HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 6 de marzo de 2013

EL MEJOR AMIGO DE LOS KIRCHNER




Hugo Chávez fue el único mandatario que acompañó a Néstor Kirchner hasta su tumba, en Río Gallegos, en octubre del 2010. Habían sincronizado desde el principio. El día de la asunción de Kirchner, en el saludo protocolar de los presidentes internacionales, el santacruceño abrazó al venezolano y se detuvo a decirle al oído a un Chávez vigoroso: “Me gusta mucho lo que estás haciendo en Venezuela”. A su lado, Cristina Kirchner, entonces legisladora y primera dama, reforzó su entusiasmo y le dijo: “Es un honor”. Desde aquel mayo del 2003, Chávez se convirtió en más que un aliado para el matrimonio santacruceño. Fue el modelo a seguir.
Primero, en política internacional, donde la Argentina abandonó abiertamente su alineamiento con Estados Unidos y compartió espacios y discursos anti-imperialistas con el presidente Chávez, un enemigo declarado de la Casa Blanca. El propio venezolano contó cómo habían planificado con Kirchner cansar al ex presidente estadounidense George Bush, cuando en 2005 visitó la Argentina para darle el último impulso a la fallida alianza comercial ALCA, en una cumbre en Mar del Plata. “Recuerdo que me llamó aparte, a un costadito, y me dijo: che, yo voy a hablar ahora y voy a dejar en claro lo que piensa Sudamérica del ALCA y cuando te diga comienzas hablar tú, a hablar y hablar hasta desgastarlo”, contó el presidente de la boina roja. Funcionó, porque Bush se levantó y se fue. La relación fue estratégica, pero no sólo en cuestiones políticas. Venezuela fue un gran proveedor de fondos y negocios en la última década. Las exportaciones argentinas se multiplicaron exponencialmente. Según el INDEC en 2012 alcanzaron los 2264 millones de dólares. Chávez, al frente de un país petrolero, vivió obsesionado por construir un liderazgo regional. Por ello auxilió a la Argentina en 2004, ante los primeros signos de una crisis energética que siguió profundizándose. El ministro de Planificación, Julio De Vido, tomó las riendas de lo que se conoce como “la embajada paralela” con Caracas, y dio forma a un acuerdo por el que Venezuela proveyó fuel oil a precios altos a un mercado necesitado. Hay negocios y acuerdos que sólo maneja Planificación. En 2008, Chávez también rescató financieramente a la Argentina, que necesitaba dinero fresco con urgencia. En varios tramos, compró bonos argentinos por más de seis mil millones de dólares, aunque a una tasa alta, del 13 por ciento. Venezuela se convirtió para Néstor primero, y para Cristina después, en el salvador argentino, el mejor aliado, por sobre Brasil. Fueron y vinieron, los Kirchner y Chávez a Caracas y a Buenos Aires. También las segundas y terceras líneas, en vuelos privados, como el que en el 2007 terminó en escándalo. Porque Guido Antonini Wilson, uno de los empresarios que voló en agosto de ese año en un avión pagado por la empresa estatal Enarsa, junto a otros funcionarios argentinos, intentó ingresar 790 mil dólares sin declarar. El empresario venezolano diría luego que eran fondos para la campaña presidencial de Cristina Kirchner. Pero el incidente quedó en el olvido. Con Chávez hubo un sólo cortocircuito, que no llegó a mayores. Fue en 2008, cuando el venezolano expropió la siderúrgica Sidor, propiedad del grupo Techint. Hay que decir que el gobierno argentino peleó y mucho para que Venezuela ingrese como socio pleno del Mercosur, un objetivo que consiguió en julio del año pasado. Hasta que la enfermedad comenzó a apagar sus fuerzas, el bolivariano aseguraba que América latina necesitaba contar con una fuerza militar regional. Por visiones comunes, admiración mutua y conveniencia, la relación de Chávez con el matrimonio Kirchner se intensificó con los años. Tanto como para que algunos ejes del modelo chavista fueran importados al plan de gobierno argentino. Como la guerra contra los principales grupos mediáticos no afines al oficialismo, las expropiaciones compulsivas, la inflación no admitida, la intervención de los organismos públicos, la lucha contra jueces no alineados con el Gobierno y, desde el año pasado, también el cepo cambiario, un invento que el venezolano implementa desde hace ya varios años en su país. Hasta el polémico acuerdo con Irán por la causa AMIA, aprobado recientemente por el Congreso Nacional, es obra de la mediación de Chávez. Hay que decirlo, la sincronización fue tal que hasta sus victorias electorales han obtenido porcentajes arrasadores a la hora del recuento de los votos. Cristina en 2011 y Chávez en 2012, ganaron con el 54 por ciento. Para la Presidenta, la muerte del líder bolivariano es una pérdida fuerte. Más allá del dolor personal por una amistad consolidada, Cristina Kirchner ha perdido ayer a su mejor amigo en la región, y en el mundo.

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