sorprendido por el discurso que pronunció Francisco en Bolivia, ante los Movimientos populares, y esperan que lance un mensaje semejante también desde Cuba. Tal vez sin absolver a la revolución, pero reconociendo que sus intenciones no eran malvadas, y que no es todo reprobable.
También esperan que el Papa, entre la etapa en La Habana y la de Washington, presione a los parlamentarios de Estados Unidos para que cancelen las sanciones económicas. La ex-“speaker” de la Cámara, Nancy Peloso, durante una reciente visita a la isla, explicó que no se haría todo junto, sino poco a poco, con pequeñas leyes para cada medida.
Sin embargo, la bloggera Yoani Sánchez advierte que el Papa tendrá que hacer equilibrios diplomáticos muy delicados “para obtener las cosas que quiere para la Iglesia y la población, sin correr el riesgo de ser instrumentalizado por el régimen”.
Las Damas de Blanco, parientes de los prisioneros políticos que se reúnen todos los domingos en la Iglesia de Santa Rita en Miramar, van más allá y piden concesiones a cambio del diálogo. El régimen, por ejemplo, liberó a 3.522 detenidos comunes para celebrar la visita, pero justo el domingo pasado arrestó a unas 50 personas durante la procesión de las Damas de Blanco. Francisco lo sabe. Y también irá a ver a Fidel, pero sin olvidar la historia y, sobre todo, sin perder de vista el futuro.
Escrito por Paolo Mastrolilli en Vatican Insider