Por Carlos Burgueño/Ámbito.- "Seconds Out". Paul Clement, sonriente, usó esta frase común en los Estados Unidos para definir que ya está todo listo y se debe salir a escena; y se despidió anoche telefónicamente de Carmine Bocuzzi y Jonathan Blackman, los dos abogados del estudio Cleary Gotlieb Steen & Hamilton (CGS&H), los tres abogados que representan a la Argentina en el juicio contra los fondos buitre.
El primero estaba en Washington y los segundos, en Nueva York (Bocuzzi viajará hoy a la capital norteamericana). Los tres terminaron de ensayar los cuatro posibles escenarios que desde hoy y hasta el lunes próximo se le pueden presentar al país y los primeros pasos para dar inmediatamente conocida la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos ante el "juicio del siglo", que desde esta mañana comenzará su definición. Clement se mostró particularmente conforme con las últimas gestiones, y con la información que le llegó (muy escueta, aún para un exprocurador de los Estados Unidos), desde la propia Corte Suprema. "Aún tengo amigos", aseguraba el exfuncionario de George W. Bush a sus interlocutores de Nueva York.
El de ayer fue, en realidad, el último día en que Clement, y su contrincante (abogado del fondo buitre Elliott) Ted Olson pudieron desplegar todas sus herramientas de lobby. Curiosamente ambos son bastante amigos, y se conocen del partido republicano. Mientras Clement llevó adelante la relación entre Bush y la Justicia norteamericana, Olson fue el defensor personal del expresidente en la disputa que tuvo para vencer en los tribunales la elección en 2000 contra Al Gore. Ahora las circunstancias los ponen frente a frente y, de esto no hay dudas, ambos demostraron ser absolutamente profesionales y leales ante quienes los contrataron en esta instancia.
Enseñanza
Lo de esta semana de Clement y Olson fue en realidad una escuela de cómo hacer lobby ante los poderes norteamericanos. El primero se movió con sus contactos ante la Corte, buscó información que les sirviera a los abogados de CGS&H, se movilizó ante el ahora solicitor general Donald Verrilli y sirvió de anfitrión a la delegación de legisladores multipartidarios que viajaron a Washington para presentar una posición común y el "juicio del siglo" como una política de Estado ante sus pares norteamericanos. Hizo, además, las gestiones para que los diputados y senadores argentinos sean recibidos por el republicano y presidente de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, Spencer Bachus, conocido por militar contra los fondos buitre desde siempre. Clement, además, hizo esta semana otro movimiento importante.
Se contactó con la Cámara de Representantes de Nueva York, la misma que falló por unanimidad en contra del país el año pasado, para aclarar algunas cuestiones sobre eventuales decisiones que tome la Corte y que demoren la resolución del caso.
Mientras el defensor de la Argentina hacía estos movimientos, Olson concretaba los suyos. El abogado del fondo buitre NML Elliott contactó a sus propios legisladores amigos en el Congreso norteamericano para contrarrestar la embestida de los legisladores argentinos. Habló personalmente con Connie Mack, diputado por Florida en el Congreso norteamericano, impulsor de una ley para sancionar a la Argentina desde el Legislativo de EE.UU. por el default y quien alguna vez llamó a derrocar por la fuerza a Hugo Chávez, para establecer una estrategia que eclipse los movimientos de los argentinos en el Capitolio. Mack, confeso ultraderechista, le debe esos favores a Paul Singer. Éste fue uno de sus principales financistas durante la campaña electoral que hace dos años lo llevó al Congreso.
La tarea de Mack será, en el caso en que la Corte decida consultar al Gobierno de los Estados Unidos, reimpulsar en la Cámara de Representantes de Estados Unidos un proyecto de ley; éste promueve, entre otras cosas, el bloqueo de créditos a la Argentina y la inhibición de su acceso al mercado de capitales norteamericano, como recurso para evitar "nuevos casos de defraudación"; según la justificación del proyecto que el año pasado presentó el legislador de la Florida.
La decisión de la Corte podría demorar. Desde hoy el tribunal comenzará a publicar en su página de internet el listado de casos que el tribunal acepta sin mayores debates tomar en análisis para emitir un fallo definitivo. Según los observadores, la Argentina tiene sólo un 5% de posibilidades para que el tribunal incluya al "Juicio del Siglo" en el listado.
Tiempos
Lo más probable es que la Corte se tome hasta el próximo lunes y allí anuncie si le pide o no su opinión al Gobierno de Barack Obama. Si no toma ni una decisión ni la otra, serán malas noticias para la Argentina, ya que el fallo de segunda instancia en contra del país quedará firme. Clement evaluó ante los legisladores argentinos otras dos opciones: que la Corte tome como gesto extraordinario unos días más para su resolución, o toma el caso, pero exige una rueda de negociaciones en la segunda instancia judicial de la Cámara de Nueva York como gesto para encontrar una solución común.
Todos los casos, menos la decisión de rechazarlo o dejar las cosas como están, serían positivos para la Argentina, ya que le darían tiempo al país para que defina la situación ya en 2015. El próximo año caería la cláusula RUFFO y el país no estaría obligado a reconocerles a los inversores que entraron al canje el mismo dinero que les pagaría a los fondos buitre.
Ayer el mercado se mostraba optimista en Buenos Aires. Federico Tomasevich, de Puente Hermanos, aseguraba que a esta altura al fondo buitre Elliott le conviene tanto como a la Argentina la opción negociadora que se abriría desde enero de 2015, ya que el fondo buitre estaría comprendiendo que sería la forma más justa y rápida de cobrar un dinero que por la vía judicial parecería imposible que consiga. Según Tomasevich, el próximo año los holdouts aceptarían negociar un acuerdo similar al que el Gobierno cerró con el Club de París hace 10 días.
Para Consultatio Asset Managment, que en su último informe coincide en la existencia de los tres escenarios posibles (la Corte toma el juicio, lo rechaza o consulta al Gobierno de Obama), y anticipa en su último informe privado, que en el caso de las dos últimas alternativas se daría una negociación directa con los holdouts "post diciembre de 2014". La entidad de dirige Eduardo Costantini, si se diera el escenario de un rechazo del caso por parte de la Corte, "los bonos más afectados serían los de ley extranjera".