
Asimismo, agradeció los votos de Fernández “para que la nueva tarea que me ha sido encomendada por la Providencia divina en la Iglesia sea fructífera y ayude al bien común de todos los hombres y al pacífico entendimiento de los pueblos". "En la persona de Vuestra Excelencia y en la responsabilidad que ejerce, he querido ver el rostro de todos los hijos de esas queridas tierras argentinas, que se esfuerzan cada día por dar lo mejor de sí mismos a la patria que los vio nacer, y anhelan ser protagonistas de un presente sereno y constructores de un futuro luminoso, en donde el amor recíproco sea la puerta que abra a la esperanza y a la mutua confianza, al respeto sincero y a la colaboración generosa", afirmó Francisco. En ese sentido, recordó que los niños tienen derecho “a un mundo que se distinga por la virtud y los valores que dignifican a la persona”. Asimismo, encomendó a los matrimonios a la Virgen de Luján “para que cimenten la familia en la comprensión y la fidelidad de por vida; a los ancianos, a cuyo lado siempre se aprenden lecciones hermosas; a los pobres y a los que sufren, para que hallen siempre una mano amiga que los ayude y sostenga en sus justas aspiraciones”. "A todos llevo en mi corazón sin postergar a nadie y pidiendo por la entera Nación y sus destinos", expresó Francisco. Finalmente, el Santo Padre dijo que "con estos sentimientos, le hago llegar, Excelencia, mi saludo cordial y, por vuestro medio, a todos sus colaboradores, así como el amadísimo pueblo argentino, sobre el que invoco abundantes bendiciones divinas".