HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 4 de septiembre de 2009

MATRIX

Los ciclos políticos de gran parte de Sudamérica parecen inducidos y calcados. Salvo en los períodos de coincidencia verdaderamente soberana, el resto de los modelos parecen digitados desde usinas inteligentes, con mucho poder e interesadas en determinados comportamientos paralelos. Sin mayores detalles sobre los parecidos anteriores, consideremos este tiempo donde es muy notorio el fenómeno. Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Nicaragua y Argentina, cada uno con su estilo por idiosincrasia, tradición e historia particular, tienen comunes denominadores políticos y culturales aplicados simultáneamente por los respectivos presidentes de ésta época. Como que existiera un “manual de comportamiento” común a todos estos procesos. Desestimamos ex profeso de esta lista a Brasil, Uruguay y Chile, no por estar excluidos desde las intenciones de aquellas usinas, sino por componentes en la personalidad de los mandatarios respectivos y que los torna más independientes y soberanos que el resto del batallón. Por su alineación manifiesta y otro tipo de conducta, excluimos también a Perú y Colombia. Volviendo a los iniciales, consignamos una serie de parecidos que si bien globalizados muchos de ellos, en nuestros países adquieren una inusitada dedicación oficial. Y vamos a analizar quizás al principal componente de esta política y madre de otras pústulas. Se trata del discurso falsamente épico y confiscatorio de los significados de las reivindicaciones profundas de todos nuestros pueblos. Es esta una de las simetrías más notorias. So pretexto de realizarlos con la boca, con las piernas caminan en dirección contraria. Sería algo así como, mejor que hacer es decir. Un resultado evidente de esta operación, luego de un sostenido empeño, es el vaciamiento político e ideológico de toda protesta u oposición. Convocan de esta manera, vacía de contenidos, una oposición a su medida. Derechizada por las circunstancias narradas, todos estos grupos terminan creyendo los contenidos originados en las usinas acerca de lo “populistas” que son estos gobiernos, por lo tanto y para oponerse terminan gorilizándose. ¡Bingo, cartón lleno! Salirse de esta lógica perversa bifronte y anglosajona, es la tarea más difícil que debemos acometer si queremos tener algo que ver con nuestra emancipación.

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