HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

martes, 20 de septiembre de 2011

BRASIL "SE CORTA SOLO" EN LA CRISIS:

Ya devaluó 16% y causa alarma entre empresarios argentinos


En apenas dos meses el real se derrumbó frente al dólar. No es casual. Responde a la estrategia del Gobierno de abaratar sus productos para hacerlos más competitivos. "Dilma no es Lula", remarcan los analistas, en alusión a la gran ayuda que brindó el expresidente al "Made in Argentina"

Fue una de las expresiones predilectas de la oposición a la hora de quitarle méritos al gobierno kirchnerista. Además, durante años se convirtió en la muletilla elegida por los economistas para explicar el inmejorable contexto internacional que beneficiaba al Ejecutivo y que, en parte, se estaba desperdiciando. Y, tanto para la administración del ex presidente Néstor Kirchner, como para Cristina, fue una de las grandes causas por las cuales se pudo mantener la fiesta del consumo y del gasto, en momentos en que el mundo se caía. Se trata, ni más ni menos, que del tan comentado "viento de cola". El mismo que, desde hace años, viene soplando desde lugares distintos.

Por un lado, gran parte de las ráfagas provienen de Asia, dado que China y los países de esa región son los grandes responsables de que actualmente el precio de la soja se mantenga en niveles históricos.

La otra "bocanada de aire" provino durante años de Brasil, que se convirtió en un aliado clave de la Argentina, especialmente a la hora de sortear lo peor de la crisis internacional iniciada a fines de 2008.

En efecto, mientras Lehman Brothers se derrumbaba y comenzaban a crujir las economías de EE.UU. y de Europa, el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva se convirtió en una suerte de "salvador" para los empresarios argentinos.

No es para menos: en plena turbulencia global había instrumentado un plan para impulsar el consumo en el mercado brasileño. De este modo, puso en funcionamiento la "aspiradora verdeamarela" y los productos industriales argentinos se empezaron a vender como pan caliente en ese destino.

"Brasil fue un factor fundamental que le permitió a la Argentina sobrellevar lo peor de la crisis iniciada en 2008. De eso no hay dudas", explicó Jorge Vasconcelos, economista jefe del IERAL, en diálogo con iProfesional.com.

Uno de los casos testigos fue el de la industria automotriz: mientras que en 2009 la producción y el patentamiento de 0 Km se derrumbaron un 14% y un 20%, respectivamente, Brasil le compró al país un 14% más de vehículos que en 2008.

Por otra parte, el "salvador" Lula también fue de lo más tolerante en momentos en que se exacerbó el proteccionismo argentino, que tenía como objetivo defender los puestos de trabajo a costa de enfrentar roces con los gobiernos de los principales socios comerciales.

Así, mientras que prácticamente todos los países pusieron el grito en el cielo, el Brasil de Lula fue sumamente contemplativo y su única forma de protesta fue frenar, durante algunos días, camiones con vinos, ajos y algunos productos regionales de escaso valor.

El fin de una era
Sin embargo, para los expertos, la dirección del viento ahora cambió: si bien el impulso sigue llegando desde Asia, de la mano de una soja fuerte, las ráfagas que provienen desde Brasil amenazan con dejar de ser un "viento de cola" para convertirse en un "viento de frente".

En otras palabras, el país vecino, conducido por la "dama de hierro" Dilma Rousseff, de a poco está dejando de ser la "tabla" de salvación para convertirse en un gran foco de preocupación para la economía doméstica.

Recientemente, Welber Barral, ex secretario de Comercio Internacional de Lula durante cinco años, había confirmado a iProfesional.com que Dilma no tiene mucho en común con el ex presidente y que esto pone a la Argentina en desventaja.

"Rousseff privilegia una agenda interna y no tiene las pretensiones globales de Lula. Por eso, la paciencia no es el fuerte de su carácter", explicó el ex funcionario. Y una muestra clara de su estilo pudo verse cuando no le tembló el pulso, meses atrás, a la hora de frenar miles de autos argentinos en la frontera, como represalia ante el "cerrojo K".

Se encienden las luces de alerta
Los temores sobre la "dama de hierro" están transformándose, de a poco, en una cruda realidad para los empresarios argentinos.

En este contexto, ¿de qué manera el país vecino está dejando de ser un "aliado clave" -como lo fuera en las épocas turbulentas de 2008, de la mano de Lula-, para "cortarse solo" en esta crisis, con Rousseff al mando?

El gobierno de Dilma dejó en claro que privilegiará la competitividad de su economía por sobre la inflación. Vale decir, que hará crecer su industria abaratando los productos.

"El escenario de crisis global aumentó la necesidad de acciones más fuertes para mejorar la competitividad de la industria brasileña. No sólo de los exportadores, también de las empresas locales que compiten con productos que llegan de otros países", señala un documento de la Secretaría de Asuntos Estratégicos.

Y la decisión de avanzar en este sentido la confirma la reciente reducción en la tasa de interés, del 12,5% al 12%, algo que varios analistas ven como el primer paso de sucesivas rebajas.

Al respecto, Leonardo Bazzi, responsable de Research de Puente, sostuvo que "el Banco Central de Brasil cambió su política y el mercado ya da por descontado una nueva reducción de otros 100 puntos básicos hacia fines de año, lo que la ubicaría en un 11% en diciembre".

¿Qué significa el hecho de que Brasil avance en reducir la tasa de referencia? Tal como señaló Vasconcelos, "con esta medida intenta ser menos atractivo para los capitales y que esa plaza no desborde de dólares. Así, evita un abaratamiento de la divisa estadounidense, es decir, un encarecimiento de la moneda brasileña".

De esta manera, en plena crisis global, Dilma está logrando lo que muchos analistas tildaban, lisa y llanamente, como un "imposible": ponerle fin al "súper real".

Barajar y dar de nuevo
Los nuevos rumbos que está tomando la divisa del país vecino marcan un preocupante cambio de escenario para la Argentina.

Es que la moneda de Brasil era de las que más se venía apreciando en todo el mundo. A tal punto que en julio pasado, apenas dos meses atrás, había alcanzado su mayor valor respecto al dólar de los últimos 12 años.

Este "súper real", totalmente encarecido y poco competitivo, fue lo que le dio oxígeno a la Argentina y lo que le permitió a la industria nacional tolerar un tipo de cambio moviéndose a cuentagotas mientras la inflación interna cabalgó por encima del 20% durante los últimos años.

Sin embargo, este lunes las noticias volvieron a poner en alerta a los empresarios locales: el real se está desvaneciendo a pasos acelerados y este lunes alcanzó su valor nominal más bajo en 14 meses, tras cerrar en 1,78 unidades por dólar.

Así, desde el mes de julio, cuando se revirtió la tendencia, la moneda brasileña lleva acumulada una devaluación del 16 por ciento.

Para sumar más luces de alarma, cabe destacar que días atrás, desde el seno del propio Gobierno recomenron al Ministerio de Hacienda "cambiar intensamente la política monetaria" para avanzar en una devaluación más pronunciada de su moneda.

Así es como cada vez más expertos -ayer escépticos- hoy prevén que el real seguirá abaratándose, poniendo en grave riesgo a la industria argentina.

Incluso hay quienes aseguran que la divisa brasileña alcanzará el "punto de no retorno" -de 2 reales por dólar-, es decir, el nivel a partir del cual la economía local entrará en zona de turbulencia.

Tal como diera cuenta iProfesional.com, para el especialista en comercio exterior, Raúl Ochoa, el real "alcanzará esa cotización antes de fin de año".

Por su parte, André Cabus Klotzle, economista de la Universidad Católica de Rio de Janeiro, alertó que "el nivel de 2 reales por dólar es sólo una cuestión de tiempo. Y la verdad es que esto se puede producir en el muy corto plazo".

Esto implicaría una impensada y peligrosa devaluación de la moneda brasileña del orden del 30% respecto a julio, un escenario que desde el IARAF analizan como posible.

"Con el nuevo escenario que plantea Brasil, hoy a un empresario argentino le diría que se tiene que preocupar. Incluso, si la situación en Europa empeora, el real podría devaluarse con mucha más fuerza. Con lo cual, el problema de la competitividad argentina se podría profundizar", alertó Vasconcelos.

"Si Europa no logra evitar un nuevo colapso al estilo Lehman Brothers, la situación va a ser aun peor. En este caso, podría moverse más allá de la barrera de los 2 reales por dólar. No hay que olvidarse que en 2008 llegó a tocar los $2,40", disparó.

Con su particular estilo gráfico, el economista Juan Carlos de Pablo también encendió las luces de alerta: "Cuando uno ve brasileños viajando por todos lados, cuando se los ve aquí en los negocios diciendo ´déme dos´, tiendo a suponer que en algún momento algo ocurrirá con el tipo de cambio".

"No caigamos en la fantasía de que Rousseff llamará a Cristina Kirchner por teléfono para avisarle que va a devaluar. Cuando Brasil necesite tomar alguna medida, la tomará sin previo aviso", remató De Pablo.

¿Más tensión para el BCRA?
Desde el IARAF, el economista Nadin Argañaraz, aseguró que una devaluación del real, "además de menores exportaciones argentinas hacia Brasil", implicará un mayor ingreso de productos más baratos de ese país a este mercado.

Ante este escenario, los sectores que se verán claramente afectados son, además de las automotrices, los fabricantes de electrodomésticos, calzado, indumentaria y demás bienes de consumo.

Desde Cafagas, la cámara que nuclea a fabricantes de cocinas, su presidente, Hugo Ganim, alertó que "una devaluación del real que no sea acompañada con una suba del dólar en la Argentina a nosotros nos mata. No hay que olvidarse que somos vecinos de un gigante que si gana mucha competitividad, nos aplasta. Hay que tener mucho cuidado".

Sin embargo, desde el IARAF alertaron que "no solamente la industria deberá estar atenta, sino también otras actividades comerciales y de servicios que también se verán afectadas, ya que son sectores que han sido beneficiados como consecuencia del súper real en Brasil".

En este contexto, desde Cafagas aseguraron que "es clave acompañar el movimiento de esa moneda, haciendo subiendo el dólar en el mercado interno para no perder competitividad cambiaria. Así vamos a defender a sectores que tienen alto nivel de componentes nacionales y dan trabajo a miles de argentinos".

Frente a estos temores, Argañaraz destacó que "lo más probable es que ante un escenario de devaluación en Brasil, Argentina también acompañe con una devaluación del peso".

Al respecto, los números plasmados en el proyecto de ley del Presupuesto 2012 auguran un dólar rondando los 4,40 pesos.

Sin embargo, si bien esa cifra es un valor promedio, las proyecciones de los analistas marcan un valor más elevado hacia fines del año próximo, especialmente considerando el escenario del que se parte, del achicamiento en el superávit comercial y una fuga de capitales sostenida.

Así, desde el banco de inversión Goldman Sachs le sacaron punta al lápiz y prevén un billete verde a $5,15 para 2012.

Para, Juan Ignacio Ruth, de FDI Gerenciamiento Patrimonial, "seguramente el movimiento del real será un incentivo para que el Central haga subir más rápido el valor del dólar en el mercado interno, aunque teniendo en cuenta que falta tan sólo un mes para las elecciones generales, lo más probable es que esperen a que éstas hayan pasado".

En la misma línea, Marina Dal Poggetto, economista del Estudio Bein & Asociados, destacó que "hasta octubre, el Central va a tratar de que el tipo de cambio se mueva menos, aún perdiendo algo de reservas".

Sin embargo, pasadas las elecciones, el movimiento se hará más intenso y en diciembre "rondará los $4,39 por billete verde", es decir, apenas un centavo por debajo de lo que el Gobierno espera para todo el año próximo.

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