El Gobierno se queja mientras las petroleras festejan sus éxitos. El Gobieno provincial y también la Nación se quejan y dicen presionar a las petroleras por su falta de inversión. Pero las empresas siguen registrando ganancias enormes y hay algunas que se expanden enormemente, como las relacionadas con Vila y Manzano y su socio estratégico YPF. Andes Energía separa sus unidades de negocios. El Gobierno ahora se queja y amenaza a las petroleras por falta de inversión. Pero al mismo tiempo las empresas involucradas crecen y obtienen ganancias a pasos agigantados. En la lista hay algunos privilegiados, como las empresas Andes Energía y Ketsal, que tienen a José Luis Manzano y Daniel Vila como principales referentes. Pablo Icardi/MendozaOnline.
En poco tiempo lograron convertirse en una de las petroleras más prolíficas del país, sin haber sacado nunca una gota de petróleo del subsuelo y también sin tener antecedentes serios en la actividad. Ahora ambas firmas anunciaron buenos resultados en la búsqueda de petróleo no convencional en Neuquén, de la mano de su socio estratégico: YPF. El impulso es tal, que Andes Energía anunció que separará dividirá las dos líneas de la empresa: por un lado el sector energético y por el otro el petrolero. Andes es el holding que controla en Mendoza la principal distribuidora de energía, EDEMSA. Esa empresa es la que nutrió de activos a los proyectos petroleros de Vila y Manzano.
Pero ahora dejarán “caminar sola” a esa rama de la firma. “Teniendo en cuenta la mayor cantidad de actividades proyectadas para ambas unidades de negocios y, en particular, los avances conseguidos en su actual compañía de perforación, el Directorio de Andes considera que la escisión de dichas unidades de negocio mejorará el valor de sus acciones. El directorio también considera que, al estar separadas, las entidades les brindarán a los accionistas y a la comunidad inversora una mayor claridad que redundará en un mejor acceso a los mercados de capitales”, explicaron desde Andes Energía a la Bolsa.
Los descubrimientos de shale oil se produjeron en la formación “corralera”, del norte neuquino. Vila logró poner un pie en la zona donde están los principales activos petroleros del país. El yacimiento en cuestión es propiedad de YPF en un 63 por ciento, de Andes Energía en un 13,5%, de Ketsal en otro 13,5% y el 10% restante es de la empresa estatal Gas y Petróleo de Neuquén. El otro bloque que dio resultados positivos es el “Mata Mora”, que tiene la misma composición accionaria y “produjo un promedio de 10,3M3\D de petróleo y 1434m3\D de gas.
Negocios, estrategia y festejos
Los primeros pasos en el negocio “inmobiliario petrolero” lo dieron en Mendoza cuando consiguieron la concesión de siete áreas petroleras revertidas, a pesar de que estaba prohibido. Vila y Manzano crecieron en el negocio aprovechando la fragilidad de los controles del Estado y la falta de rigor en las exigencias de las licitaciones.
En los concursos presentaron ofertas con cifras enormes, pero, en concreto, nunca serían los encargados de cumplir. Desde el 2008, cuando fueron beneficiados por las adjudicaciones, no hubo ningún avance en las áreas. Pero luego llegó el socio estratégico que, en definitiva, se haría cargo de todo: YPF, la principal petrolera del país, que también es ahora blanco de las críticas del Gobierno. En la misma semana donde los gobernadores de provincias petroleras se quejaban por la falta de inversión de YPF, la petrolera informó que durante 2011 hubo ventas por 51 mil millones de pesos y una ganancia neta por más de 5 mil millones.
Como si fuera un juego de estrategia, los empresarios mendocinos acaparan poder asociándose y comprando otras firmas. Así lograron que sus empresas Andes, Ketsal - Kilwer y Grecoil sean de las más rentables del sector. Una de las claves del éxito, está en la carta de presentación de Andes Energía: la base es comprar barato y vender caro. A pie de página de todos sus comunicados explican que concentran sus negocios en Argentina porque “ofrece activos de primera calidad a precios subvaluados”. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Ayer Vila y Manzano festejaron el éxito de sus empresas de energía y nuevamente mostraron su poder al reunir en su mesa representantes de los tres poderes del Estado: Jueces de la Corte, como Mario Adaro, el jefe de la Legislatura, Carlos Ciurca, y varios ministros del gabinete de Paco Pérez; lista que completaron también tres ex gobernadores. El Gobierno nacional también estuvo presente en el evento privado. El vocero de la presidenta, Alfredo Scocimarro, fue el representante.
Todos aplaudieron las enormes donaciones que las empresas de energía y petróleo del grupo realizaban a la llamada “vendimia solidaria”. “Las empresas del sector energético del grupo donan 1,2 millones de pesos”, decía José Luis Manzano, el cerebro del grupo, ante la mirada de los políticos que lo rodeaban.
A la espera de la Empresa Provincial
Mientras las empresas negocian entre ellas con los yacimientos, en Mendoza está en pleno debate la creación de la Empresa Provincial de Energía. El Gobierno tiene cierto apuro por varias razones. Una de ellas es que tiene en marcha una licitación para adjudicar otras 12 áreas petroleras. Como adelantó MDZ el año pasado, los pliegos de adjudicación especifican que los adjudicatarios se asociarán con la empresa estatal en una Unión Transitoria de Empresas. Pero esa empresa aún no está creada.
El debate está en la Legislatura, donde hay varios proyectos en paralelo. Pero al menos por ahora quieren tener aprobado el “sello”. Es que en los primeros años de vida esa empresa no tendrá mucho margen de acción, pues se ha previsto crearla con un presupuesto de sólo un millón de pesos. Claro que podría capitalizar recursos rápidamente si se transfieren bajo su dominio todos los recursos petroleros, mineros y gasíferos de la provincia.
El primer antecedente en relación a que el Estado y las empresas sean socios también remite al grupo Vila - Manzano. En el 2008 le propusieron al gobernador Celso Jaque que el Gobierno sea socio en las áreas petroleras que les habían otorgado. Luego de que el dato se hiciera público y de seis meses de análisis, finalmente la operación se frustró.