Un "falso positivo" que conmovió al país.
"Fue un falso positivo", resumió a LA NACION una fuente muy cercana al equipo médico de Cristina Kirchner, al referirse al cáncer de tiroides que le fue diagnosticado el 22 de diciembre, por el cual fue operada el miércoles pasado. Los resultados del estudio histopatológico de la tiroides extirpada, conocidos ayer por la mañana, revelaron que, en verdad, nunca tuvo cáncer, sino que su glándula tiroidea estaba afectada por nódulos benignos llamados adenomas foliculares.
"Esto sucede en un porcentaje mínimo de pacientes y, en este caso, le sucedió a la Presidenta, pero fueron cuatro y no sólo uno los especialistas que coincidieron en que la punción era compatible con un carcinoma papilar", sostuvo la fuente. El diagnóstico definitivo de adenoma folicular, que leyó ayer a la mañana el secretario de Medios, Alfredo Scoccimarro, ante los periodistas y un centenar de militantes, revela que ambos lóbulos de la glándula tiroidea estaban afectados, lo que justifica la cirugía realizada.
La buena noticia, informó Scoccimarro, es que no hay presencia de células cancerígenas, por lo que no va a ser necesario el tratamiento con yodo radiactivo.
Al diagnóstico de cáncer de tiroides se arribó a partir de una ecografía de rutina, en la que se observó la presencia de nódulos que luego fueron analizados mediante una punción citológica. El análisis de la punción se repitió cinco veces para confirmar el resultado.
"La punción es siempre un estudio orientador, nunca un diagnóstico definitivo", afirmó el doctor Marcelo Figari, jefe de la Sección Cabeza y Cuello del Servicio de Cirugía General del Hospital Italiano. "El análisis citológico aporta un diagnóstico orientativo, pero el diagnóstico completo se obtiene cuando se saca la pieza [la tiroides] para su estudio histopatológico. Una cosa es analizar células, y otra es el análisis de todo el tejido y de sus estructuras", coincidió el doctor José Luis Volpacchio, jefe de Ecografía General del Centro de Diagnóstico Dr. Enrique Rossi.
Los especialistas coinciden en que el tratamiento implementado -la extirpación completa de la tiroides- era el camino correcto por seguir, ya fuera que se trate de un cáncer, como se pensaba inicialmente, o de nódulos benignos, como los que reveló el estudio histopatológico.
"Las punciones arrojan un grado de potencial malignidad, que es del 1 al 6, y en el que el 1 es el menor potencial de malignidad -explicó Figari-. Las punciones de la Presidenta hablaban de un grado entre 5 o 6, y en un caso como ese nadie puede dudar en realizar una cirugía que aclare el diagnóstico."
Además, los estudios histopatológicos conocidos ayer confirmaron que ambos lóbulos de la tiroides, y no sólo el derecho, como se observó inicialmente, estaban afectados. "Aunque los nódulos sean benignos, si en una operación se confirma que hay en ambos lados se saca toda la tiroides, porque no hay nada que preservar", explicó el doctor Marcos Abalovich, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Tiroides.