Por Andrés Beltramo Álvarez/Vatican Insider.-
Entrevista con el ex vicepresidente argentino Julio Cobos, que visitó a Francisco el miércoles pasado en el Vaticano
Un personaje político. No partidista, pero sí un ejemplo de la más alta política. Así ven a Francisco los líderes sociales de Argentina. Al menos, eso piensa el ex vicepresidente Julio César Cobos, quien saludó al pontífice el miércoles pasado en la Plaza de San Pedro. En entrevista con el Vatican Insider no dudó en precisar: “Bergoglio es muy consciente de los problemas de su país”.
“Ehhh Cobos, sigue bailando…”, exclamó el Papa cuando lo vio en El Vaticano. “Sí.. con la más fea”, le respondió el actual diputado. Ambos se referían a los problemas que tuvo el político consecuencia de su voto en 2008 contra una ley de su mismo gobierno, un episodio que marcó su carrera para siempre.
El también ex gobernador de la provincia de Mendoza se hospedó en Roma dentro del Vaticano, en la Casa Santa Marta, la misma residencia del pontífice, con quien se cruzó varias veces en el comedor.
¿Qué mensaje manda a la Argentina en este tiempo tan particular?
Los mismos mensajes que manda al mundo, pero siendo argentinos para nosotros es ya una figura política, además de espiritual, importante. Comparte con la presidente y con el resto de los políticos las primeras planas en los medios, de hecho es el Papa y el resto. Todos los días seguimos sus noticias y nos sentimos orgullosos, porque sabemos que está transformando la Iglesia pero que al mismo tiempo es un Papa inquieto, que no se queda sólo con lo espiritual. Está preocupado por muchas cosas injustas del mundo.
Hay mucho desfile de políticos argentinos últimamente acá en El Vaticano.
¿Paga mucho la foto con el Papa?
En mi caso pensaba venir cuando asumió, pero él dijo que mejor no vengan y donen los gastos que hubiesen tenido. Pero eso no vine, entendí el mensaje. Después pasó casi un año y había programado para estar el 28 de noviembre, pero mi suegra estaba muy enferma y falleció hace un mes, así me vi obligado a posponerlo. En el caso de los argentinos, se ve que está viniendo todo el mundo, desde los hinchas de San Lorenzo hasta los políticos.
En la política argentina doméstica, ¿no existe el riesgo de instrumentalización de la figura del Papa?
No se, no sería bueno hacerlo. Es verdad que todos tenemos la necesidad de conocerlo, estrechar su mano. Sentimos una gran satisfacción y para nosotros es una forma de compartir. Para él es una forma de ver caras argentinas y así no extraña tanto.
Él habla siempre de la “cultura del encuentro”, pero las noticias de Argentina en los últimos días (con reportes de linchamientos populares contra ladrones) no parecen ir en esta dirección, ¿no?
Cuando él fue arzobispo de Buenos Aires él siempre bregó por eso, por los acuerdos y los encuentros. Esperemos que cada uno de nosotros tome su mensaje y pueda hacer todo lo posible para cumplirlo. Argentina se construyó como un país con muchos inmigrantes, con diversidad de religiones y culturas, sin embargo nunca existieron problemas raciales. No sé por qué ahora nos cuesta tanto volvernos a reencontrarnos para lograr una visión de país a largo plazo.
La figura del Papa Francisco parece haber cambiado el equilibrio de fuerzas en su país, ¿se ve a la Iglesia de manera distinta?
Creo que se la respeta más. Por ejemplo, antes las estadísticas que daba la Universidad Católica se discutían y ponían en duda, hoy parecen “palabra santa”. El Papa ha hecho ganar ese respeto a toda la Iglesia, que necesitaba una figura carismática y un hombre que la acercara a todos, que saliera de su lugar y fuera a buscarlos. Eso está enamorando y a los argentinos nos ha levantado la autoestima.
¿El Papa podría ser un factor político en las elecciones presidenciales de 2015?
El Papa es un hombre inteligente, va a mantener las distancias prudentes que requiere su figura. Sin duda él está muy consciente de los problemas del país. Tiene un constante deseo por el reencuentro y por atender los problemas que le acongojan como la pobreza, la trata de personas, la drogadicción y la educación.