Guadagni se preguntó por qué el Gobierno no toca el capital en manos del grupo ‘australiano‘ Petersen, que sería más barato, en lugar de concentrarse en acciones de Repsol. Alieto Guadagni, secretario de Energía del ex presidente Eduardo Duhalde, se preguntó por qué el Gobierno dejó de lado la expropiación que sería más barata, o sea la de acciones en manos del grupo ‘australiano‘ Petersen, y se concentró en capital en manos de la española Repsol. Guadagni remarcó que el Gobierno consintió la caída de la producción de YPF, cuando el representante del Estado en el directorio de la compañía votó todos los repartos de dividendos, salvo el del último año. Asimismo, el especialista consideró que la medida no solucionará los problemas de abastecimiento de combustibles, sino que en un año el país estará peor. Dijo que, más que comprar papeles con fondos escasos, se debería usar ese dinero para construir centrales hidroeléctricas. Ver más
–¿Qué opina sobre la expropiación de YPF?
–Lo que llama la atención es que no se expropia la empresa sino parte del capital que está en manos del grupo Repsol, mientras que las acciones en manos del grupo australiano Petersen y de los títulos que cotizan en la Bolsa de Nueva York no están siendo parte de este proceso de expropiación. Según un proyecto que circuló la semana pasada, un 25% de las acciones expropiadas hubieran pertenecido al grupo australiano y el 26% a la española Repsol. Ahora, sin embargo, el 51% es capital en manos de Repsol. Y esto implica que se dejó de lado la expropiación del paquete accionario más barato, que sería el de Petersen. Es que el grupo australiano no puso ni un centavo para adquirir la cuarta parte de YPF, sino que lo hizo mediante un acuerdo de deuda con Repsol y un grupo de bancos, avalado por el Gobierno. Me preguntó cómo no se va por la estatización más barata.
–¿Considera justificados los motivos que da el Gobierno para expropiar la petrolera?
–Hay que tener en cuenta que el decaimiento de la producción de YPF fue consentido por el Estado argentino. Esto queda demostrado con dos hechos. El primero es que el director que representaba al Estado en el directorio de YPF siempre votó a favor de las enormes y exorbitantes distribuciones de dividendos que hizo la petrolera, saldo el último año. El otro es que el Gobierno aprobó expresamente el acuerdo de la la venta al grupo australiano Petersen que significó que la empresa hiciera un reparto de utilidades por encima de 90%. Es de destacar que una cláusula de ese acuerdo exigía la aprobación expresa de la Secretaría de Comercio Interior.
–¿Cree que la medida puede dar como resultado la mejora en la provisión de combustibles que necesita el país?
–Justamente la gran pregunta es si esta decisión del Gobierno es la mejor manera de lograr el autoabastecimiento, maximizando el riego inversor que se requiere. Yo lo dudo. Temo que dentro de un año estemos peor que ahora e importando más, porque recuperar la inversión exige tiempo y requiere seguridad jurídica que no existe y un marco económico que no es propicio. Lo que se necesita es aumentar las reservas, y esto requiere exploración geológica de alto riesgo. También hay que preguntarse si dedicar recursos escasos del Banco Central o del Tesoro para comprar papeles accionarios es el mejor cambio para mejorar la matriz energética. Creo que no, que sería mucho mejor usar esos fondos escasos para construir centrales hidroeléctricas, que usan agua –algo que sobra en la Argentina– y de este modo ahorrar combustibles fósiles.
