El canciller Héctor Timerman y su par iraní, Alí Akbar Salehi, al firmar el Memorándum en la capital de Etiopía, en enero de 2013./TELAM |
Por Daniel Santoro/Clarín.-
El ex embajador argentino en Damasco ratificó la negociación del 2011 que Cristina Kirchner había negado.
El ex embajador argentino en Siria Roberto Ahuad confirmó ante la Justicia que el ex canciller Héctor Timerman se reunió en secreto con su par Irán en enero del 2011 para negociar el pacto por la AMIA, pese a que el Gobierno de Cristina Kirchner lo había desmentido categóricamente. El testimonio complica al ex canciller y a la ex presidenta Cristina Kirchner en la causa sobre la denuncia del ex fiscal de la AMIA Alberto Nisman por encubrimiento de los cinco iraníes acusados de ser los autores intelectuales del atentado contra la mutual judía de 1994 que dejó un saldo de 85 muertos.
Ahuad, según revelaron a Clarín fuentes judiciales, dio además detalles de cómo Timerman viajó desde el sector militar del aeropuerto de Damasco en un avión privado suministrado por el gobierno sirio de Al-Assad. El testimonio de Ahuad y otros pruebas confirman la revelación que había publicado el fallecido periodista Pepe Eliaschev en el diario Perfil el 26 de marzo del 2011, a quien Timerman había denostado tratándolo de “seudoperiodista”. Pero, sobre todo, complican la situación judicial de Timerman y de la ex presidenta Cristina Kirchner en la causa por la denuncia de Nisman.
En su declaración, Ahuad recordó que en enero del 2011 -tres meses de la muerte de Néstor Kirchner- estaba de vacacaciones y que debió volver a Damasco de urgencia porque a último momento se le informó de una visita de prevista de Timerman a Siria, sin cumplir con una serie de gestiones operativas anteriores como para organizar un viaje de un canciller. La delegación que acompañó al canciller estaba integrada por el secretario privado Tanto Clemente y el asistente personal Alberto Mercado. Primero hubo una reunión de Timerman con el canciller sirio Walid al-Mohalem en Damasco por temas generales de la que participó Ahuad. Pero al día siguiente, las autoridades sirias pusieron un avión privado a disposición de Timerman en la zona militar del aeropuerto de Damasco, quien partió junto a sus asistentes a otro lugar de Siria.
A Ahuad le llamó la atención que el canciller “no le solicitara que concurriera junto a ellos” dado que esa actitud “lo desacreditaba” frente al gobierno sirio. Horas más tarde, Ahuad volvió al aeropuerto a buscar a Timerman. Afirmó que el canciller nunca le aclaró a donde había viajado en secreto, pero que luego “a través de funcionarios sirios con quienes mantenía una excelente relación, recibió comentarios de que Timerman se había reunido con el canciller sirio y con el canciller iraní Salehi, el embajador iraní en Damasco y el presidente sirio Al Assad” en la ciudad de Aleppo. Precisó que los funcionarios sirios no le precisaron la motivos del encuentro y dijo que todo se realizó en “absoluto secreto”, a tal punto que Timerman ni siquiera aceptó pasar por la embajada argentina a conocer a los empleados, como es la constumbre, sino que saludó desde la puerta.
Un mes después de la reunión secreta de Aleppo, Timerman lo llamó a Ahuad para que reciba a su secretario privado, Clement, que estaba viajando de urgencia desde Ginebra a Damasco con un sobre -cuyo contendio desconocía- que debía entregar en mano al canciller sirio. Ahuad presentó a Clement al canciller sirio, quien entregó el sobre y se fue sin hacer comentarios, en lo que era otro paso de las negociaciones secretas. Sin embargo, el gobierno de Cristina dio que recién empezó a hablar con Irán en el 2012 por un pedido del gobierno iraní y que las negociaciones se hicieron en Ginebra. El polémico pacto, finalemente, se firmó en el 2013 en Etiopía, pero dos años después la Cámara Nacional de Casación Penal lo declaró inconstitucional.
Con esa reunión secreta, Cristina Kirchner había dado lugar a la apertura de las negociaciones con Irán lo que significaba un cambio geopolítico de 180 grados en la política exterior argentina, incluso de la política de su marido quien se había negado a negociar con Teherán un acuerdo por el atentado por la AMIA.
Antes de llegar a Damasco para la reunión secreta en Aleppo, Timerman había abandonado la delegación argentina que encabezaba Cristina Kirchner durante una gira por Kuwait, Qatar y Turquía. Alepo es una histórica ciudad ubicada a 400 kilómetros de Damasco. Tiene más de 2000 años de antigüedad y fue parte de la cultura asiria, luego fue dominada por los romanos y más tarde fue clave en el imperio otomano.
Como antecedente, el presidente sirio había visitado la Argentina en julio de 2010 y fue recibido con todos los honores, pese a que Cristina siempre había hablado de la “pista siria” en el atentado contra la AMIA, además de la persistencia de denuncias internacionales de violaciones a los derechos humanos y otras contra el régimen sirio. En un almuerzo de honor servido en el Hotel Hilton de Puerto Madero, Cristina agradeció la “permanente defensa y apoyo” de Siria a la Argentina en su reclamo de soberanía sobre las Malvinas, al tiempo que reclamó la “restitución” de las estratégicas alturas del Golán a Siria, ocupadas por Israel desde la llamada “Guerra de los Seis Días” de 1967. “Nuestro país quiere ser un actor protagónico en la construcción” de la paz en Oriente Medio, dijo Cristina. En cambio, la DAIA, brazo político de la comunidad judía, manifestó a través de un comunicado su “categórico repudio” a la visita del mandatario sirio.
Por su parte, Timerman había dicho, después de la revelación de Perfil, que su visita a Damasco se había hecho con “el objetivo oficial de firmar un acuerdo de intercambio entre la agencia de noticias Télam y la agencia oficial siria SANA”.