Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
Es clave en la política actual la influencia de las redes sociales Facebook y Twitter, como se demostró en la primavera árabe, y también el papel decisivo que jugaron para Barack Obama en sus dos triunfos presidenciales. En ambos, el actual presidente usó las redes científicamente, a diferencia de los candidatos republicanos, que no las privilegiaron.
En el caso del plebiscito por la independencia de Escocia, las redes sociales marcaban un claro favoritismo hacia el SÍ, sobre todo por el empuje del país de las tierras altas cuyo héroe histórico es William Wallace. El SÍ era ampliamente mayoritario en Facebook y Twitter pero finalmente el NO ganó por 10 puntos, es decir, el 55% contra el 45%, lo que hace interesante el análisis para las elecciones presidenciales del año próximo en nuestro país. En efecto, si se procesan las menciones en Facebook y Twitter es común ver la reproducción de fotos de Sergio Massa con Néstor Kirchner, con Cristina y con Boudou, como muestra de una tendencia marcada.
Una mayoría de usuarios no politizados
Los macristas, junto con los seguidores de Elisa Carrió y los radicales, están instalando que “Massa es K”. Hasta se hicieron encuestas sobre la intención de voto en las dos grandes redes sociales y el resultado fue que el 91% votaría una fórmula encabezada por Macri, seguido de un radical. Esta tendencia abrumadora fortalece el entusiasmo en las redes sociales para una confluencia no peronista en las próximas elecciones. Hay que tener en cuenta en este sentido que un reciente estudio resaltó que de 24 millones de usuarios que tiene Facebook en la Argentina se calcula que sólo 2 millones de éstos postean sobre política nacional. La amplia mayoría de los mismos es de clase media-media y clase media-alta, que es muy minoritaria en relación a la clase media baja, que predomina en el segundo y tercer cordón del conurbano bonaerense.
Se trata, en general, de usuarios que entran para encontrarse con viejos amigos y amigas o bien para encuentros duraderos u ocasionales y para postear fotos ligeras en ropas o bien bikinis. En fin, un público que se interesa muy poco en la política. De ahí que las conclusiones sobre el triunfo del no peronismo en las elecciones presidenciales del 2015 haya que tomarlas con pinzas. Esta prudencia se refuerza por lo que pasó recientemente en el referéndum escocés. Esto no quiere decir que podamos ignorar una realidad: los ciudadanos que están hartos del peronismo en todas sus variantes han aumentado mucho, pero de ahí a ganar una elección presidencial hay por ahora bastante distancia.
