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Gran Bretaña: desbarataron una banda que preparaba un atentado contra Benedicto XVI. La BBC informó por su parte que Benedicto XVI "no quedó muy preocupado" por el anuncio del atentado. Scotland Yard desbarató en Londres un atentado durante la visita del Papa Benedicto XVI, al arrestar en el centro de la ciudad a cinco argelinos que trabajaban como barrenderos, y más tarde a un sexto sospechoso, en el marco de una "redada de seguridad antiterrorista".

Los detenidos, de entre 26 y 50 años de edad, habían sido contratados por la firma de limpieza Veolia Environmental Services para limpiar las calles del barrio de Westminster, que atravesó el Papa en su recorrido hacia el Palacio del Parlamento a la Abadía de Westminster.

Cinco argelinos fueron detenidos en la madrugada, y un sexto sospechoso por la tarde, en una vivienda del norte de Londres.

Según fuentes policiales, el grupo planeaba un atentado en esa zona de la capital británica, que podría haber puesto en peligro la vida del Pontífice, quien inició el jueves una visita de Estado de cuatro días a Gran Bretaña, la primera de esas características de un Papa en la historia del país.

La BBC informó por su parte que Benedicto XVI "no quedó muy preocupado" por el anuncio del atentado, "ya que él enfrenta este tipo de operaciones donde sea que vaya".

Por su parte, el vocero papal, padre Federico Lombardi, afirmó que el Pontífice "está calmo y ha recibido una cálida bienvenida en cada lugar que visitó", al agregar que el Papa estuvo en Sarajevo, "un lugar potencialmente más peligroso que Gran Bretaña".

También destacó que Benedicto "tiene confianza total" en Scotland Yard y en la habilidad de los agentes policiales, y confirmó que el equipo papal no contaba con información específica acerca del operativo de seguridad.

"La policía ya dijo que no es necesario el cambio del programa", continuó.

La alerta por "amenazas terroristas" en el Reino Unido no fue elevada como consecuencia de las detenciones, como tampoco se modificaron los planes de seguridad para la visita papal.

El actual nivel de amenazas al país es "severo", que significa que un atentado "es altamente probable".

En la redada policial, que fue lanzada por la Unidad Antiterrorista de la Policía Metropolitana tras recibir información, no se hallaron explosivos ni armas de fuego.

Los sospechosos fueron detenidos en el depósito de Veolia en Chiltern Street, en el barrio de Paddington, y trasladados de inmediato a una comisaría de alta seguridad de Londres, donde eran interrogados por detectives.

Según la Policía, los arrestos se produjeron en el marco de la Ley Antiterrorista británica, que incluyó allanamientos en un negocio del centro de Londres y casas en el norte y este de la ciudad.

Los cinco "están sospechados de comisionar, preparar o instigar actos de terrorismo". "Los allanamientos iniciales no detectaron elementos amenazadores. Los arrestos fueron hechos luego que la Policía recibió información", declaró un vocero de Scotland Yard en un comunicado.

"Después de los arrestos, la organización policial para la visita papal fue revisada y estamos satisfechos con que nuestro plan actual de vigilancia siga siendo apropiado", agregó.

La visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña cuenta con fuertes medidas de seguridad y control, incluidos coches a prueba de balas en los que se trasladó el Papa, como también oficiales armados de protección las 24 horas.

Los operativos de seguridad papal le costarán al erario británico al menos 3 millones de dólares.

Las detenciones se producen después que los servicios secretos británicos MI5 alertaron que grupos de disidentes republicanos opuestos al control británico en Irlanda del Norte podrían tratar de atentar en Reino Unido, provocando un gran número de muertos.

El jefe del MI5, Jonathan Evans, destacó que los supuestos planes de Al Qaeda que tienen como objetivo Reino Unido "se originan cada vez más en Somalia y Yemen, en parte como resultado de la presión antiterrorista contra los líderes del grupo integrista en Pakistán".

Gran Bretaña fue blanco de un sangriento atentado suicida el 7 de julio de 2005, cuando cinco jóvenes islamistas británicos causaron la muerte de 52 personas y más de 700 heridos al detonar sus mochilas cargadas con explosivos en varios trenes y un autobús de la capital. Estos fueron los atentados más mortífero en Londres desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

FUENTE: ÁMBITO FINANCIERO