Por Carlos Tórtora/Por El Informador.-
Como era previsible, los 6 puntos de ventaja obtenidos por el Frente Renovador en la primaria bonaerense del domingo pasado fueron más que suficientes como para que se reabriera el libro de pases del kirchnerismo al massismo. La transferencia más notable fue la del gobernador santacruceño Daniel Peralta, duramente enfrentado con La Cámpora, que se apresuró a declarar: “Vamos a encolumnarnos detrás del proyecto de Sergio Massa”. El caso Peralta sería solo un anticipo de lo que podría ocurrir en las próximas semanas con numerosos funcionarios y ex funcionarios kirchneristas hoy distanciados de la Casa Rosada por distintos motivos.
Sin duda que estas incorporaciones acrecentarán el heterogéneo frente que se está armando en Tigre. Pero podría tratarse también de sumas que resten, si se considera que cargarían con pesadas acusaciones de corrupción. El mismo Peralta, ligado a múltiples negocios turbios con sobreprecios de obras públicas en su provincia, es un claro ejemplo. El 24 de junio pasado, Peralta; el ex secretario privado de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, y su esposa y sobrina del mandatario, Carolina Pochetti, fueron imputados por el delito de lavado de dinero por el fiscal federal Ramiro González. El fiscal solicitó iniciar una investigación a partir de un reporte de la Unidad de Información Financiera (UIF) -dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación-, y señaló que los imputados y familiares de Peralta tuvieron un “crecimiento patrimonial desproporcionado en los últimos años”. La imputación se dio en la causa en la que se investigan los dichos de Miriam Quiroga, ex Secretaria de Documentación de Kirchner, quien en el programa “Periodismo para Todos” sostuvo que Muñoz salía del despacho presidencial con bolsos con dinero que llevaba a Santa Cruz, y en la que el ex secretario también figura como sospechoso.
La incorporación del ex Jefe de Gabinete Alberto Fernández al staff de Massa también puede analizarse desde este ángulo. Fernández, como jefe de la administración pública de Néstor y Cristina Kirchner durante seis años, está sospechado por su responsabilidad directa e indirecta en relación a distintos actos de corrupción. Él era el jefe de la campaña Cristina 2007, cuyo manejo de fondos condujo al procesamiento de Héctor Capaccioli, mano derecha suya, por malversación y lavado de dinero entre otros cargos.
Asimismo, ayer el ultra-k Mario Ishii pateó el tablero, diciendo lo contrario a la presidente en cuanto a que el resultado de las primarias no afectó al gobierno nacional. Se especula con que los dichos de Ishii serían el prólogo de su pase al massismo. De concretarse, la incorporación del polémico ex alcalde podría representar la adquisición de un nuevo activo tóxico por parte del Frente Renovador. Desde hace dos años, la justicia santiagueña investiga a Walter Abella, presunto testaferro de Ishii, acusado de apropiarse de un campo en la provincia de Santiago del Estero. Abella está imputado en la causa por intento de apropiación de un campo de 39.500 hectáreas en el departamento Jiménez, Santiago del Estero, 250 kilómetros al norte de la capital provincial. La imputación es por falsedad ideológica y defraudación en grado de tentativa. El caso salió a la luz el 9 de diciembre de 2009, a raíz de una investigación de un medio nacional. El tucumano es socio de Fabio Adrián Ishii, hijo del ex intendente oficialista, en ConyAgro SRL. La causa que compromete al presunto testaferro de Ishii se instruye en el Juzgado Criminal y Correccional de 5ta. Nominación, a cargo de la jueza Rosa Falco, y se inició en 2006 por una denuncia de la entonces directora del Registro de la Propiedad de esta provincia, Beatriz Soria Busolini, quien detectó la supuesta duplicación de matrículas de tres lotes, cuya superficie total es de 39.500 hectáreas, ubicados en el departamento Jiménez. La causa tiene el número 467/06 y fue abierta el 10 de mayo de 2006. Está centrada en 39.500 hectáreas, distribuidas en tres lotes: uno de 15.720 (denominado Chile) y otro de 14.500 (La Fortuna), mientras que las restantes 9.300 serían fiscales.
En el acta de constitución de la sociedad, Abella tenía el 70% de las acciones, mientras que Roldán el 30%. Pero el 2 de junio de 2008, Roldán vendió en $ 30.000 el 30% de la SRL a Fabio Adrián Ishii, de 24 años, operación que se hizo ante la escribana Ana Lía Terzano de Gómez, titular del Registro Notarial número 16 de Santiago del Estero. A través de empresarios, abogados y escribanos, Abella habría “comprado” en nombre de Ishii acciones y derechos a supuestos poseedores de esas tierras fiscales.
Por otra parte, el empresario Carlos Molinari, presidente de Real State Investment Fiduciaria, y ex compañero de fórmula de Mario Ishii en las primarias de 2011 para la gobernación bonaerense en la lista 678, reconoció que trabajó con el mediático Leonardo Fariña, uno de los arrepentidos del caso Báez, porque le propuso una idea de una agencia de alquiler de autos de lujo y confirmó que su empresa fue la que pagó la fiesta de casamiento de Fariña con Karina Jelinek. “No fue una fiesta familiar, sino algo promocional”, dijo, y aseveró que emitió cheques por 480.000 pesos para solventar el evento. “Yo lo tenía contratado a Fariña por 6.000 pesos por mes, pero aquí se confunden regalías con comisiones. Fariña no trabajaba exclusivamente para mí. Tenía un sueldo en blanco de 6.000 pesos y un acuerdo por las inversiones que podía traer”, detalló.
Una indefinición que no debería durar
Los casos que comentamos insinúan la posibilidad de que numerosas figuras del kirchnerismo investigados por hechos de corrupción intenten reciclarse políticamente y tal vez buscar protección política para frenar las causas judiciales en su contra, mediante su incorporación al proyecto massista y abandonando un kirchnerismo que parece condenado a languidecer. De confirmarse esta tendencia, los riesgos que la misma representaría para la candidatura presidencial del tigrense están a la vista. De un modo u otro, debería cargar con el pesado lastre de colaboradores con múltiples denuncias de corrupción, lo que hasta podría deteriorar su imagen ante la opinión pública. Del mismo modo, su enfática postura de dar vuelta la página y no hacer política en función del pasado también podría perder fuerza si aparece rodeado de figuras imputadas o bajo proceso. La corrupción es hasta ahora una asignatura pendiente de Massa, que no la menciona en sus discursos. Esto habla de una incómoda situación. Como ex jefe de gabinete y ex director de la ANSES de este gobierno, es comprensible que se sentiría incómodo en caso de condenar por corrupta a una gestión de la cual formó parte. El problema es que se trata de un tema demasiado importante como para borrarlo de la agenda. Para mayor complicación, el crecimiento de UNEN en la Capital y de la UCR en media docena de provincias promete reinstalar en el primer plano la necesidad de juzgar la corrupción de la era K. Situado frente a una encrucijada, da la impresión de que más temprano que tarde Massa se verá obligado a definirse.
