HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

sábado, 19 de agosto de 2017

CLAUDIO POGGI: RECONSTRUIR EL PJ SERÁ DIFÍCIL.


      Por Daniel Zen/La Voz.- El exgobernador y ganador de las primarias en San Luis reclama una renovación. Respalda a Macri y se queja de los caciques territoriales. El 30 de mayo pasado, el exgobernador, un exintegrante del equipo de los Rodríguez Saá, actual diputado por San Luis, Claudio Poggi, entró a la Casa Rosada, se sentó en la mesa con el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, y con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y salió con acuerdo en mano: su fuerza política iría a las Paso aliada con Cambiemos en su provincia. El domingo pasado, 43 días después, se consumaba la primera derrota electoral de los Rodríguez Saá desde que llegaron al poder, hace más de tres décadas. El Frente Avanzar y Cambiemos por San Luis sacó el 54,82 por ciento de los votos. El Frente de Unidad Justicialista, una mezcla de adolfismo con notas de kirchnerismo, obtuvo el 37,25 por ciento.
Con el resultado puesto, Poggi, un cordobés oriundo de Alcira Gigena que fue gobernador de la mano de los caudillos sanluiseños, ya es explícito con sus aspiraciones: “Me encantaría gobernar San Luis en 2019 sin los Rodríguez Saá”. 


 –Hay analistas que afirman que el kirchnerismo le ha dado muerte al peronismo. ¿Qué opina como dirigente peronista? 

–Creo que el kirchnerismo es un pedazo del peronismo. El peronismo está muy fraccionado. Los gobernadores juegan en sus territorios, y también está el fenómeno del Frente Renovador, de Sergio Massa, otra versión justicialista. Yo diría que va a ser muy difícil reconstruir el peronismo integralmente después de los Kirchner. Como está el panorama, con los caciques peronistas territoriales que no dejan sus espacios a nuevas generaciones, va a llevar muchos años. 

 –¿Reconstruir el peronismo es un objetivo para usted?

 –A nivel local, me encantaría ser gobernador de San Luis. Y desde el punto de vista nacional, yo confío en el presidente Macri. Le deseo que le vaya muy bien, algo que no es un deseo de todos los dirigentes peronistas. Si le va bien a él, nos va bien a todos, incluidos los sanluiseños. 

 –¿El recambio generacional del peronismo del que habla incluye a Córdoba? Le pregunto concretamente por José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, que no se llevaban bien con los gobiernos de San Luis. 

 –No estoy impregnado con esas rivalidades. No voy a opinar de las diferencias entre De la sota y los Rodríguez Saá. Tengo otra visión. Creo que en todas las provincias tiene que darse un trasvasamiento generacional, porque la política tiene que nutrirse de lo nuevo. Hay una gran debilidad que tienen los dirigentes en Argentina, y yo espero no caer en esa tentación. Pueden haber tenido buenas elecciones, muy buenas gobernaciones, pero no identifican el momento en el que tienen que hacer un paso al costado. 

 –Repregunto: ¿cree que aplica para el peronismo de Córdoba también? 

 –Usted sacará sus conclusiones. No es mi intención pelearme con el peronismo cordobés. El peronismo no se va a renovar ni unificar mientras estén los de siempre, porque hay egos, hay celos, hay peleas históricas difíciles de cicatrizar. El peronismo se va a oxigenar cuando haya nuevas generaciones que superen todas esas cuestiones anteriores y que vuelvan a pensar en la justicia social y a trabajar por el bien común. Estar tantos años en el poder los aleja de la gente. Mire a los Rodríguez Saá... 

 –¿Qué factores cree que influyeron en un resultado que, por primera vez desde la vuelta de la democracia, es contrario al oficialismo de San Luis?

 –Primero, los sanluiseños comprobaron en mi gestión que se puede gobernar San Luis sin un Rodríguez Saá. Que la opción Rodríguez Saá o el abismo es falsa. Era una percepción que reinaba desde 1983 y fue rota. Por otro lado, fue un acierto haber conformado un gran frente político de cinco partidos políticos que llamamos Avanzar y Cambiemos por San Luis. Le diría que allí está contemplada gran parte de la oposición puntana. Y eso también fue un hecho histórico, porque nunca se podía lograr eso. 

 –¿Qué componentes tiene su armado? 

 –Si bien yo vengo del justicialismo, Avanzar, nuestro partido, que tiene poco más de un año, se nutre de diferentes formas de pensar y dio cabida a muchos sectores que quieren ser protagonistas y que, inclusive, no vienen de la política tradicional. Después empezamos a hablar con Cambiemos.  

–Habiendo llegado a la gober­nación de la mano de los Rodrí­guez Saá, ¿cómo logró despegarse de ellos y convencer a la gente de que sus aliados ahora son sus rivales?

 –Fui gobernador entre el 2011 y el 2015 y ya desde el primer año de mi gestión tenía duros cuestionamientos internos de parte de ellos. Pero me mantuve prudente y no generé conflictos que podrían haber alterado la paz social. Imagínese, el enfrentamiento de un gobernador con una familia extremadamente poderosa en todo sentido iba a complicar la vida de los sanluiseños. Me enfoqué en la gestión, cuidando todo lo hecho en los períodos anteriores, pero dando una impronta nueva. 

 –Es decir que la ruptura se dio en su gobierno, pero decidieron ocultarla hasta después que dejó el poder... 

 –Finalicé el mandato el 10 de diciembre de 2015 y a los 60 días comencé a construir un espacio político nuevo junto con otros sanluiseños. En la gestión, yo personalmente no exteriorizaba, ni contestaba, ni abonaba el conflicto, por el motivo que le dije: la paz social. Es que el objetivo de ellos era paralizarme el gobierno. Los Rodríguez Saá son enfermos del poder.  

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