SANEAMIENTO AMBIENTAL

El riachuelo sigue sucio y contaminado. Nadie hace nada y menos el gobierno. Hace dos años era nombrada con bombos y platillos la abogada medioambientalista Romina Picolotti. Méritos: todos mediáticos. El más definitorio fue el de haber sido una de las caras públicas y más fashion del conflicto en Gualeguaychú con la pastera instalada en Uruguay, y cuando el gobierno inflaba y echaba nafta al conflicto. El otro no menos importante es el de ser hija de un militante cordobés y setentista, encarcelado y torturado en los difíciles tiempos del proceso militar. Apadrinada por Fernández, el ex jefe de gabinete, su gestión fue inoperante, escandalosa y no poco protegida por el propio gobierno. Acaba de ser echada con unas importantes averiguaciones sobre un negociado malversando fondos, en combinación con un coterráneo suyo. El picante y a veces molesto, para las esferas oficiales, ex intendente cordobés Luis Juez sería el funcionario simultáneamente investigado. Las jugadas del gobierno siempre suelen tener varios efectos buscados y concurrentes. Es más barato, déme dos. Es increíble el manoseo que se ha hecho con la absurda y clientelista manipulación en el tema Botnia. Aquellas lluvias trajeron éstos lodos. De tocar el cielo contaminado, con las manos, a la Secretaria de Medioambiente pasaron a retirarla poco menos que con Gendarmería Nacional. Un verdadero chiquero, velado en parte por el incidente de la corrupción que ahora sería funcional para sacarse de encima a la Dra. Picolotti y de paso cañazo, apretarlo al gracioso y pícaro dirigente cordobés. La contaminación ambiental crece a todo vapor. Este pequeño saneamiento gubernativo, nada puede significar seriamente con respecto al creciente smog que invade toda la gestión política del gobierno nacional. Es probable que la ex Secretaria de Medioambiente justifique su "ida", con una postura contraria al veto prescidencial de la ley de protección a los glaciares. Demasiado tarde para hacerse la revolucionaria.