Los argentinos "invaden" ciudades de países limítrofes para comprar tecnología barata
Paysandú, Fray Bentos, Colonia, Salto, Carmelo, Santiago, Ciudad del Este o Villazón se han ido sumado a la lista de destinos elegidos para adquirir productos que en esos lugares se adquieren a menos de la mitad o modelos de marcas que no se consiguen localmente. Los detalles de la incursión
Por Patricio Eleisegui
Las restricciones del Gobierno tendientes a impedir el ingreso de productos importados generan, día a día, mayores consecuencias.
Las empresas se quejan, al no poder hacerse de insumos y repuestos, lo que las obliga a tener que demorar ventas, o a detener líneas de producción por la sola falta de elementos muchas veces menores, como puede ser un tornillo.
Muchos consumidores se ponen de malhumor, al ver que tienen que pagar bastante más por mercadería nacional en comparación al valor que exhiben artículos similares en otras capitales del mundo.
Y el cerrojo a lo importado hasta ha generado cambios en la conducta de muchos argentinos.
Aquellos que pueden viajar aprovechan para hacerse de los nuevos "chiches" tecnológicos en el exterior, a precios bastante más baratos. Quienes se ven más limitados, esperan a que un conocido lo haga, para encargarle la compra de algún artículo.
Y, finalmente, viene cobrando fuerza otro grupo, conformado por aquellos que se suben a los "tours" que se dirigen a ciudades de países limítrofes para adquirir en esos destinos aquellas cosas que localmente ya no se consiguen. U otras que en Argentina cuestan muchos más, el doble, en el caso de una gama de artículos (ver nota: Beneficios impositivos que no llegan al bolsillo: los argentinos pagan hasta el doble para fomentar la industria nacional)
Y si hay algo que los argentinos tienen bien desarrollado es el "olfato" para detectar este tipo de lugares.
En busca de las "nuevas" Uruguayanas
Quizá usted lo recuerde, si es que ya sopló las 40 velitas. Tal vez no lo haya vivido, si es que es un poco más joven.
Pero hubo una época en la que los argentinos realizaban verdaderas caravanas al exterior para comprarse todo lo que encontraban a su paso.
En aquel entonces el dólar estaba "preso" a una tablita, que lo obligaba a subir muy por debajo de la inflación. Y eso había transformado a los salarios de los argentinos en los más altos de la región (cualquier semejanza con la actual realidad es pura coincidencia...).
Como la suba de precios interna era alta, los precios en el mercado doméstico subían muchísimo más que en el exterior.
De modo tal que ir de shopping fronteras afuera resultaba un verdadero negocio. Era normal ver largas filas de micros saliendo desde Argentina hacia otros destinos. Todo era furor.
Fueron los años conocidos como los de la "plata dulce".
Y la ciudad brasileña de Uruguayana se había constituido en el epicentro de las compras, a la que concurrían miles de argentinos para adquirir desde un simple juego de sábanas hasta tecnología de última generación.
Fue un fenómeno que caracterizó a buena parte de los años 80. Y hasta dio lugar a una película, que tuvo el mérito de dejar plasmada esa euforia consumista.
Luego llegaron los ´90. Se instauró el 1 a 1, la tecnología comenzó a abaratarse y la ciudad brasileña fue perdiendo protagonismo, en manos de una mayor disponibilidad de productos en las góndolas del país.
Las vueltas del destino (y de la economía inflacionaria nacional) han hecho que -30 años después- vuelva a re-editarse una nueva versión de esta "saga" aunque, esta vez, los argentinos redescubrieron nuevas "Uruguayanas".
Ciudades uruguayas como Paysandú, Fray Bentos, Colonia, Salto, y Carmelo. O chilenas como Los Andes y la capital Santiago, viven en cada fin de semana largo o período vacacional una auténtica "invasión" de turistas albicelestes, que no dudan en viajar para llevarse todo tipo de artículos, desde planchas hasta notebooks.
Esta tendencia, igualmente, no se agota ahí. A la par de estos puntos, sigue en alza la preferencia de muchos argentinos de aventurarse en puntos como Ciudad del Este, en el área paraguaya ubicada en la controvertida Triple Frontera, e incluso, ya en el norte, en localidades de tradición comercial como Villazón, Bolivia.
"En general los electrodomésticos son más baratos en Uruguay que en Argentina. Esa diferencia, como piso, es de un 30 por ciento. Sin embargo, más allá de esa ventaja, el tema es que muchos modelos no llegan a los comercios porteños", afirma Fabián Rozenblum, director de la casa Motociclo.
"En Chile la oferta es muy amplia y además cuesta la mitad que en nuestro país", asegura a iProfesional.com Rubén R., un particular recién llegado de ese país y ahora dueño de un plasma de 32 pulgadas, por el que abonó prácticamente el 50% de lo que cuesta en Buenos Aires.
"Estuve en Mendoza de vacaciones. Crucé la frontera y entré a un Falabella de Santiago. Convertido a pesos argentinos, pagué casi 1.500 por un producto que acá no baja de 3.000", agrega.
Lo expuesto por Rubén es uno de los tantos ejemplos que se escuchan hoy en día.
Invasión a Chile
La marcada tendencia a visitar países limítrofes en busca de "gangas" quedó en marcada evidencia hace escasos días, cuando la Aduana mendocina reveló que durante los fines de semana largos 7 de cada 10 autos argentinos que cruzaron a Chile (por el paso Los Libertadores) regresaron con equipamiento comprado del otro lado de la Cordillera.
Así, durante los feriados de carnavales se batió el récord de vehículos contabilizados en el paso Cristo Redentor.
Si bien los compradores argentinos se inclinaron por adquirir computadoras portátiles y LCD, lo cierto es que las autoridades de control chilenas detallaron que muchos turistas "regresaron a la Argentina también con otros productos, como heladeras, lavarropas y hasta bicicletas".
Es que los precios exhibidos no hacen otra cosa que mostrar una conveniencia que, se teme, irá en aumento.
Un ejemplo: en Chile, un LED HD de 42 pulgadas se consigue a 3.000 pesos argentinos, en cualquier retail de Santiago. Por la misma marca, en casas de electrodomésticos del interior del país se deben desembolsar unos 5.300 pesos.
Para ingresar el artículo, una familia de cuatro personas debe pagar $525 de impuesto aduanero; aun así, el ahorro se acerca a los 2.000 pesos.
Según pudo constatar iProfesional.com en las principales cadenas chilenas, tales como Ripley o la mencionada Falabella, la electrónica llega a costar la mitad que en Argentina.
Al parecer, el "secreto" consiste en que el país trasandino no tiene una presión tributaria fuerte en este segmento.
Pero no sólo en Mendoza se da el fenómeno. En el último tramo de 2011 y principios de este año los registros de Aduanas chilenas del paso Cardenal Samoré, en Osorno, reflejaron un aumento en la cantidad de visitantes.
Tal como era de prever, un 85% eran argentinos "a la caza" de electrodomésticos. Buena parte de ellos, provenientes de Bariloche -distante 117 kilómetros de Osorno- y de El Bolsón, a 240 kilómetros de la ciudad trasandina.
"En los últimos dos meses hubo varios feriados en la Argentina que incentivaron el viaje de habitantes de ciudades cercanas. En nuestro caso, el 50% de los compradores vienen de allá", precisó Raúl Aravena, directivo de la Cámara Franca de Punta Arenas, ubicada en el extremo austral chileno.
Según dan cuenta medios trasandinos, "la mayoría de los compradores provienen de Río Gallegos, Río Grande y Ushuaia".
El fenómeno también se ha extendido a Viña del Mar. En verano las autoridades de ese lugar han dado cuenta de una verdadera "invasión" de argentinos que cruzaron por el paso "Los Libertadores" aprovechando el período vacacional y los fines de semana largo.
Ximena Sepúlveda, subgerenta comercial de la cadena Ripley ubicada en esa ciudad, aportó precisiones: "Los argentinos miran lo que ofrecemos y nos dicen que encuentran tecnologías más actualizadas que las que llegan a su país. Se llevan principalmente equipos electrónicos, televisores y consolas de juegos".
Bienvenido a Uruguay
Por el lado de Uruguay, el panorama resulta bastante similar.
Según pudo averiguar iProfesional.com, los productos que más atraen a los argentinos van desde teléfonos inteligentes, como los iPhone, hasta electrodomésticos pequeños.
En cuanto a telefonía móvil, las sucursales de Salto, Colonia y Punta del Este de la cadena "Cellular Center" dan cuenta de un repunte en sus ventas, producto de este fenómeno.
"En localidades como Punta del Este, Paysandú, Mercedes y Colonia, se nota una gran cantidad de público argentino que viene a comprar cosas que no consiguen en su país", revela Rozenblum, de Motociclo.
"Las planchas, licuadoras, cafeteras, batidoras y algunos equipos de aire acondicionado, son artículos que también últimamente han tenido bastante mayor salida", agrega.
Fernando Vieites, gerente general de supermercados Multiahorro y presidente de la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU), afirma: "Los clientes argentinos nos comentan que vienen a comprar acá porque no consiguen allá".
Los epicentros de adquisiciones, según este empresario, es perceptible en los puntos de venta de la marca situados en Mercedes, Salto y Montevideo.
En virtud del actual escenario, algunas compañías uruguayas ya están afinando sus estrategias de marketing para captar una mayor cantidad de clientes argentinos.
Paraguay y Bolivia también son de la partida
Más allá de Chile y Uruguay, si hay una zona muy popular para los tours de compras de los argentinos, ésta es Ciudad del Este, enclavada en el lado paraguayo de la controvertida Triple Frontera y frente a la localidad brasileña de Foz do Iguazú.
Lo de controvertida no es a título gratuito: se estima que la Triple Frontera recibe cada año casi dos millones de turistas.
Y que el contrabando en ese punto, según cifras divulgadas por el congreso estadounidense, mueve hasta 3.000 millones de dólares anualmente.
En Ciudad del Este se pueden adquirir desde tecnología, indumentaria, calzados de todo tipo, marroquinería, perfumes y hasta joyería.
Para dar una idea de lo popular que se ha vuelto este destino, cabe señalar que, de acuerdo a la Oficina Regional de la Secretaría Nacional de Turismo de Paraguay, de los casi 20.000 extranjeros que arribaron en 2011, la mitad fueron argentinos.
Otro lugar con creciente afluencia, en este caso, de pobladores del Norte, es Villazón, ciudad boliviana que limita con la jujeña La Quiaca.
Equipos GPS, reproductores MP3, cámaras digitales, conviven con un sinfín de artículos. Si bien es un lugar en el que resulta clave conocer de antemano dónde comprar (hay muchas falsificaciones), las diferencias de precio llegan hasta el 50 por ciento.
Así es como los argentinos han ido descubriendo nuevos destinos en los cuales pueden hacerse de marcas que no encuentran localmente o de productos que se comercializan a precios sustancialmente más baratos.
Son las "nuevas uruguayanas", que crecen al calor de los altos valores locales como también de los beneficios impositivos que se ofrecen en Tierra del Fuego para promover la industria nacional, pero que no llegan al bolsillo de los consumidores locales.HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
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