EN SOLO ONCE MESES HUBO DOS AUMENTOS DE HASTA QUINCE PUNTOS SOBRE EL “COMPLEJO SOJERO”. CRISTINA SE DISPONE A TRABAJAR PARA LOGRAR UNA RECAUDACIÓN QUE PERMITA ABONAR PUNTUALMENTE LA DEUDA ETERNA.
El cinco y el diez por ciento de aumento, según sea el caso, en los derechos de exportación para granos y subproductos, finalmente fueron sincerados luego de la engañosa campaña electoral y pasaron a ser parte de una nueva pesadilla agropecuaria. Van a sucederse una serie de protestas del campo con muy mala prensa. Era previsible, ninguna sorpresa para el que no miró para otro lado. Era un velado y oscuro anuncio preelectoral. Este porcentaje, le reportará al gobierno de Cristina de Kirchner un ingreso extra de varios miles de millones de dólares, que varían según las versiones. Los aumentos más importantes se reflejan en los aceites de soja y girasol que son los que mayor valor agregado tienen en la oferta exportable del agro argentino. Recordemos uno de los puntos salientes de la plataforma electoral de Néstor Kirchner, que en el 2003 proponía textualmente “…comenzar un proceso de eliminación de las retenciones a las exportaciones una vez alcanzado el equilibrio fiscal, y en la medida de las posibilidades presupuestarias.” Aquellas posibilidades presupuestarias fueron sustituidas por un perpetuo despropósito presupuestario que nada tiene que ver con las reales necesidades de la economía Argentina. Para hablar en términos verdaderos, son las nesecidades y desempeño de vida de todos los habitantes de este suelo. En solo once meses hubo dos aumentos de hasta quince puntos sobre el complejo sojero”. Cristina se dispone a trabajar para lograr una recaudación que permita abonar puntualmente la deuda eterna. Aunque se diga o se anuncie lo contrario, y mal que les pese a las conciencias desmovilizadas, el modelo económico es también, entre otras delicias, una mera administración financiera de los excedentes económicos privados. Sobre el campo van a recaer las mayores presiones tributarias, que ya, desde hace un tiempo, son absolutamente confiscatorias. Sobre todo para los productores pequeños y la gran mayoría de los medianos que no tienen calzada su pequeña o mediana producción en el paquete sideralmente más rentable de los grandes complejos agroexportadores. Este es el embudo de todos los productos agropecuarios argentinos y sus propietarios son los verdaderos beneficiarios de esta suerte de creciente esclavitud productiva. Habrá que prepararse a escuchar nuevas versiones propagandísticas sobre la “oligarquía” rediviva. Brasil se ha convertido en uno de los principales exportadores de soja y el más grande de carne, importante dato sumado al hecho de que en el país hermano, estas exportaciones no tienen retenciones. “Los beneficios de la hipnosis”, tendría que llamarse este capítulo totalmente absurdo del contradictorio y perjudicial comportamiento de muchos dirigentes rurales argentinos. O quizás sea mera cooptación ideológica o la más pedestre captación por vía del vil metal y del sálvese quién pueda “mientras yo agarro la mía”. En los beneficios de la manipulación ideológica, resulta increíble comprobar como con tan poco y pobre discurso progre, han generado esta suerte de parálisis, para sacarle tanto jugo a tantos. Hacia Brasil se dirigen, en gran parte, los esfuerzos de la gestión oficial. Mucha prensa, muchos mimos y toda esa película, como para alimentar los celos del complicado Hugo Chávez. En los últimos años es notorio el perjuicio que nos ha causado la proximidad con el socio principal del MERCOSUR. Esa proximidad, que está siendo monitoreada y comandada desde los principales grupos financieros internacionales, ha sido letal. Pero recordemos que Brasil tampoco sería autónomo en este esquema. Es cierto que hay un enriquecimiento ilimitado de los veloces empresarios paulistas. Pero nosotros hablamos de todo el Brasil. Como todos los miembros de MERCOSUR, necesitamos otra proximidad, que es imposible resolver con la pata del oso financiero internacional encima. En este concierto, el rol adjudicado a Brasil por peso propio, va a ser distintivo y preponderante. Hacia allí, hacia eso, hacia esa sombra del poder, con muchas menos posibilidades que los cariocas, se dirige Cristina. Esperamos poder salir airosos en un futuro, de todos los compromisos equívocos que se van a realizar por estas épocas. Son pocos los dirigentes rurales, no así la gente del campo, que están a la altura de las circunstancias. Pero por otro lado, en el horizonte directivo, ¿quién lo está?
JUANCHO CAMINOS (Publicado en el Semanario MAS 7, noviembre de 2007)
El cinco y el diez por ciento de aumento, según sea el caso, en los derechos de exportación para granos y subproductos, finalmente fueron sincerados luego de la engañosa campaña electoral y pasaron a ser parte de una nueva pesadilla agropecuaria. Van a sucederse una serie de protestas del campo con muy mala prensa. Era previsible, ninguna sorpresa para el que no miró para otro lado. Era un velado y oscuro anuncio preelectoral. Este porcentaje, le reportará al gobierno de Cristina de Kirchner un ingreso extra de varios miles de millones de dólares, que varían según las versiones. Los aumentos más importantes se reflejan en los aceites de soja y girasol que son los que mayor valor agregado tienen en la oferta exportable del agro argentino. Recordemos uno de los puntos salientes de la plataforma electoral de Néstor Kirchner, que en el 2003 proponía textualmente “…comenzar un proceso de eliminación de las retenciones a las exportaciones una vez alcanzado el equilibrio fiscal, y en la medida de las posibilidades presupuestarias.” Aquellas posibilidades presupuestarias fueron sustituidas por un perpetuo despropósito presupuestario que nada tiene que ver con las reales necesidades de la economía Argentina. Para hablar en términos verdaderos, son las nesecidades y desempeño de vida de todos los habitantes de este suelo. En solo once meses hubo dos aumentos de hasta quince puntos sobre el complejo sojero”. Cristina se dispone a trabajar para lograr una recaudación que permita abonar puntualmente la deuda eterna. Aunque se diga o se anuncie lo contrario, y mal que les pese a las conciencias desmovilizadas, el modelo económico es también, entre otras delicias, una mera administración financiera de los excedentes económicos privados. Sobre el campo van a recaer las mayores presiones tributarias, que ya, desde hace un tiempo, son absolutamente confiscatorias. Sobre todo para los productores pequeños y la gran mayoría de los medianos que no tienen calzada su pequeña o mediana producción en el paquete sideralmente más rentable de los grandes complejos agroexportadores. Este es el embudo de todos los productos agropecuarios argentinos y sus propietarios son los verdaderos beneficiarios de esta suerte de creciente esclavitud productiva. Habrá que prepararse a escuchar nuevas versiones propagandísticas sobre la “oligarquía” rediviva. Brasil se ha convertido en uno de los principales exportadores de soja y el más grande de carne, importante dato sumado al hecho de que en el país hermano, estas exportaciones no tienen retenciones. “Los beneficios de la hipnosis”, tendría que llamarse este capítulo totalmente absurdo del contradictorio y perjudicial comportamiento de muchos dirigentes rurales argentinos. O quizás sea mera cooptación ideológica o la más pedestre captación por vía del vil metal y del sálvese quién pueda “mientras yo agarro la mía”. En los beneficios de la manipulación ideológica, resulta increíble comprobar como con tan poco y pobre discurso progre, han generado esta suerte de parálisis, para sacarle tanto jugo a tantos. Hacia Brasil se dirigen, en gran parte, los esfuerzos de la gestión oficial. Mucha prensa, muchos mimos y toda esa película, como para alimentar los celos del complicado Hugo Chávez. En los últimos años es notorio el perjuicio que nos ha causado la proximidad con el socio principal del MERCOSUR. Esa proximidad, que está siendo monitoreada y comandada desde los principales grupos financieros internacionales, ha sido letal. Pero recordemos que Brasil tampoco sería autónomo en este esquema. Es cierto que hay un enriquecimiento ilimitado de los veloces empresarios paulistas. Pero nosotros hablamos de todo el Brasil. Como todos los miembros de MERCOSUR, necesitamos otra proximidad, que es imposible resolver con la pata del oso financiero internacional encima. En este concierto, el rol adjudicado a Brasil por peso propio, va a ser distintivo y preponderante. Hacia allí, hacia eso, hacia esa sombra del poder, con muchas menos posibilidades que los cariocas, se dirige Cristina. Esperamos poder salir airosos en un futuro, de todos los compromisos equívocos que se van a realizar por estas épocas. Son pocos los dirigentes rurales, no así la gente del campo, que están a la altura de las circunstancias. Pero por otro lado, en el horizonte directivo, ¿quién lo está?
JUANCHO CAMINOS (Publicado en el Semanario MAS 7, noviembre de 2007)
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