Por Horacio Minotti, Director periodístico/GAZETABA.-
A principios de esta semana recibieron una encuesta propia que indica que la candidata a gobernadora de CAMBIEMOS, se impondría por mas de tres puntos a Aníbal Fernández. La presidenta montó en cólera y se decidió comenzar un proceso de desgaste de su imagen.
No fue casualidad el ataque de la presidente Cristina Fernández sobre la candidata a gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal. En realidad fue apenas una mínima válvula de escape de su ira, dado que pocas horas antes recibió una encuesta encargada por la propia Casa Rosada, que indicaba que la candidata de CAMBIEMOS se estaría imponiendo en el distrito bonaerense por 3,33% a su delfín, Aníbal Fernández.
El trabajo de medición fue realizado por una empresa que hace años trabaja para el kirchnerismo y que le resulta perfectamente confiable a Cristina, y es sabido, nadie quiere ser el cartero de las malas noticias, habitualmente tal encuestadora “acomoda” números más favorables a los que luego arrojan las urnas.
La presidenta disparó sobre Vidal por su presencia junto a los inundados los días en que las lluvias eran copiosas y el candidato presidencial Daniel Scioli paseaba por Cerdeña, mientras Cristina, según la propia información oficial “monitoreaba desde Olivos”, que es lo mismo que decir que miraba la tele calentita en la cama.
Elípticamente la mandataria manifestó que le parecía “obsceno” que alguien “se disfrace los días de lluvia”.
Vidal respondió tajante: “obscena fue su ausencia”. Pero más allá del intercambio de munición de fogueo, la presidenta está iracunda, y uno de sus referentes estratégicos más escuchados, sugirió comenzar un proceso de desgaste de la imagen de la candidata. GZT no pudo observar la encuesta en vivo y directo, porque las fuentes de la Rosada que facilitaron la información están evitando por estos días tomar contacto directo con nadie que no sea kirchnerista, pero debemos decir que dicha fuente es indubitable.
Tanto Cristina como sus colaboradores más cercanos pusieron también el grito en el cielo contra Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados y ex rival de Aníbal Fernández en la interna del FpV provincial. Lo acusan de no hacer absolutamente nada para retener sus votos dentro del kirchnerismo y que el crecimiento de Vidal se debe justamente, a que muchos electores que prefirieron a Domínguez, hoy se inclinan por la candidata de CAMBIEMOS y no por el jefe de gabinete. Sospechan de una presunta “sugerencia” del Vaticano con el que el precandidato a gobernador eliminado en las PASO tiene una relación cercana: para la Santa Sede, Fernández sería un límite infranqueable.