Por Carlos Tórtora/El Informador.-
¿Hay posibilidad de una rebelión contra el cristinismo en el PJ? Hasta ahora prevaleció siempre la verticalidad a Cristina. Pero el avanzado deterioro del gobierno y el efecto Nisman están creando condiciones ideales por lo menos para que florezcan los rumores.
Por supuesto que Daniel Scioli está siempre en el centro de los mismos. Días atrás, José Manuel de la Sota le hizo llegar -no es la primera vez- una propuesta para que cruce el Rubicón y proclame en marzo su intención de presentarse a presidente por fuera del Frente para la Victoria, con el apoyo de Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense e intendente de La Matanza. Esto pensando en una fórmula con De La Sota como vice y con el apoyo de Hugo Moyano. Esta audaz hipótesis incluye que la ruptura con Cristina iría acompañada de un golpe a la estrategia oficialista: ya lanzado, Scioli podría desdoblar por decreto la elección bonaerense de la nacional, lo que produciría el efecto de desenganchar al aparato político más poderoso del kirchnerismo de la elección presidencial. Dicen que Espinoza está dispuesto a llegar a estos extremos si él es candidato a gobernador. Todo esto se sustenta en la hipótesis, que manejan algunos encuestadores, de que el Frente para la Victoria entró en un declive que le hará muy difícil superar los 25 puntos en el orden global.
En el torrente de rumores que se extienden se siente también el silencio de Martín Insaurralde, que bajó notablemente su perfil en las últimas semanas y que sabe que le será casi imposible ahora ingresar en la carrera para gobernador en el Frente Renovador, ya que lo tiene a Francisco de Narváez firmemente instalado. ¿Se prepara Insaurralde para recluirse en su intendencia de Lomas o para otra operación, vinculada a la posible crisis en el PJ?
Algunos que hilan fino en Buenos Aires remarcan que la delicada situación del nuevo juez electoral de La Plata impuesto por el kirchnerismo, Laureano Durán, es otro disparador de una inminente crisis. En una causa no electoral, la Sala III de la Cámara Federal platense acaba de fallar que el procedimiento por el cual fue elegido Durán como subrogante por el Consejo de la Magistratura es ilícito, lo que convierte en nulas sus decisiones.
Si alguna resolución de Durán llegara apelada a la Cámara Nacional Electoral, ésta podría decir lo mismo y entonces el juez vital para el gobierno quedaría virtualmente marginado de resolver en cuanta cuestión electoral se presente. Por ejemplo, la justicia electoral platense decidió que el plazo para que los partidos presenten fichas de afiliación con vistas a presentarse a las elecciones este año vencería el pasado 31 de enero. Esto debido a la carencia de personal para seguir procesando las afiliaciones una vez que se inicie el proceso electoral. La disposición, bastante arbitraria, ya habría sido objeto de algunos planteos judiciales y esto podría precipitar la crisis de Durán por su inexistente legitimidad.
Una crisis en el peronismo bonaerense, en las actuales circunstancias, podría ser un golpe mortal para CFK, porque se espejaría inmediatamente en media docena de provincias cuyos gobernadores del PJ no se sienten seguros de acompañar al FpV hasta el final.
El PRO, una bomba de tiempo
Claro está que los presagios de un tembladeral no sólo acechan al mundo peronista. En el PRO la tensión entre Mauricio Macri y Gabriela Michetti no cede.
Y hay distintas especulaciones acerca de en qué terminará todo esto. Los esfuerzos de Macri para evitar que la senadora pueda ganar la primaria son demasiado públicos y notorios, ya que no sólo todo el aparato oficial trabaja para Horacio Rodríguez Larreta, sino que se armaría para la primaria una Junta Electoral con la exclusión del michetismo. Una pregunta es qué pasaría si, pese a esto, Michetti le gana a Rodríguez Larreta. El efecto podría ser demoledor para la candidatura presidencial de Macri, ya que quedaría claro que su sucesora no le responde. Y si Michetti, ya vencedora, criticara al círculo áulico del jefe del PRO, este efecto sería aún más devastador para él. Esto sin hablar de la posibilidad, poco probable, de que haya una ruptura previa a la primaria. En síntesis, la viabilidad de la candidatura presidencial de Macri, a esta altura, depende en buena medida de que su jefe de gabinete gane la primaria y luego la elección general.
