Por Mariana Verón/La Nación.-Acusó a Washington de actuar con "hipocresía" y volvió a justificar el pacto con Irán por la AMIA
En uno de los discursos más duros en contra de Estados Unidos, Cristina Kirchner acusó ayer a la Casa Blanca de actuar con "hipocresía" por haberle propuesto, en 2010, que negociara un acuerdo con Irán.
En su despedida del recinto de las Naciones Unidas (ONU), la Presidenta descargó todo su malestar con el gobierno de Barack Obama, que a esa hora estaba reunido con Vladimir Putin en otro sector.
Con tono de denuncia, sostuvo que desde la Casa Blanca le daban protección al ex espía Antonio Jaime Stiuso, al que no nombró. Dijo que lo había echado de la Secretaría de Inteligencia "por fuertes sospechas de entorpecer la investigación" de la causa AMIA, y reveló que para eso había contado con la complicidad de Washington. "Si nosotros somos cómplices del régimen iraní. ¿qué es Barack Obama entonces? No se puede seguir con esta hipocresía", planteó, en referencia al acuerdo nuclear que firmaron las potencias con Teherán.
Lo dijo después de revelar que había sido la propia administración del demócrata la que le había sugerido en 2010 que la Argentina le vendiera combustible nuclear a Irán y que, tras su reclamo de que el pedido quedara expuesto por escrito, el gobierno de Estados Unidos se negó. Entonces fue cuando Cristina Kirchner recibió el primero de los dos aplausos que se llevó en la Asamblea General, en la que habló durante 39 minutos. El recinto estaba ocupado a esa hora por la mitad de las delegaciones, que sólo esperan a sus presidentes y se retiran.
"Mi gobierno va a seguir incansablemente buscando la verdad. Solicitamos la colaboración de Irán y de Estados Unidos para que contribuya a aclarar la presencia de este ciudadano [por Stiuso] que va a ser requerido, y ya lo es, por la justicia en la Argentina", exigió, sobre la intención oficial de que el Departamento de Estado dé cuenta del paradero del ex espía que para la jefa del Estado está "casi protegido" por Washington.
Cristina contó, además, que el canciller Héctor Timerman había citado al embajador de Estados Unidos, Noah Mamet, para pedirle explicaciones, reunión que se hizo el 30 de junio, y en la que también estuvo Oscar Parrilli, a cargo del área de Inteligencia. Según revelaron más tarde los dos funcionarios, Mamet se había negado a prestar colaboración.
"Mucha hipocresía. Mucha geopolítica mezclada en el medio y muy poco interés por saldar la memoria de las víctimas", se quejó. Según el relato que hizo ayer la Presidenta, quien había ido a proponerle a la Casa Rosada que la Argentina le vendiera combustible nuclear a Irán, en 2010, había sido Gary Seymour, asesor del presidente estadounidense para Asuntos Nucleares, que le hizo la sugerencia porque como su gobierno estaba comenzando las negociaciones por un acuerdo para controlar la producción iraní, necesitaban de un país que tuviera ese tipo de combustible para convencer a Teherán de aceptar la negociación a cambio de tener garantizada la producción de sus reactores.
La Presidenta denunció que desde Estados Unidos habían intentado "deteriorar la imagen de su país" al rechazar el fallido memorándum para destrabar la investigación del atentado a la AMIA, y lo relacionó con la muerte de Nisman. Lejos de esquivar el tema, habló directamente del fiscal y sostuvo que su muerte "constituye algo más que un paso más de un tablero de ajedrez de la geopolítica. Se trata de una telaraña de intereses externos donde quedan atrapados los más débiles".
En su defensa del acuerdo con Irán por la causa AMIA, Cristina insistió en que era el único camino posible para destrabar la investigación del atentado. "Ahora sólo podemos apelar a la buena voluntad de Irán porque no tenemos otro instrumento", afirmó, en referencia a que la Justicia lo declaró inconstitucional.
Sin respiro, vinculó al fiscal de la causa AMIA con los fondos buitre y los Estados Unidos. "En la investigación por la muerte de Nisman aparecen datos estremecedores de vinculaciones de servicios secretos externos con cuentas en el exterior con relaciones con los fondos buitre. No vengo a hablar con hipocresía", reiteró el concepto. Aunque no los nombró, tácitamente, también se refería a los representantes de la comunidad judía en la Argentina.
Tan fuertes fueron los dardos hacia Estados Unidos que la Presidenta estuvo ayer al borde de acusar a la administración norteamericana de financiar al grupo terrorista Estado Islámico. "Tengo un gran interrogante de cómo funciona este grupo islámico... ¿quién lo financia?", se preguntó, y mostró su asombro por las imágenes que publican de las ejecuciones con un "despliegue cinematográfico digno de Francis Ford Coppola".
Después de celebrar la resolución que aprobó la ONU por las reestructuraciones de deuda (ver aparte), la Presidenta intentó matizar el encendido tono contra Obama. "Quiero irme de esta asamblea haciendo homenaje al continente del que me siento hija" y felicitó a Cuba y a Estados Unidos por el histórico acuerdo bilateral.