HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

martes, 5 de junio de 2012

LA IMPLOSIÓN OPOSITORA



Paradójicamente, la nueva crisis entre la Mesa de Enlace y el gobierno está provocando la implosión de la oposición. El bloque de Diputados de la UCR de la provincia de Buenos Aires terminó de fracturarse la semana pasada tras una profunda crisis que detonó con la reforma impositiva que impulsa el gobierno de Daniel Scioli, en un anticipo de la ardua interna que vive el partido por la renovación de autoridades. “El radicalismo quedó partido en dos”, señaló Ricardo Jano, hombre que responde a Leopoldo Moreau. La fractura se produjo luego de que siete legisladores del alfonsinismo le manifestaran a Jano que debía renunciar a la presidencia de la bancada para que asumiera Walter Carusso. La interna comenzó hace un mes, cuando Jano perdió la votación interna y debió acatar la decisión de no dar quórum para tratar el denominado impuestazo de Scioli. Y todo estalló el jueves pasado, cuando Jano dio a entender que el bloque bajaría al recinto a discutir el proyecto si Scioli sacaba por decreto el revalúo fiscal. "El revalúo hecho por decreto nos parece una maniobra burda, absolutamente inaceptable, y el radicalismo de ninguna manera puede apoyar este atropello”, disparó ayer el presidente de la UCR bonaerense, Miguel Bazze, mano derecha de Alfonsín. VER MÁS

La ruptura refleja la disputa en la UCR provincial de cara a las internas del 24 de junio, en las que se enfrentarán la corriente del alfonsinismo, por un lado, con la de Leopoldo Moreau y Federico Storani, por el otro.

Significativamente, la aprobación de la reforma impositiva también sacudió al PRO Peronismo, donde reclamaron la expulsión de un senador y se discute el accionar de un grupo de diputados que bajó al recinto y votó a favor del proyecto en general.

La senadora de Unión PRO Peronista Nidia Moirano, alineada con Francisco De Narváez, reclamó el viernes la expulsión del bloque de su par macrista Ricardo Zamperetti, quien faltó a la sesión en la que fue aprobada la reforma fiscal.

“Votamos en contra. Ningún denarvaísta faltó a la sesión ni dio su voto para que esto fuera aprobado y esto hay que aclararlo; no tenemos doble discurso, no decimos una cosa y hacemos otra, como, lamentablemente, sí pasa con los representantes de otras fuerzas”, se quejó Moirano. En tanto, el bloque de diputados del PRO Peronismo también atraviesa momentos de tensión pero, en este caso, se debe al accionar de un grupo de legisladores de esa bancada que bajó al recinto y votó a favor del proyecto en general.

Si bien un sector de la oposición cuestiona este accionar, los legisladores del bloque que ocuparon sus bancas negaron haber facilitado el quórum para que el oficialismo aprobara la reforma y recodaron que en los anteriores intentos por aprobar el proyecto nunca dieron quórum. “Bajamos porque la parte del proyecto a la que nos oponíamos, que era la revaluación fiscal, ya se había establecido por decreto, así que no teníamos mucho más que hacer”. Al recinto bajaron nueve de los once diputados que conforman el bloque y los únicos que no bajaron fueron Rubén Eslaiman y el ex vicepresidente de Carbap, Jorge Srodek, quien, según afirmaron, tenía “mandato” de esa entidad agropecuaria para votar en contra de todo el proyecto.



Sin embargo, los diputados que bajaron votaron a favor del proyecto en general porque querían que se aprobara el endeudamiento de la Provincia, que le permitirá a Scioli girar dinero a los municipios.

En este sentido, los legisladores cumplieron con lo que les habían encomendado un grupo de intendentes que se verán beneficiados por esta medida, entre ellos, el de Vicente López, Jorge Macri, aunque durante la votación en particular votaron en contra del revalúo fiscal. Así las cosas, el bloque del PRO Peronismo se estaría partiendo en tres partes. La primera salida confirmada e inevitable es la de Rubén Eslaiman y Carlos Acuña. El primero es un referente de la Primera Sección que responde a Graciela Camaño y Jesús Cariglino; el segundo es secretario General del Sindicato de Trabajadores de Estaciones de Servicios y responde al duhaldismo.

Con esta pérdida, la bancada quedaría con nueve diputados. Sin embargo, allí también habría una ruptura que se podría confirmar en las próximas horas. Por un lado, el macrista Julio Garro se alzaría con una bancada de cuatro diputados de perfil macrista. Allí irían, además de Garro, Jorge Srodek, Verónica Couly y Jorge Alves.

En tanto, Marcelo Di Pascuale, señalado como quien estuvo al frente de la negociación con el oficialismo y que habilitó con el quórum la sesión del jueves, se quedaría con una bancada de cinco legisladores. Allí quedarían además de Di Pascuale, Gustavo Ferri, Nancy Monzón, Orlando Yans y Juan Carlos Piriz.

La ola también golpea -en este caso en el sentido inverso- en las filas del FAP y ayer Hermes Binner, que estaría siendo presionado por las entidades rurales de Santa Fe, lució inusualmente duro con la Casa Rosada al decir “robar es delito y encubrir es impunidad” con relación al caso Ciccone.

Un efecto especial

La reaparición en escena de la oposición social, representada por el campo y los cacerolazos, presiona entonces a Mauricio Macri, la UCR y Binner para que confronten directamente con el gobierno. Pero esta nueva situación colisiona con los sectores más contemporizadores de cada sector de la oposición, que se inclinan por negociar acuerdos puntuales que aseguren la gobernabilidad. Leopoldo Moreau y Federico Storani encabezan la postura negociadora en la UCR, en tanto que Francisco de Narváez sigue una línea similar en su expectativa de un pacto con Daniel Scioli que le permita ser en el 2015 el candidato a gobernador del PJ, si aquél se postula para presidente. Jorge Macri, por ejemplo, en su rol de intendente, también está casi obligado a anotarse en el bando de las buenas relaciones con el cristinismo. La posibilidad de un paro agropecuario nacional de la Mesa de Enlace significaría una escalada de las presiones del campo sobre el gobierno y también sobre la oposición, que a su vez podría multiplicar los roces entre negociadores y confrontadores. En Buenos Aires, sin duda, el núcleo de este juego, la doble condición de oficialista y disidente que intenta mantener Scioli, es una de las claves. Éste sigue cultivando expectativas en el arco del peronismo anti K, lo que debilita las pretensiones de armado territorial del macrismo. Pero son muchos los dirigentes que sospechan que el gobernador jamás se rebelará contra Cristina y que los peronistas rebeldes pueden terminar llevándose un chasco.

Pero, hoy por hoy, al PRO le cuesta avanzar en un terreno minado por la esperanza de la rebelión sciolista y por la guerra interna del macrismo. No es de extrañar, entonces, que Gabriela Michetti haya perdido interés en encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales el año que viene. Un resultado mediocre sería su funeral político. En cambio, la primera senaduría por la Capital no sólo sería más fácil sino que la colocaría en carrera para ser la sucesora de Macri en el 2015.

El caso es que el espacio político que se conmociona por esta segunda guerra entre el campo y el kirchnerismo es el de la oposición. Al cristinismo le preocupa una escalada de protestas, las cuales, si se suma Moyano, podrían jaquear una economía ya en descenso. Pero la realidad es que estos nuevos peligros consolidan la unidad del oficialismo, que se aglutina ante la reaparición de un adversario que lo tuvo a mal traer en el 2008. Paradojas de la política: tal como están dadas las cosas, la oposición social tiene un efecto revulsivo sobre la oposición política.

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