Las dos caras de Evita que cambian de acuerdo al discurso de Cristina. Una, dulce y suave; la otra, combativa. “Buenas noticias” y retos a empresarios. Las dos Evita son murales que embellecen el edificio de Desarrollo Social. Una mira hacia el Sur donde están los pobres y descamisados, y la otra hacia el norte donde viven los ricos, según la explicación de Cristina Kirchner. Una, dulce y buena. La otra, combativa y vivaz. Una maqueta de ese edificio, colocada estratégicamente detrás de la Presidenta cuando hace sus discursos desde el Salón de la Mujeres, la acompaña de acuerdo a cada ocasión: causalidad o no, se la gira de acuerdo a cómo será ese día la alocución presidencial. La Evita buena y dulce acompaña a Cristina con las buenas noticias
(cuando anuncia aumentos a cooperativas o logros del Gobierno en
teleconferencias con las provincias). Alfredo Gutiérrez/Clarín.
La Evita combativa, en cambio, está detrás de la Presidenta cuando arremete contra empresas, anuncia conflictos con el orden establecido o le pega a la prensa. La estrategia comunicacional de la Presidenta cuida todos los detalles. La Evita bondadosa acompañó el discurso de Cristina del 28 de diciembre, cuando se anunció que tenía cáncer, la misma enfermedad se llevó a la líder del peronismo hace 59 Años . Se buscó, tal vez, impulsar una asociación inconsciente en los televidentes: Cristina también, podría colegirse, lucharía contra la enfermedad que al final, se supo, no era tal. En rigor, ésa fue la primera vez que la maqueta con el rostro de Evita apareció detrás de la Presidenta , tan cerca que ya forma parte de la escenografía que abarca la pantalla de televisión cada vez que transmite un discurso desde el Salón de las mujeres. Aunque las Evitas estaban desde marzo de 2010 en ese salón, aunque más apartadas. No aparecía junto a la imagen, pero ella la quería ahí, a su lado, al punto que el 7 de septiembre de 2011 retó al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, porque no la veía ( “no te hagas el vivo porque de tonto estabas bien” , retrucó la mandataria ante la respuesta de Parrilli). Las dos caras de Evita ya forman parte del paisaje urbano de la avenida 9 de Julio. Las encargó la propia Cristina dentro de las obras de las obras de refacción del edificio de Desarrollo Social que costaron 36 millones de pesos más de lo previsto. Obra de los artistas plásticos Alejandro Marmo y Daniel Santoro, los rostros gigantes entre las ventanas del edificio se asimilan a las gigantografías del Che Guevara y de Camilo Cienfuegos que miran a la Plaza de la Revolución en La Habana. “La quise mirando al sur, hacia las fábricas, hacia los puentes que miles de trabajadores cruzaron el 17 de octubre para liberar a Perón”, explicó la Presidenta el 26 de julio de 2011 al inaugurar la primera cara. La otra imagen, mira hacia desde zona norte: la Evita desafiante del 22 de agosto de 1951, la que advirtió que renunciaba a los honores pero no a la lucha. Algunos ejemplos de la participación de las Evita en el discurso presidencial: el 28 de diciembre de 2011, tras el anuncio del supuesto cáncer, se vio la cara buena y dulce cuando habló de un programa de desendeudamiento a las provincias. El 25 de enero de 2012, cuando retomó la actividad, estuvo la cara combativa (“Estaba mirando hoy el allanamiento a esta consultora internacional Fitch, por parte de la policía tributaria italiana. ¿Dónde está Moreno? Un príncipe usted al lado de los italianos ”, dijo para defender al secretario de Comercio. “Se acabó la avivada”, les espetó a los empresarios). La Evita buena y dulce acompañó a Cristina en el anuncio de aumento a cooperativistas del plan Argentina Trabaja el 28 de febrero, el mismo día que presentó a una enfermera y militante que ayudó en la tragedia de Once. El 13 de febrero, en el acto de entrega de certificados del Programa de Créditos del Bicentenario. Y el 9 de febrero, cuando recordó al fallecido Luis Alberto Spinetta durante la inauguración de obras en las provincias. El 1 de febrero, en cambio, la cara combativa de Evita estuvo cuando Cristina reveló que “ hay sueldos de ejecutivos de 10 millones de pesos, 2 millones de pesos, 4 millones de pesos (…), 20 u 80 veces de lo que gana cualquier funcionario público”.
La Evita combativa, en cambio, está detrás de la Presidenta cuando arremete contra empresas, anuncia conflictos con el orden establecido o le pega a la prensa. La estrategia comunicacional de la Presidenta cuida todos los detalles. La Evita bondadosa acompañó el discurso de Cristina del 28 de diciembre, cuando se anunció que tenía cáncer, la misma enfermedad se llevó a la líder del peronismo hace 59 Años . Se buscó, tal vez, impulsar una asociación inconsciente en los televidentes: Cristina también, podría colegirse, lucharía contra la enfermedad que al final, se supo, no era tal. En rigor, ésa fue la primera vez que la maqueta con el rostro de Evita apareció detrás de la Presidenta , tan cerca que ya forma parte de la escenografía que abarca la pantalla de televisión cada vez que transmite un discurso desde el Salón de las mujeres. Aunque las Evitas estaban desde marzo de 2010 en ese salón, aunque más apartadas. No aparecía junto a la imagen, pero ella la quería ahí, a su lado, al punto que el 7 de septiembre de 2011 retó al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, porque no la veía ( “no te hagas el vivo porque de tonto estabas bien” , retrucó la mandataria ante la respuesta de Parrilli). Las dos caras de Evita ya forman parte del paisaje urbano de la avenida 9 de Julio. Las encargó la propia Cristina dentro de las obras de las obras de refacción del edificio de Desarrollo Social que costaron 36 millones de pesos más de lo previsto. Obra de los artistas plásticos Alejandro Marmo y Daniel Santoro, los rostros gigantes entre las ventanas del edificio se asimilan a las gigantografías del Che Guevara y de Camilo Cienfuegos que miran a la Plaza de la Revolución en La Habana. “La quise mirando al sur, hacia las fábricas, hacia los puentes que miles de trabajadores cruzaron el 17 de octubre para liberar a Perón”, explicó la Presidenta el 26 de julio de 2011 al inaugurar la primera cara. La otra imagen, mira hacia desde zona norte: la Evita desafiante del 22 de agosto de 1951, la que advirtió que renunciaba a los honores pero no a la lucha. Algunos ejemplos de la participación de las Evita en el discurso presidencial: el 28 de diciembre de 2011, tras el anuncio del supuesto cáncer, se vio la cara buena y dulce cuando habló de un programa de desendeudamiento a las provincias. El 25 de enero de 2012, cuando retomó la actividad, estuvo la cara combativa (“Estaba mirando hoy el allanamiento a esta consultora internacional Fitch, por parte de la policía tributaria italiana. ¿Dónde está Moreno? Un príncipe usted al lado de los italianos ”, dijo para defender al secretario de Comercio. “Se acabó la avivada”, les espetó a los empresarios). La Evita buena y dulce acompañó a Cristina en el anuncio de aumento a cooperativistas del plan Argentina Trabaja el 28 de febrero, el mismo día que presentó a una enfermera y militante que ayudó en la tragedia de Once. El 13 de febrero, en el acto de entrega de certificados del Programa de Créditos del Bicentenario. Y el 9 de febrero, cuando recordó al fallecido Luis Alberto Spinetta durante la inauguración de obras en las provincias. El 1 de febrero, en cambio, la cara combativa de Evita estuvo cuando Cristina reveló que “ hay sueldos de ejecutivos de 10 millones de pesos, 2 millones de pesos, 4 millones de pesos (…), 20 u 80 veces de lo que gana cualquier funcionario público”.