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RECLAMOS CEGETISTAS
CERCA DE MOYANO RECHAZAN QUE EL PEDIDO SEA UNA PROVOCACIÓN HACIA CRISTINA
La CGT se endurece con el Gobierno y exige suba de 42% en el salario mínimo
21-07-11 00:00 Reclama que ese piso llegue a $ 2.600 y pide la eliminación de topes para el cobro de asignaciones. La cúpula gremial negó que el planteo sea una represalia por la listas
Como una señal contundente de la creciente distancia instalada en su relación con el Gobierno, especialmente después del “ninguneo” oficial en la conformación de las listas, la conducción de la CGT, liderada por Hugo Moyano, optó ayer por asumir una estrategia de endurecimiento de su discurso público hacia la administración de Cristina Fernández y, tras advertir que irá por reclamos “más intensos”, anticipó que exigirá en el Consejo del Salario un aumento del 42% en el sueldo mínimo vital y móvil, para llevarlo a $ 2.600.
El reclamo de la central obrera, consensuado durante la tarde de ayer en una reunión de la cúpula de la entidad, supera con amplitud las expectativas del Gobierno que para esa inminente negociación impulsa una suba en torno al 25% para fijar el mínimo en $ 2.300, y hasta los cálculos previos que deslizaron cerca de Moyano, en el sentido de pedir un piso salarial de $ 2.400.
Además, la proporción del pedido de 42% de aumento del mínimo se ubica muy por encima de las subas acordadas en las recientes paritarias, que en promedio alcanzaron el 28%, y casi duplica el 22% de incremento que se fijó en 2010 cuando el salario mínimo, vital y móvil se elevó de $ 1.500 hasta la cifra actual de $ 1.840.
“Creemos que es un buen umbral para los salarios, es razonable y lógico establecer un ingreso de entre $ 83 y $ 85 por día para cada trabajador más las asignaciones familiares”, explicó el dirigente Juan Carlos Schmit (dragado), al término del encuentro encabezado por Moyano. El gremialista insistió en rechazar que la proporción de ese reclamo constituya una provocación de la CGT al Gobierno como represalia por la escasa representación sindical en las listas del oficialismo, aunque sostuvo que la central obrera aspira a consolidar hacia adelante una “relación madura” con el Ejecutivo, priorizando la apuesta por “una mayor exigencia de que se resuelvan los temas pendientes”. “Seguiremos acompañando este modelo de inclusión social, pero haciendo valer los intereses de los trabajadores”, enfatizó Schmit.
La advertencia pareció reforzada por un segundo reclamo de la cúpula gremial: la exigencia de eliminar los topes salariales que rigen para las asignaciones familiares y universalizar el cobro de ese beneficio. “El sistema es altamente discriminatorio sobre los trabajadores. Es una medida que había tomado el gobierno de la Alianza y creemos que sería un acto de justicia que la modifique este gobierno”, apuntó Schmit en la rueda de prensa, en la que también indicó que trasladarán ese pedido a la mesa de negociaciones del Consejo del Salario.
Además de esos planteos, los miembros del consejo cegetista también analizaron ayer el impacto del último aumento del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias y la posibilidad de reclamar una nueva actualización de ese piso, y renovaron la presión por el reparto de alrededor de $ 10.000 millones adeudados a las obras sociales sindicales.
El encuentro de ayer de la primera plana sindical fue el primero tras el desplante oficial en la negociación por las listas. La cumbre tuvo lugar en medio de la situación de tensión instalada en la interna cegetista, que llevó a importantes dirigentes aliados a Moyano a tomar distancia del camionero disconformes con sus manejos personalistas y a acelerar las conversaciones por el recambio en la jefatura sindical. Muestra de esos cuestionamientos fue la ausencia de una decena de gremialistas en la reunión de ayer, como los casos de Omar Maturano (Fraternidad), Andrés Rodríguez (Upcn), Gerardo Martínez (Uocra), entre otros, que optaron por enviar representantes de segunda línea a la convocatoria formulada por Moyano. La tensión interna, sin embargo, no fue analizada en el encuentro.
