Aquellos días. Néstor Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz, recorre una obra con Julio De Vido. Era 1995 y el dinero ya se estaba moviendo. |
Por Nicolás Wiñazki/Clarín.-
Dinero público, manejos privados.
Son giros desde cuentas de la provincia en el exterior. En general por 1 a 2 millones de dólares. Muchos van a empresas privadas de dueños desconocidos. El kirchnerismo bloqueó la información sobre ese dinero.
Néstor Kirchner era gobernador de Santa Cruz cuando el 13 de octubre de 1993 anunció que a partir de ese día su provincia sería más rica. El discurso fue difundido por la televisión local. Con una satisfacción inocultable, avisó que “ya están a disposición de la Provincia los bonos por US$ 600 millones por los que hace tiempo venimos luchando. No son ya un espejismo. O aquella cosa inalcanzable de la que hablábamos. Ya están en casa”.
En ese momento Kirchner prometió que administraría los fondos públicos con “prudencia” y “tino”. Veintitres años después, los santacruceños todavía ignoran el monto original de los fondos y cómo se gastaron. Clarín inicia hoy una serie de notas que -con documentos hasta ahora no conocidos- esclarecen cómo los Kirchner fueron transfiriendo esos dineros a bancos extranjeros: Citibank, Morgan Stanley, Credit Suisse y UBS. Los movimientos son en general de entre 1 y dos millones de dólares. Muchos de ellos a empresas privadas de dueños desconocidos.
Una de las financieras, de la Argentina, operó parte de esos fondos con una cuenta a nombre de la Provincia de Santa Cruz y del propio Néstor Kirchner.
Vueltas de la vida: muchos de los manejos de esos fondos fueron ordenados por Lázaro Báez, entonces Gerente Departamental Adscripto Interventor del Banco de la Provincia de Santa Cruz. el mismo que luego se asoció en negocios comerciales con los Kirchner y se hizo millonario.
En las presidenciales de 2003, Néstor Kirchner hizo campaña exaltando su decisión de enviar al exterior los “fondos” de las regalías petrolíferas. "Salvé a la Provincia del corralito", repetía. Lo cierto es que jamás dio precisiones oficiales sobre su supuesta gesta económica. Al contrario: se ocupó de bloquear en el acceso a la información pública.
Los documentos de Santa Cruz muestran cómo, por ejemplo, el 21 de marzo 1995 Lázaro Báez, firmando por el Banco de Santa Cruz, introdujo en la trama de los fondos a la empresa Kega Holding Internacional Inc, de propietarios desconocidos.
Ese 21 de marzo. Báez y el Gerente Departamental del Banco de Santa Cruz, Jorge Dominichetti, le informaron a esa compañía que podía disponer de inmediato, “irrevocablemente” e “incondicionalmente” , y también “con completa responsabilidad bancaria”, de “una suma de 17.200.000 millones de dólares” que saldrían de una cuenta de la provincia.
A partir de la recepción de ese papel firmado por Báez, los titulares de esa firma extranjera podían solicitar retirarlos, mediante el envío de un télex encriptado, de la cuenta del Banco de Santa Cruz que esta entidad provincial tenía en el Citibank de Nueva York.
Es posible que el documento fuera parte de una operación financiera de aún mayores dimensiones, que fijaba esos millones de los fondos como garantía de esa maniobra de la cual el Estado de Santa Cruz jamás informó.
Otra de las decenas y decenas de páginas de diferentes bancos del exterior con el detalle del estado y los giros de los fondos que obtuvo Clarín sirve de muestra para describir a qué ritmo se movía esa plata. Se trata de un resumen de una cuenta de la provincia en el Citibank de Nueva York, a julio de 1995. En dos páginas, la entidad informa que desde el primer día de ese mes al último, se habían realizado 23 operaciones financieras. Son “débitos” de cifras variables.
El 17 de ese mes se debitaron US$ 70.000. Un día después, se hicieron dos débitos distintos: uno por 71.229 dólares y otro por 18.284.19 dólares. El 18 de julio se acreditaron 1.500.000 dólares. La cuenta se estabilizó. Pero al otro día, el 19 de ese mismo mes, se debitó la misma cantidad de dinero: 1.500.000 dólares. Seis días después, se debitan de la misma cuenta 1.486.765, 58 centavos. Son los montos habituales en todos los giros, de todos los bancos.
Las cuentas a las que se transfieren esos fondos solo están identificadas con número y no con nombres de sus titulares.
Los Kirchner demostraron que no tenían interés en que estos giros se informen. Así ocurrió, a pesar de la moción que en la jornada legislativa del 14 de junio de 2001 impulsaron diputados opositores en el Congreso de Santa Cruz. Omar Mario Muñiz, Diego Alejandro Bordón, Alberto Eugenio Bianchi y Roberto Eduardo Giubetich pedían al Gobierno de la Provincia que respondiera sobre “el viso de legalidad de la garantía n° 00195 otorgada por el Banco de la Provincia de Santa Cruz a Kega Holdings International Inc. el 21 de marzo de 1995 y certificadas sus firmas el 22 de marzo del mismo año”. La moción fue denegada en la Legislatura por el bloque K, mayoritario.
El video del anuncio de Kirchner sobre la recuperación de los 600 millones de dólares de las regalías puede verse en la web. Después de leer su discurso, el Gobernador creyó que la cámara había dejado de grabarlo. No. Su imagen había salido del aire pero lo seguían filmando. El Gobernador juntó entonces los papeles había leído, y habló a la cámara, pensando que nadie conocería su comentario quizás sincero. Dijo, en primera persona del singular: “Tengo 600 millones de pesos”. Se rió (sic).