Por Guillermo Cherashny/El Informador.- La recusación que la doctora Graciana Peñafort, la inteligente abogada de Héctor Timerman, interpuso contra el fiscal de cámara Germán Moldes, es, como diría el teniente coronel Lidell Hart, una aplicación de la teoría de la aproximación indirecta. La maniobra intenta sacar de la cancha a Moldes, para que la Procuradora General Alejandra Gils Carbó nombre a otro fiscal y éste, a su vez, desestime la denuncia de Nisman-Pollicita y el mismo Moldes.
El arma más importante que tiene el cristinismo es la acusación que vincula la compra de Papel Prensa por Clarín y La Nación en el ‘77. El juez federal Julián Ercolini desestimó el pedido de indagatoria de Héctor Magnetto, Bartolomé Mitre, Ernestina Noble y otros realizado por el fiscal federal Leandro Gómez Barbella, quien insistió apelando ante la Cámara Federal. El caso es que, si Moldes rechazara la apelación por las mismas razones que Ercolini, es decir, que faltan muchas pericias para una decisión como la indagatoria citada, la causa quedaría olvidada para siempre, ante la probable derrota electoral del oficialismo. Por eso, en diciembre pasado, Gils Carbó nombró a dos fiscales para que compartan con Moldes la Fiscalía de Cámara. Sin embargo, el recurso de amparo interpuesto por el diputado Mauricio D’Alessandro impidió esos nombramientos, menos el del citado Gómez Barbella y el de otro fiscal, Juan Pablo Zoni.
Acuerdos en marcha
Como se ve, en Comodoro Py las batallas no cesan y ya los jueces Rodolfo Canicoba Corral y Ariel Lijo habrían sellado un pacto con Julio de Vido, Julián Álvarez, el Secretario de Justicia y Juan Martín Mena, el Subsecretario de la flamante Agencia Federal de Inteligencia, para que la implementación de la reforma procesal penal se demore en la justicia federal hasta el año que viene y que empiece por la justicia ordinaria. Pero Jorge Ballestero, Eduardo Freiler, Canicoba y Lijo no representan a todo el fuero federal, junto a Alejandro Slockar, Ana María Figueroa y otros más, sino que también hay varios “lobos solitarios”, como el propio Moldes y el juez federal Claudio Bonadío, que tiene en sus manos la causa Hotesur y la posible citación Máximo Kirchner. Bonadío, cuya recusación tiene que decidir casación, podría llegar -aunque no es muy probable- a que, si lo desplazan de la causa, renuncie en medio de un gran escándalo. Pero todo esto empezaría a saberse entre el lunes y el miércoles próximo, cuando se decidirían ambas recusaciones. También así se empezaría a conocer cómo evoluciona el pacto de impunidad que el cristinismo busca con Comodoro Py.