Por Expediente Político.-
La causa del Caballo Suarez fue la excusa ideal. Al comienzo del gobierno de Macri estaba en la lista de la depuración junto a Freiler y Oyarbide. En nueve meses logró blanquear su pasado.
El Gobierno de Macri asumió con la idea de “depurar” la justicia federal. Canicoba Corral estaba en lista lista negra junto a Norberto Oyarbide, Freiler y Ballestero. De esos cuatro, se fue uno solo. El Gobierno le tuvo que aceptar la renuncia a Oyarbide porque no tenía los votos suficientes en el Consejo de la Magistratura.
Canicoba se había arrimado demasiado a Daniel Scioli. A viva voz decía que quería ir a la ex Side. No se esperaba, como muchos, el batacazo de Macri.
Con el kirchnerismo no tuvo mala relación. Todo lo contrario. No dudó en visitar al ex secretario de Justicia Julian Alvarez en su despacho para impulsar la candidatura de su hijo como juez federal en San Martín.
Tampoco pestaneó a la hora de impulsar la causa contra los familiares del fiscal Alberto Nisman. En ese expediente incorporó un informe de la Ficen de Estados Unidos que generó un cortocircuito con ese organismo de control.
Todo cambió con el nuevo Gobierno. En poco tiempo, Canicoba Corral salió de la lista negra. El impulso de la causa contra el Caballo Suárez, y su detención, fue determinante. También pesó su acercamiento a Daniel Angelici, quien maneja los hilos del Consejo de la Magistratura.
“Hace buena letra y tiene el don que la prioridad siempre pase por otro lado”, admitió un funcionario de este Gobierno.
No tiene ninguna de las causas importantes contra figuras clave del kirchnerismo ni del actual Gobierno. Eso también es un don en el mundo Comodoro Py, donde todos se pueden reciclar.
