Por Carlos Tórtora/El Informador.-
El hecho de que Máximo Kirchner haya quedado en el centro de los escándalos de corrupción afectó la interna del cristinismo. El semanario brasileño Veja informó que, junto a la actual embajadora ante la OEA, Nilda Garré, compartían cuentas bancarias en Estados Unidos y las Islas Caimán por un monto total de casi 62 millones de dólares.
Según indicó la revista, en base a informaciones de un especialista americano en investigaciones financieras, “la primera cuenta, número 00049859852398325985, fue abierta en octubre de 2005 en Felton Bank, a nombre de la empresa Business and Services IBC, con sede en el paraíso fiscal de Belice”.
Según indicó la revista, en base a informaciones de un especialista americano en investigaciones financieras, “la primera cuenta, número 00049859852398325985, fue abierta en octubre de 2005 en Felton Bank, a nombre de la empresa Business and Services IBC, con sede en el paraíso fiscal de Belice”.
Ayer CFK mostró haber sentido el golpe, por el tono y las expresiones que tuvo durante su discurso para replicar el exitoso paro liderado por Hugo Moyano, Pablo Micheli y Luis Barrionuevo. Lo que preocupa en especial al gobierno es que el ataque parece continuar -por su fuente, Veja- a las anteriores acusaciones de este medio sobre las conexiones entre los regímenes de Venezuela, Irán y Argentina. En el kirchnerismo dan por descontado que fuentes del Departamento de Estado están detrás de la embestida. Axel Kicillof, en particular, estaría preocupado por las vinculaciones que el mal humor en Washington se haría sentir contra Argentina. La Corte de Apelaciones del Segundo Distrito de Nueva York postergó para esta semana la audiencia para que Argentina presente los fundamentos contra la declaración de “desacato” del juez Thomas Griesa. La audiencia está prevista para que los abogados de Argentina presenten los argumentos de la apelación que formuló el Estado nacional contra la declaración de “desacato” que dictaminó el juez Thomas Griesa el 29 de septiembre del año pasado.
Lo cierto es que la apelación argentina por el desacato tiene probabilidad de aceptación casi nula. Por supuesto que, para demorar, la Argentina intentará un certiorari ante la Corte Suprema, pero o la Cámara no hará lugar o la Corte lo rechazará sin más trámites. Con el desacato firme, el Juez Griesa debe pedirle un informe al mediador Daniel Pollack, quien manifestará que el país no quiere negociar. A partir de esto, el Juez tendrá que dar intervención al Solicitor para evaluar las sanciones.
Quedan en tanto pendientes en la Corte Suprema de Washington dos apelaciones de la Argentina, referidas a que el Banco Nación y el Banco Central, ambos son “alter ego” del Estado. Si se confirman los fallos de Griesa, si bien los activos de esos bancos no son embargables en USA (por la FSIA) sí lo son fuera de USA, con lo que los holdouts pueden volver al Banco de Ajustes de Basilea con la sentencia en la mano para embargar las reservas. El mayor temor del cristinismo es que el verdadero golpe venga por este lado, lo que podría poner en riesgo la pax cambiaria que el gobierno viene manteniendo con gran esfuerzo y un trabajoso sistema de controles.
Scioli a fondo
A todo esto, en el frente interno, Máximo Kirchner optó por tomar la iniciativa, rechazando las acusaciones pero a la vez reafirmando que el kirchnerismo busca polarizar la elección presidencial con Mauricio Macri, ya que lo comparó con Fernando de la Rúa, obviamente por su alianza con la UCR y la Coalición Cívica. Daniel Scioli también aprovechó, en este caso, para defender a Máximo y demostrar que no está dispuesto a aparecer en la interna del Frente para la Victoria como el líder del peronismo no kirchnerista, como esperaban algunos sectores del peronismo disidente. El creciente acercamiento entre el gobernador y el Secretario General de la Presidencia, Eduardo Wado de Pedro, apunta en esta dirección: Scioli no quiere arriesgarse a que Florencio Randazzo, su eventual rival en la primaria, reciba el apoyo del ultracristinismo.
Así las cosas, ayer volvió a hablarse -a partir del ataque por las cuentas a Máximo y Garré- de que la respuesta presidencial será no sólo ser candidata al PARLASUR, sino colocar a un miembro de La Cámpora como vice de Scioli, sin excluir de la lista de preseleccionados a su propio hijo. Las gestiones personales de Scioli y otros altos funcionarios para que el fiscal federal Carlos Stornelli no pida la indagatoria de Máximo en la causa Hotesur también tienen que ver con este proceso. Si en las próximas semanas el juez federal Claudio Bonadío avanzara contra la familia presidencial, esto aumentaría las chances de Máximo de ser ungido para una candidatura de primer nivel.
A dos meses de que se venza el plazo para la presentación de las precandidaturas para octubre, los estrategas de la campaña oficialista dan por hecho que ya no hay tiempo para que se produzca una fisura en el PJ. Scioli, el único capaz de motorizarla, se alineó con La Cámpora, y el resto de los gobernadores moderados, como Juan Manuel Urtubey (Salta) y César Gioja (San Juan) están demasiado preocupados por conservar el poder en sus provincias. Paradójicamente, aunque está asediado desde el exterior, el kirchnerismo se encuentra cada vez más convencido de que ya no hay posibilidad alguna de fractura en el PJ. La Cámpora puede, entonces, abalanzarse sobre las listas de candidatos con mayor tranquilidad de que no habrá resistencias importantes. La candidatura de Mariano Recalde a Jefe de Gobierno porteño es una prueba de ello.
