FRACASÓ EL SHOW Y NADIE SE HACE CARGO
La tragedia sucedida con Candela Rodríguez, pone en el centro del debate nuevamente el accionar de la Policía Bonaerense a la hora de llevar adelante la investigación sobre la desaparición de la chiquita que conmocionó al país. Causas que llevan a que se hable sobre la ineptitud de las fuerzas de seguridad en la provincia.
Tras 10 días de angustia y de una investigación que mantuvo al país entero en vilo, el cadáver de Candela Rodríguez fue encontrado en la localidad bonaerense de Villa Tesei, a sólo 35 cuadras de su casa. A pesar de los rastrillajes y la búsqueda total que encabezaron las fuerzas de seguridad bonaerenses para hallar alguna pista que llevara al encuentro de la niña, una cartonera fue la que encontró sus restos en el interior de una bolsa que estaba en un campo abierto en el cruce del Acceso Oeste con la avenida Vergara. Desde distintos lugares de la sociedad han salido a criticar el accionar de la Policía bonaerense a la hora de llevar adelante la búsqueda y la investigación sobre la desaparición de la chiquita, dejando al descubierto el total desconcierto que reina en la fuerza, que no cree en la política ejecutada por el ministro de Seguridad provincial, Ricardo Casal, por lo que hacen a la fuerza prácticamente inmanejable y con poca credibilidad en las políticas que bajan desde el gobierno provincial. La falta de capacidad de la fuerza policial para llevar adelante la investigación quedó en evidencia al momento en que fue una cartonera la que descubrió el cuerpo de Candela y no los rastrillajes que la Policía había hecho en el lugar, que supuestamente se encontraba bajo la estricta vigilancia de los más de mil efectivos que se habían puesto al servicio de la investigación.
Según las autoridades policiales, Candela fue buscada con todas sus fuerzas y poniendo a su personal al máximo esfuerzo, sin que los mismos dieran algún resultado favorable. La realidad muestra que el lugar donde fue encontrado el cuerpo era fácilmente divisible desde todos sus puntos y que la falta de una cámara de vigilancia en la zona, permitió que los autores del hecho se movieran con absoluta impunidad, pudiendo tirar el cuerpo de la joven sin que nadie los divisara ni tomara nota de ello.
Esto último es lo que lleva a muchos especialistas en seguridad a hablar de cierta incapacidad de los policías involucrados en la investigación para llevar adelante la misma, dejando en claro que en muchas partes de la misma la improvisación reinó, así como también cierta anarquía la hora de conducir la búsqueda de la pequeña.
El acceso Oeste es uno de los más transitados del conurbano bonaerense, por lo que resulta todavía irrisorio que no haya cámaras de seguridad que cubran todo su trayecto, ya que de haberlas tenido, hoy se podría llegar a saber quiénes fueron los responsables de arrojar el cuerpo de Candela en ese decampado lindante al mismo, lo que ahorraría muchas horas de investigación de los efectivos involucrados.
Además, resta preguntarse por qué no se produjeron efectos inmediatos en la investigación sobre las personas que rodeaban al padre de la niña, quien se encuentra cumpliendo una condena de cuatro años por piratería del asfalto, y que desde un comienzo fueron puestos en la mira por creerse que podría ser una especie de “ajuste de cuentas” contra el padre.
Otro de los datos que llaman la atención de los estudiosos del caso, es por qué las llamadas extorsivas se realizaron en forma tan corta y brindando pocos datos, sin siquiera dar información sobre si Candela se encontraba aún con vida o no.
Se llevaron adelante allanamientos en las casas aledañas a la vivienda familiar de los Rodríguez en la búsqueda de datos que llevaran al hallazgo de la pequeña, siendo todos ellos negativos y sin producir ninguna clase de certezas para la investigación, logrando generar aún más incertidumbre y desconfianza en quienes miraban desde afuera el caso.
Esta situación lleva a hacerse varias preguntas sobre el accionar de la fuerza policial en el mismo. ¿Hubo realmente rastrillajes en la zona o es algo que dice la propia fuerza para tapar la inoperancia y la falta de los mismos para no hace quedar peor todavía a la Bonaerense?, ¿por qué desde el ministerio que conduce Ricardo Casal se do información sin estar bien anoticiado sobre el tema?, ¿por qué no había personal policial recorriendo el Acceso Oeste a pesar de que se había marcado en anteriores ocasiones de que seguramente era una de las vías de escape de quienes secuestraron a Candela?, ¿por qué se manejaron tantas hipótesis y no se siguió aquella que parecía la más plausible como era la de un supuesto ajuste de cuentas hacia el padre?, ¿está la Policía Bonaerense de acuerdo con la política de seguridad seguida por Casal, o simplemente la llevan adelante a desgano?, ¿continuará habiendo un cegamiento policial sobre la falta de acciones ejecutadas en la zona donde se encontró el cuerpo y admitir el fracaso de de la acción llevada adelante?, ¿hay un total convencimiento del gobierno provincial en la política de seguridad que se viene ejecutando en los últimos tiempos?.
Preguntas que por el momento no tienen respuestas, y que sólo hacen que las dudas sobre este caso sigan adelante, fomentando las habladurías populares y tejiendo más incertidumbre que certidumbre, en un caso que puede marcar a fuego a la administración Scioli en su relación con las fuerzas de seguridad.