

Mega proyectos estilo menemistas, plata fresca y cara, recorrida por los barrios, trillados y manoseados derechos humanos, cierta esmerilada a Lula y profuso despliegue mediático, rodean al nuevo desembarco de esta especie de Papá Noel anticipado, en que se ha convertido el presidente venezolano Hugo Chávez Frías para los Kirchner. Él también quiere "ayudarla" a Cristina, en una carrera con Lula para ver quién de los dos puede sacar mejor ventaja del gobierno argentino, que ya transita su gestión en un nivel de permeabilidad exasperante. En un tono y contraste con el sentido común rayano en lo tragicómico, éstos dos días de "ayuda" carioca y bolivariana a la Argentina van a dejar, esencialmente, su secuela de más endeudamiento financiero concreto para las exprimidas posibilidades de nuestra economía.

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