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Y que esta medida se produce en medio de los coletazos políticos y judiciales del escándalo por el tráfico de efedrina, que derivó en el triple crimen de General Rodríguez y que aún hoy sigue teniendo repercusiones: el escape y posterior captura de los hermanos Lanatta y Schillaci, y el reciente fiasco en la captura -que no fue- de Esteban Ibar Pérez Corradi, acusado de ser el autor intelectual del triple crimen (ver notas relacionadas).
Tras el triple crimen se inició una causa por el ingreso masivo de efedrina en la Argentina y su potencial transferencia a grupos narcos. La jueza federal María Servini de Cubría procesó a José Granero, titular por entonces de la Sedronar, por no controlar esas importaciones. Granero siempre aseguró que fue él quien dio aviso sobre esa anormal situación.
En esa causa también están procesados Máximo y Miguel Ángel Zacarías como partícipes necesarios del delito de haber introducido materias primas para fabricar droga.
Y en la misma causa, Martín Lanatta ya había declarado que los Zacarías "tenían línea directa para conseguir" la efedrina desde la Sedronar. Es más, dijo que "le vendían" a Mario Segovia, el denominado "Rey de la efedrina".