Por Walter Curia, Periodista/El Cronista.-
El diputado Jorge Landau ha dicho que él habla por sí mismo y no por el Gobierno. Landau posteó ayer un mensaje en Facebook con una para nada velada advertencia a los jueces y fiscales que participarán en la marcha del próximo miércoles.
Dijo allí Landau, explícito: "Me pregunto si los jueces que participen de la marcha habrán meditado respecto a la actitud que tomarán cuando sean recusados por intervenir en cuestiones políticas llevadas a su consideración por los mismos dirigentes políticos opositores que son habituales litigantes ante sus estrados. ¿Habrán pensado en lo que significa la independencia del Poder Judicial y que con esas acciones partidizan su actividad judicial?".
Jorge Landau es titular de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo y desde hace largos años apoderado del PJ y su estilo, es sabido, está muy lejos del estilo que cultiva el Gobierno. Así fue que muchos se sorprendieron cuando asumió el encargo de leer, el 22 de enero pasado, el documento del Justicialismo cuyo único objetivo era "la defensa del Gobierno", como lo definió uno de sus firmantes, a pocos días del hallazgo del cadáver de Alberto Nisman.
Ante el estupor general que despertó la muerte del fiscal, el peronismo reclamó entonces "el cese del uso de la mentira, la calumnia y la difamación como herramienta política al servicio de oscuros intereses", y denunció una "clara actitud golpista" de jueces, fiscales y medios. En "El arte de la mentira política", de 1733, Jonathan Swift ya advertía sobre los riesgos de superar ya no los límites de la verdad sino de lo verosímil.
Landau sostiene que la iniciativa de su post fue personal y asegura que el argumento surgió de un diálogo informal con un grupo de jueces que se manifestaron preocupados por las consecuencias de la marcha en su futuro personal. Dice además que la frase del post fue extractada de una entrevista ofrecida a la agencia oficial Télam de un día antes y escogida por sus asesores. Y que nunca creyó que tendría la repercusión que tuvo.
Le creemos a Landau. Le creemos incluso que su posición es individual y no orgánica y que no está recibiendo instrucciones desde el Poder Ejecutivo, como ocurre con la enorme mayoría de los legisladores del oficialismo, donde escasea la voluntad personal y hasta en ocasiones la objeción de conciencia. Sin embargo el propio Landau no puede sino admitir que su mensaje actúa como un fuerte disuasivo a concurrir a la marcha destinado al corazón del Poder Judicial.
¿Cómo podrían influir las declaraciones de Landau ya no en jueces y fiscales, espíritus más templados, sino entre los simples empleados del Poder Judicial, con intenciones de participar?
No hay que olvidar que en el fondo la convocatoria es para honrar la memoria de un fiscal muerto en circunstancias aún nada claras, un hecho que desde la máxima investidura se denunció primero como un suicidio y luego como un homicidio.
El mensaje de Landau forma opinión puertas adentro del oficialismo, dominado por el desconcierto desde la muerte del fiscal Nisman. Ocupa a su manera un vacío: con la Presidenta de viaje y distraída con los tuits, no había una posición común sobre cómo hacer frente a la movilización, que se anuncia como un hecho político (no podría dejar de serlo) de dimensiones desconocidas.
Pero el kirchnerismo suele ser su propio lobo. Cualquier posición amigable desde el Gobierno con la marcha podría parecer invalidada después de la inesperada advertencia de Landau. Aunque sume millones, la movilización, y su voluntad de esclarecimiento del crimen de Nisman, será algo ajeno al Gobierno. Como un designio, el kirchnerismo deberá enfrentar en la calle su última batalla con la justicia.
La Presidenta fijará posición seguramente hoy durante el anunciado acto con videoconferencia desde el Salón de las Mujeres, que incluiría paseos por los patios interiores de la Casa Rosada, intercambio con la militancia y la presentación de una línea ferroviaria renovada, su último refugio.
