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Cristina siente que el peronismo la está abandonando.
Por eso reprendió al líder de la CGT oficialista, Antonio Caló, en cadena nacional. El metalúrgico había osado afirmar que con la inflación a la gente no le alcanza para comer. Después del reto, el titular de la CTA también oficialista, Hugo Yasky, se retobó y dejó en claro su respaldo a lo dicho por Caló y no la Presidente.
Es que la idea de que el Gobierno de Cristina no llega a 2015 no la instaló la oposición, sino el propio peronismo. Inexplicablemente, la convalidó, además,el kirchnerismo al hablar sobre la posibilidad de una salida anticipada del Gobierno, lamentablemente, bien conocida por los argentinos en 2001.
Esta semana, fue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien dijo “no se ilusionen, no nos vamos a ir antes”, y horas más tarde su colega en Defensa, Agustín Rossi, aseguró que “Cristina gobernará hasta el último día de su mandato”, como si en la Constitución Nacional se dispusiera una opción en contrario.
Las primeras alarmas sonaron la semana pasada, en una conferencia de prensa del gobernador de Misiones, Maurice Closs, mandatario K, para pedirle a la Casa Rosada una convocatoria multisectorial con el objetivo de "no terminar como Alfonsín o la Alianza". Closs quiso alivianar sus propios dichos al día siguiente, luego de una decena de llamados de funcionarios K y finalmente uno de Olivos.
Los mismos que no le contestaban el teléfono hasta el día de sus declaraciones apocalípticas.
Su acto de rebeldía frente al kirchnerismo, que no admitió, por lo menos hasta ahora, ningún tipo cuestionamiento interno, tuvo su recompensa, porque durante el discurso de esta semana de la Presidente, Cristina lo sentó en la audiencia invitada y lo llamó “Mauri”. Una señal complicada para todos aquellos que tienen reclamos para la mandataria.
“El 90% del peronismo piensa como yo, que Cristina debe irse. No pueden decirlo, muchos estaban ayer aplaudiendo su discurso”, asegura desde Twitter el ex diputado Jorge Yoma, quien también fue embajador en México durante la gestión presidencial de Néstor y luego de Cristina Kirchner (2006-2009).
El riojano, que es un peronista histórico, también se ocupa de recordar las declaraciones de la Presidente en diciembre de 2001, cuando, desde su banca de senadora, consideró “imprescindible y urgente que el señor jefe de Estado, Fernando de la Rúa, presente su renuncia”.
En el peronismo comenzaron a armar su propio juego de poder con la vista en las elecciones 2015. Y si bien en la última década entendieron que la victoria estaba atada al acuerdo con el kirchnerismo, hoy es una certeza para el PJ que la era K está terminada. Y que no importa cómo termine este Gobierno, el peronismo va a seguir teniendo una chance siempre y cuando comience su proceso de diferenciación con el universo K.
“Acá no hay equipo. Yo tengo mi visión económica, pero no me escuchan”, asegura un funcionario del Gobierno en contacto con 3Días.
La frase se repite en el Gabinete, salvo para la estrella del momento e integrante de La Cámpora, el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Randazzo, después de asegurar que el Gobierno no se va antes, repitió esta semana que quiere ser Presidente. El cordobés José Manuel De la Sota se reunió con el gobernador bonaerense Daniel Scioli, esta semana. Sergio Massa muestra equipo, aunque el peronismo todavía lo esquiva. El PJ se apura a pensar en el futuro sin los postulados kirchneristas. Se sabe. El peronismo acompaña a los amigos hasta la puerta del cementerio, pero no entra.
Señales
* El propio peronismo instaló la idea de que el Gobierno no llega a 2015.
* El misionero Maurice Closs pidió no terminar como “Alfonsín o la Alianza”.
* “El 90% del peronismo piensa que Cristina debe irse”, disparó Jorge Yoma, un ex K.
* El PJ ya comienza a armar su juego de poder de cara a 2015.
