SOMOS LOS PIRATAS

¿Somalía? ¡No! ¡Santa Cruz, Argentina! La depredación minera de los últimos años en nuestra patria, ha llegado a niveles insospechados. Además de las condiciones de exploración y extracción sumamente ventajosas para todas las multinacionales del oro y una legislación favorable al saqueo, ahora también ha quedado expuesto, a través de un naufragio turbio, el tráfico ilegal de nuestras riquezas nacionales. Cosa que sucede en gran escala hace rato. Los viejos piratas que asolaron estas playas por siglos, se ve que han dejado cría que los supera ampliamente. ¿No es perverso, que mientras se le cobran leoninas retenciones a los productores agropecuarios, por otro lado esté tan manifiestamente protegido por la propia presidente este latrocinio feroz? Las 10 toneladas de oro hundidas a 75 metros de profundidad, en las frias aguas del Atlántico frente a nuestras costas patagónicas, deberían ser decomisadas por su extraño y no declarado origen. El siniestro y sus causas, está sirviendo de pantalla a los negociados que como por un colador, traspasan las ya inexistentes fronteras argentinas. Ahora el rescate y sus alternativas, que no dejan de ser interesantes, va a servir de distracción de lo fundamental y escandaloso. Lloyd`s, la principal aseguradora de la City londinense, no ha reparado en gastos y ha contratado a los noruegos que rescataron el submarino nuclear ruso "Kursk". El caso del naufragio del "Polar Mist", buque de pesca de altura devenido en transportador de oro clandestino, ojalá sirva de despertador en este tema y otros. Quizás no haya mal que por bien no venga.