HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 26 de julio de 2013

Con "timing" electoral, el Gobierno exime del pago de Ganancias la primera cuota del aguinaldo y sube el salario mínimo

Por Federico McDougall/iProfesional.- Cristina hizo anuncios de alto impacto. El efecto es múltiple. Por un lado minimiza críticas y mejora el humor social. Por otro, fogonea el consumo. Una vez más mostró su habilidad discursiva, ya que si bien sólo se trata de una actualización por inflación lo mostró como una mejora adquisitiva real. Cristina Kirchner lo hizo de nuevo. Con perfecto sentido del "timing" electoral realizó anuncios de alto impacto sobre el bolsillo de la población. La mejora del 25% en el salario mínimo y la devolución del Impuesto a las Ganancias correspondiente al medio aguinaldo de junio pasado, cumplen un doble objetivo, económico y político. Por una parte, contribuyen con el plan gubernamental de propiciar una recuperación del consumo privado, que en el primer semestre del año se caracterizó por su frialdad (la encuesta de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa registró una caída de 3,4% en las ventas).
Pero ese período del año estuvo afectado por el retraso en las negociaciones salariales, lo cual produjo el efecto de "precios nuevos con sueldos viejos". Ahora, cuando ya la totalidad de los asalariados percibieron al menos una primera cuota de mejora -en promedio un 15%- más el medio aguinaldo, se espera que el incipiente repunte del consumo esbozado en julio pueda apuntalarse en los meses venideros. A esto contribuirán los $2.657 millones que el Gobierno resignará de sus ingresos fiscales y volcará "a la calle" en forma de devolución de Ganancias. En cuanto al salario mínimo, la suba implica una recuperación del poder adquisitivo para los sectores de más bajos ingresos que venían achicando su ritmo de compras. Más allá de los trabajadores registrados que cobran este ingreso mínimo, el nuevo "piso" constituye también una referencia para buena parte de la economía informal, que sigue su evolución a la hora de ajustar las retribuciones. Al impacto económico de los anuncios que hizo la Presidenta se suma, claro está, una influencia desde el punto de vista político, al llegar en medio de una campaña electoral. Como suele recordar Artemio López, uno de los principales politólogos afines al Gobierno, hay un 25% del electorado cuyo apoyo al kirchnerismo es fluctuante y que decide su voto, fundamentalmente, en función de su capacidad de consumo y su estabilidad en el empleo. Además, la devolución de Ganancias para el cobro del aguinaldo aporta un argumento para que los candidatos oficialistas puedan atenuar el peso de las críticas de la oposición, que sabe que este impuesto es particularmente irritante para un sector de ingresos medios que recientemente fuera alcanzado por el tributo. La devolución anunciada este jueves alcanza al 88% de los asalariados que regularmente pagan Ganancias. En cuanto al salario mínimo -que, al decir de la Presidenta, es "cada vez menos mínimo, más vital y más móvil"-, también ayuda en buena medida al discurso de campaña del Gobierno. Primero, porque aunque la suba no hace más que avanzar en una actualización anual por inflación, le da pie al Ejecutivo para presentar este ajuste nominal como si fuera una mejora adquisitiva en términos reales. En otras palabras, la habilidad discursiva de Cristina vuelve a hacer que el tema inflacionario se transforme en un factor de fortaleza política. Además, la Presidenta ratificó que uno de sus cuadros económicos preferidos es el que compara los salarios mínimos de América latina, según el cual -medidos en dólares- el de la Argentina lidera la tabla.

"Símbolo de la década ganada" 

Las medidas fueron anunciadas tras un acuerdo logrado en el plenario del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, que sesionó en una única jornada y sin la presencia del sindicalismo disidente. La remuneración mínima pasa así a $3.600, desde el anterior nivel de $2.875. Esto representa -tal como lo había adelantado iProfesional- un incremento del 25,2%, que coincide con el porcentaje promedio acordado en las principales negociaciones salariales de este año. De este modo, los trabajadores percibirán $3.300 desde el 1º de agosto hasta enero próximo y $3.600 a partir de dicho mes, según informaron fuentes sindicales. El encargado de hacer el anuncio fue el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, acompañado por la Presidenta, al cierre del encuentro que protagonizaron empresarios y el sindicalismo aliado, representado por la CGT de Antonio Caló y la CTA de Hugo Yasky. "Quiero agradecerles a todos los representantes de empleadores y trabajadores, en el marco de este Consejo que creo que podría ser titulado como un símbolo de la década ganada", dijo Tomada, quien reivindicó el diálogo "a pesar de la crisis financiera internacional". A continuación, Cristina Kirchner destacó que el salario mínimo de la Argentina "es el más importante de toda Latinoamérica", después de experimentar una suba del 1.700% desde 2003 a la fecha. "No solamente queremos trabajar sobre el salario mínimo, sino también sobre el empleo no registrado. Sobre este 32,4%, que aún sigue siendo alto, hay que ponerse a trabajar muy duramente", señaló. Durante su breve discurso, la jefa de Estado defendió los subsidios a los servicios públicos como una forma de "salario indirecto", ya que señaló que sus precios son, en la mayoría de los casos, "los más bajos de América Latina". Y destacó el efecto de esos subsidios en "la competitividad del sector productivo". "Hoy el Estado está subsidiando a industriales y comerciantes, solamente en materia de combustibles, en 69.000 millones de pesos", recordó. Con sensación de "plus salarial" El anuncio de la eximición de Ganancias para la primera cuota del Sueldo Anual Complementario -aguinaldo- no es una novedad en la estrategia oficial, dado que una medida similar había sido adoptada en diciembre de 2012. Sin embargo, pese a la similitud de la medida, las situaciones que rodean la decisión son muy diferentes. En primer lugar, el año pasado no se habían modificado las deducciones y cargas de familia que sirven para determinar el piso a partir del cual los empleados comienzan a pagar el tributo, pese a que era un reclamo que realizaban tanto empleados como gremios aliados y opositores. Por el contrario, el anuncio esta vez llegó a sólo unos meses de otro anuncio, el del aumento del 20% del mínimo no imponible, que se hizo efectivo a partir de marzo. La segunda gran diferencia radica en el momento en el que se conoce la medida. En 2012, el alza del piso llegó antes de que los dependientes hubieran cobrado el SAC, de modo que los empleados no recibieron ningún valor "extra" en sus bolsillos. Por el contrario, esta vez el Gobierno deberá restituir los fondos a los asalariados, ya que a todos se les liquidó, junto con el sueldo de junio, la primera cuota del aguinaldo. De esta manera, las remuneraciones de agosto vendrán con la devolución del monto que se les retuvo el mes pasado, lo que supondrá un efecto psicológico de "plus salarial". Conocida la noticia, Iván Sasovsky, titular de Sasovsky & Asociados, remarcó: "Cualquier noticia de este tipo, que implique una disminución de la carga tributaria, es bien recibida, ya que resulta ser un paliativo importante para una generación de trabajadores que hoy tributan un impuesto que no se relaciona con su realidad". No obstante, el especialista destacó que también debería atacarse el "verdadero problema" que es "la actualización de todo el gravamen por inflación". "El tema no es dejar de cobrarle Ganancias a quienes trabajen en relación de dependencia, sino que se les cobre a quienes efectivamente resulten ser sujetos del tributo manifestando su verdadera capacidad contributiva", concluyó Sasovsky.

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