Omar “Caballo” Suárez, ex secretario General del Sindicato de Obreros Marítimos |
Por Silvia Mercado/infobae.-
El ex líder de SOMU quedó preso y su caso generó inquietud en el mundo gremial.
"No te equivoques. Para nosotros ustedes son garantía de gobernabilidad. No tenemos ningún problema con el modelo de sindicato único por rama. Todo lo contrario. No vamos a hacer una ley de "reordenamiento sindical" como hizo (Raúl) Alfonsín. Nosotros no estamos contra los gordos ni los flacos.". Esas fueron las palabras que pronunció un funcionario con despacho en la Planta Baja de la Casa Rosada cuando un viejo dirigente gremial le preguntó qué tenía que esperar ahora que Omar "Caballo" Suárez está preso por extorsión y jefe de una asociación ilícita.
"¿Pero no van a impulsar causas como la que tiene (Antonio) Caló?", investigado por lavado de dinero y administración fraudulenta en el juzgado Federal en lo Penal Económico Número 2, donde está ordenada una pericia contable en los libros del Instituto del Seguro que se conocería este mes. "Es un asunto privado, el Estado no tiene por qué meterse", fue la respuesta.
"¿Y la causa de Moyano?" que se tramita en Suiza vinculada al bloqueo de 1.862.000 dólares depositados en una cuenta a nombre del presidente de Covelia S.A., Ricardo Depresbiteris, con exhortos que fueron frenados en la Cancillería. "Es un tema viejo, no pasa nada con eso, está congelado. También tiene otra causa abierta en el juzgado de Claudio Bonadío por 183 troqueles truchos, pero involucra a la mujer y no a él directamente".
"No te voy a negar que hay varios en nuestro Gobierno que quisieran que terminemos con el modelo sindical empresario, pero no es algo viable", aseguró. Y buscó ser todavía más convincente: "¿Vos sabés qué hizo Mauricio Macri cuando llegó por primera vez a gobernar la Ciudad de Buenos Aires?", preguntó el funcionario. "No tengo idea, estaba obsesionado con lo que iba a pasar con Cristina, que asumía de presidenta", contestó el viejo sindicalista. "Anunció que rescindía la contratación de 20.000 empleados e intervino la Obra Social municipal y los denunció a Patricio Datarmine en la justicia. A Jorge Rey, el interventor, ni querían dejarlo entrar en el edificio. Armó una cámara oculta que supuestamente mostraba a personal de la obra social retirando bienes de la sede de Caballito y SUTECBA y ATE, por primera vez en años, fueron al paro por 72 horas y cercaron el edificio de la Jefatura de Gobierno."
La historia agrega que Macri no se contentó con eso y pareció redoblar la apuesta al buscar que la Legislatura respalde el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con el que intervino la obra social por 180 días. Mientras, anunció en conferencia de prensa que liberaría a los empleados de la Ciudad para que pueden acceder a la libre elección de su cobertura de salud. Pero nada de esto fue necesario. El Jefe de Gobierno se reunió con Amadeo Genta, secretario general del gremio de los Municipales quien, al salir, anunció que levantaba el paro. Empezaron las negociaciones y, a los pocos días acordaron el despido de 2300 contratados. De 20000 pasaron a un número que apenas superaba el 10 por ciento, el interventor de la obra social puso asumir sin problemas y la intervención duró más de un año, pero tanto Macri como Genta quedaron muy satisfechos con la negociación.
"¿Vos decís que Macri llega y marca la cancha?", preguntó el dirigente gremial. "Algo así. Llega y manda el mensaje de quién es el jefe. Si entienden eso, todo bien. Con Genta tuvieron muchas discusiones durante ocho años, pero siempre en un marco de razonabilidad. El caso de 'Caballo' Suárez no es normal, es alguien que se fue de pista, no hay inversiones posibles con ese personaje en el medio".
En efecto, Suárez fue denunciado en el 2012 por Miguel Angel Doñate, titular de la Cámara Armadores de Lanchas de Prácticos (CALPRAC) por extorsión pero, recién con el cambio de Gobierno, Rodolfo Canicoba Corral se decidió a procesarlo por "entorpecimiento de la navegación" debido a medidas de fuerza gremiales que ocasionaban el bloqueo de puertos y la negativa a asistir buques que se encontraban navegando en los canales de acceso, poniendo en riesgo la seguridad de las naves. El juez también lo embargó por 10 millones de pesos y dispuso la intervención del gremio.
Hijo de un carpintero y una costurera, nacido y criado en Monte Caseros, Corrientes, donde aún tiene su domicilio legal, Suárez llegó a la secretaría general del SOMU en 1989, luego de traicionar a Juan Arce, de quien era su chofer. Logró su gran crecimiento a partir de que Néstor Kirchner le garantizara el monopolio de las contrataciones del personal para barcos, que se efectivizó con la aprobación de la Resolución 288/03 que estipuló que solo pueden ser contratados los trabajadores afiliados al SOMU. Se volvió inmanejable, capaz de provocar un conflicto diplomático por impedir el ingreso de un barco o decir barbaridades en el cóctel de una embajada por su alto estado de ebriedad.
Cuando en enero la diputada Gladys González fue a ver al Presidente para decirle que no tenía ganas de quedarse en la Cámara y quería responsabilidades mayores, Macri le dijo que la necesitaba en Diputados. Pero apenas le dijeron que el juez pedía al Estado que intervenga el SOMU se acordó de ella, que había logrado salir segunda en la campaña a intendente en Avellaneda contra el ultrakichnerista Jorge Ferraresi que iba por la reelección (47 a 31). Le preguntó si se animaba y dijo que sí.
El lunes de esta semana que termina, Canicoba Corral amplió el procesamiento de Suárez, le dictó la prisión preventiva y lo mandó a la cárcel, negándole la excarcelación, por las pruebas que aportó la intervención.
Distintas fuentes consultadas coinciden con que Macri tenía a "Caballo" Suárez entre ceja y ceja y llegó al Gobierno convencido de que era imprescindible limitar su influencia en los puertos. No imaginó que lo lograría tan rápido. Pero no se trata del único sindicalista que lo obsesiona. El otro es Hugo Moyano, con quien tiene buena relación personal, pero "no es posible un acuerdo permanente". Hay quienes creyeron que lo dejaría conducir la AFA a cambio de tenerlo tranquilo en el ámbito gremial, pero el Presidente decidió cortarle esas alas antes de que crezcan, convencido de que "yo no voy a cometer el error de Néstor, hoy te pide la AFA y mañana te pide el Sillón de Rivadavia."
En esa lectura, una CGT unificada con tres cabezas diluye el poder de la familia Moyano y, casi podría decirse que es música para los oídos de Macri, que le pidió a sus funcionarios que no piensen que pierden el tiempo al dedicar horas conversando con todos y cada uno de los dirigentes gremiales, porque es en ese vínculo personal donde van a lograr que los paros nacionales no pasen de amenazas.
Igual, le hubiera gustado que los sindicalistas asistieran al Foro de Inversiones y Negocios que durante tres días sesionó en el CCK. Los invitaron a hablar y no contestaron. También les reservaron tarjetas para participar aunque sea como público en el panel "Crecimiento inclusivo para la generación de empleo", donde -entre otros- hablaron Jorge Triaca, el ministro de Trabajo, grandes empleadores como David Herranz, de Adecco y Francis Mauger, de Carrefour. Pasaron a buscar las invitaciones por el Ministerio pero ninguno de ellos asistió, ni enviaron a equipos profesionales.
Para algunos funcionarios esa ausencia es indicio de una frialdad que puede terminar una gran protesta nacional. Otros creen, simplemente, que la dirigencia gremial no quiere pasar de una foto con la CTA a otra con los CEOs de empresas globales. Uno, en especial, le dijo a Infobae que "hay que entenderlos, están agobiados porque los corre la izquierda en sus propios gremios y están un poco viejos, no entienden mucho de lo que pasa en las nuevas ramas de servicios, con profesionales que no están interesados en agremiarse". El modelo sindical argentino y peronista cruje, aunque el Gobierno esté decidido a sostenerlo.