En el macrismo ya dan por confirmado el pase del concejal radical Jorge Boasso al PRO. El propio concejal confirmó a LPO las conversaciones pero negó que esté cerrado el acuerdo. La jugada lo pone al borde de la expulsión ya que el titularde la UCR, Mario Barletta, está trabajando un acercamiento con el FAP que lidera el socialista Hermes Binner.
Los rumores de acuerdo entre el concejal radical, Jorge Boasso y el PRO para el armado de lista de concejales en Rosario tensan la relación del edil con el sector del partido que apuesta a mantener la alianza con el socialismo.
Boasso confirmó a LPO que existen negociaciones con el partido de Macri: “yo hablo con todos” señaló y agregó que su objetivo está puesto en Rosario, descartando versiones que barajaban la posibilidad de una candidatura a diputado nacional.
Boasso, quien está cursando el quinto período consecutivo como concejal, ha sabido posicionarse de acuerdo a los tiempos electorales, acercándose o tomando distancia del socialismo según cada circunstancia.
Sin embargo, una alianza con el PRO sería una jugada por demás de arriesgada que lo obligaría a romper con la UCR en momentos que el presidente del partido, Mario Barletta, se acerca a Hermes Binner y se anota para acompañar al socialista en la lista de diputados.
Para el espacio que representa Jorge Boasso y María Eugenia Schmuck (compañera de bloque) el radicalismo debería ser una alternativa al socialismo, recuperar la mística y competir con sello propio. Sobre todo, en estos tiempos de crisis política que amenaza con profundizarse frente a la falta de iniciativa política del gobierno socialista.
“El radicalismo decidió unánimemente construir una opción política partidaria, y el 30 por ciento del partido se descuelga y acuerda con el socialismo, y ahí surge el producto Henn” había manifestado el concejal rosarino días atrás, reprochando al sector del radicalismo aliancista.
Jorge Henn, radical y vicegobernador de Bonfatti le salió al cruce pero la discusión terminó cuando Schmuck le recordó a Henn de quién eran los votos.
A pesar de sus cinco períodos como concejal, Boasso no ha logrado ganarse la confianza de muchos de los dirigentes ni ha podido consolidar estructura propia. Con la llegada de Schmuck al Concejo se han ido acercando sectores que eran reticentes a su personalismo como Franja Morada y correligionarios que han abandonado las posiciones aliancistas con el PS.
Desde dentro del partido niegan las versiones de un acuerdo con el PRO: “Nosotros no tenemos nada que ver con Miguel del Sel” afirmó un dirigente del radicalismo local y agregó que la relación con el socialismo “no es un frente” y explicó que “en un frente hay consultas, acuerdos, negociación de todo, acá las decisiones son unilaterales”.
La estrategia que estarían evaluando dentro de la UCR es la posibilidad de ir, en Rosario, por fuera del frente con el socialismo y para las elecciones nacionales, acompañar la decisión de Barletta de acoplarse a Binner argumentando que en lo nacional lo importante es armar un frente contra la “re-re” de Cristina.
En el Conejo Municipal, los radicales renuevan tres bancas: la de Jorge Boasso; la de Gonzalo del Cerro, un radical alineado incondicionalmente al socialismo y Daniela León, quien ingresó de la mano de Boasso pero al poco tiempo formaron bloques unipersonales. León a partir del 2012, selló alianza con el socialismo abandonando su postura opositora.
El cálculo que están haciendo en la departamental es que yendo en un frente con el socialismo, el radicalismo podría asegurarse una banca pero si deciden jugar por fuera duplicarían las chances.
Al socialismo, la renovación de la alianza le permite mostrar la continuidad de un Frente en una provincia signada por la crisis en seguridad y el narcotráfico y a Binner, insistir para que el el 2015, el acuerdo se nacionalice y apoyen su candidatura a presidente.
La UCR es un partido con presencia en todo el territorio provincial. Sin el radicalismo, el PS no contaba con estructura para pensar un proyecto provincial. En ese sentido, siempre tuvieron en claro que debían presentarse junto a los radicales a pesar de tener los dirigentes con mayor tracción electoral.
