Misterio develado. Ochenta y nueve horas después de lo anunciado por El Cronista, Cristina anunció el proyecto para que el Estado argentino reingrese a YPF. Adoptó el modelo sugerido por su influyente viceministro de Economía, Axel Kicillof, y le envió al Congreso la iniciativa para expropiar el 51% de las acciones en poder de la española Repsol. La presión de España y la de los gobernadores provinciales retrasó la decisión pero no mucho más. Con clima de tribuna futbolera, la Presidenta respondió apareciendo junto a su gabinete (Amado Boudou incluído) y a una imagen de Evita para acompañar la lectura del proyecto que irá al Parlamento con un discurso en el que habló de la “recuperación” de la petrolera y, de paso, no se privó de criticar a la prensa.
¿El ganador? Kicillof, a cargo del proyecto expropiador.
¿Premio consuelo? Julio De Vido, cuyos consejos de negociar con los españoles no prosperaron pero será interventor de la compañía estatal junto a Kicillof, claro.
¿Los gobernadores? La presión del fin de semana les sirvió a las provincias para mejorar su porcentaje en las acciones sujetas a expropiación.
¿El peligro? La Presidente eligió el camino más ríspido y habrá que esperar ahora la magnitud de las consecuencias si es que La Unión Europea o EE.UU. deciden tomar alguna represalia comercial contra la Argentina por los reclamos españoles.
¿Los mercados? La primera reacción es negativa. La caída de las acciones es muy fuerte en Nueva York y la Bolsa porteña suspendió la cotización cuando los papeles de la petrolera se desplomaban.
¿Repsol? Deberá negociar contrareloj con el Gobierno el precio de las acciones a expropiar mientras el proyecto marcha hacia su segura aprobación parlamentaria.
¿Los Eskenazi? Cristina Kirchner dijo que no se afectará a los accionistas en la Bolsa ni a ningún otro socio, lo que plantea una incógnita sobre el futuro de la familia Eskenazi, poseedora del 25% de las acciones que todavía están pagando a Repsol y a quienes se daba fuera de la compañía. La relación de los Eskenazi con el Gobierno hoy está congelada por lo que se cree que la Presidente podría impulsar el ingreso de algún otro empresario argentino.
¿Cómo se paga? Cristina no lo explicó. Pero mencionó ejemplos de petroleras estatales pagadas con fondos de pensión. Sería una señal de que podría pagarse con fondos de la Anses. La otra opción es acudir a las reservas del Banco Central, ahora disponibles a partir de la reforma del BCRA.
¿Autocrítica? Ninguna. No hubo autocrítica por el acompañamiento de los Kirchner a la privatización de Carlos Menem en la década del '90. Tampoco por el fracaso de la política energética en los últimos ocho años, período en el que gobernaron Néstor y Cristina Kirchner.