Sus accionistas, Ariel García Furfaro y Jorge Salinas, son personas con oscuros antecedentes, investigados por la Justicia por elaboración de drogas sintéticas y tráfico de precursores químicos.
Los detalles, como se dijo, están en la referida nota de principios de mes, que luego fue replicada por los grandes medios de comunicación sin la cita de fuente correspondiente. Es decir, Tribuna de Periodistas.
Ahora, ante la revelación que estoy por hacer, ocurrirá exactamente lo mismo: en algunos días la “gran prensa” lo mencionará como “una primicia” del riñón de su propia investigación.
Existe un vínculo, real y verificable, entre García Furfaro y Lázaro Báez, el testaferro más importante del kirchnerismo.
Para encontrarlo, solo hay que enfocarse en una serie de empresas, cuyos domicilios comparten uno y otro. La primera de ellas es Top Air SA. una firma de Charters aereos, cuyas aeronaves resultaron decomisadas en el marco de un expediente judicial en el cual se investigaba al célebre prestanombre K. De hecho, los accionistas de la misma resultan ser Lazaro Baez y Walter Zanzot.
Y acá aparece el primer dato relevante: el primer domicilio legal de Top Air fue Yerbal 1021, de la Ciudad de Buenos Aires. Luego, apareció con otra dirección: Sarachaga 5696.
En ambos sitios están inscriptas varias sociedades de Garcia Furfaro. Una de ellas es Arge Construcciones SA, ubicada en el 5º piso de Yerbal 1021. Otra es Droguería ABC 1 SA, registrada en el 9º piso del mismo lugar. Incluso una tercera, de juegos: Juga2S SA.
Como puede verse, la coincidencia no se da en uno de los domicilios legales, sino en ambos. Allí se nuclean varias sociedades anónimas y se genera un árbol de relaciones con una intrincada trama societaria. Que llegan hasta un tercer terruño: Pasaje Carabelas 241, Piso 5°, domicilio utilizado por todo el Holding de empresas del grupo de Lázaro Baez.
Pero esa... esa es otra historia (continuará).LOS V