Antonio Caló |
Además de con SMATA y UOM, hay conversaciones con UOCRA y Comercio.
Sigilosamente, el Gobierno avanza en una negociación clave: sumar más gremios a la lista de sectores que aceptarían firmar aumentos salariales con un tope del 18% para todo el año. Ya está dentro del acuerdo, tal como adelantó este diario, el SMATA de Ricardo Pignanelli y estaría a punto de acordar la Unión Obrera Metalúrgica de Antonio Caló.
La intención oficial es que para febrero el listado lo integre la mayor cantidad posible de sindicatos industriales y de servicios básicos, para que en el momento de avanzar en las negociaciones paritarias de 2012 la cantidad de agrupaciones que acepten la nueva marca tope sean lo suficientemente importante como para arrastrar al resto de sectores gremiales, algo reacios a avalar el 18% oficial.
Detrás de esta intención está una de las metas económicas fijadas por el Gobierno para este año: despejar para el sector privado una de las dudas más importantes que tienen los empresarios para avanzar en decisiones para 2012. En todas las reuniones que mantuvo la presidente Cristina de Kirchner con empresarios antes de asumir el 10 de diciembre pasado y también después recabó la preocupación sobre el capítulo paritarias, como la condición más importante para este año en cuanto a las decisiones de inversiones. La jefa de Estado aceptó el problema, y dio la orden a comienzos de su mandato a varios ministros clave para operar en consecuencia. Son estos funcionarios los que ya están avanzando, cerrando casi en secreto con los primeros sindicatos. Las terminales automotrices y SMATA están entre los primeros, y se sumarán las siderúrgicas y acerías más importantes del país.
En la búsqueda de interlocutores gremiales con las que ya hay contactos figuran desde la UOCRA de Gerardo Martínez, hasta el Sindicato de Empleados de Comercio de Armando Cavalieri; Luz y Fuerza de Oscar Lescano y los encargados de edificios de Víctor Santa María.
A todos se les prometen dos cosas a modo de convencimiento. Primero, que el aumento salarial anual del 18% será en realidad mayor, dado que está en plena preparación el nuevo mínimo no imponible de Ganancias que elevaría a un nivel
lo suficientemente importante como para liberar un porcentaje mayor de alza salarial. Además, se promete que habrá desde los empresarios algún tipo de acuerdo de precios básicos, para que la inflación general real del país, lejos de la que mide el INDEC, se mantenga por debajo del 20%. Según las sumas y restas de algunos despachos oficiales, la suba del mínimo de Ganancias será como piso el incremento salarial real que tendrían los asalariados argentinos en 2012.
Las negociaciones que está manteniendo el Gobierno, por ahora casi secretamente, tienen además un costado político importante. De concretarse la firma de estas paritarias con la meta del 18% entre febrero y marzo, es la primera vez desde 2006, en que no se requerirán los servicios de Hugo Moyano y su sindicato de camioneros para hacer de faro en la meta de subas salariales paritarias. Así ocurrió desde ese año hasta 2011, cuando el titular de la CGT y el Gobierno de Cristina de Kirchner cerraron un alza del 24,5% total. En este ejercicio, el Ejecutivo tiene la decisión tomada de tratar a los camioneros moyanistas como un gremio más, incluso menos trascendentes como SMATA, la UOM y la UOCRA. La estrategia oficial de las negociaciones paritarias de este año, es priorizar a los sindicatos «industriales» frente a los de «servicios», ubicando a Moyano en el segundo.
El camionero no se quedará quieto ante la embestida. Ya está cerrando filas con sus principales seguidores (taxistas de Omar Viviani, judiciales de Julio Piumato, panaderos de Abel Frutos; más algunos recientes aliados como el representante de los trabajadores del campo Gerónimo «Momo» Venegas, los gastronómicos de Luis Barrionuevo y, quizá, los Metrodelegados y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Pablo Micheli. En todos los casos, el diseño de pedido de aumento salarial para este año, no bajaría de un 30%.