Frase de "La Conjura de los Necios", de John Kennedy Toole. |
Por Joaquín Morales Solá/La Nación.- Nada es peor que la convergencia entre las conspiraciones ajenas y los errores propios. La conspiración existe. Los errores también. Esa confluencia le deparó a Macri el peor momento desde que es presidente. Boicoteado por grupos minoritarios que enloquecen la vida de la Capital y las autopistas cercanas, por la militancia de jueces y fiscales que adscribieron al kirchnerismo y por el propio kirchnerismo ya sin disfraces ni multitudes, el Presidente navega sobre una economía que demora las buenas noticias.
Las encuestas reflejan ese clima de época, aunque sólo con leves bajas en las imágenes del jefe del Estado y de su gestión. Macri necesita empezar cuanto antes un ciclo de crecimiento económico, pero, por ahora, sólo podrá mostrar que la inflación empezó a ceder. Varios economistas independientes aseguran que la inflación de agosto superará apenas el 1 por ciento por primera vez en muchos años.
No existe una sola conspiración, sino varias. Una es la del kirchnerismo. El servicio de inteligencia le advirtió al Presidente hace tres meses que las confabulaciones cristinistas crecerían en la medida en que se cerrara el cerco judicial alrededor de Cristina Kirchner. Piquetes y escraches a Macri tienen el sello de organizaciones kirchneristas.