Por Fernando Gonzalez: Director Periodístico/El Cronista.-
La tentación es jugar a la política de bajo vuelo. El kirchnerismo aceptó ayer llevar a su análisis en comisión el pedido opositor para iniciarle un proceso de Juicio Político a Amado Boudou. La trampa está a la vista. El oficialismo impondría hoy su mayoría en ese cuerpo de la Cámara de Diputados y bloquearía la iniciativa evitando exponer al Vicepresidente en desgracia judicial que acaba de ser procesado en la sensible causa Ciccone.
Con esa maniobra, más la expectativa por la negociación con los fondos buitres y el Mundial de Fútbol, se conforma el crimen perfecto. El Gobierno está convencido que el caso Boudou puede pasar así a un segundo plano y evitar el costo político que le está generando la crisis de credibilidad derivada del escándalo. Quizá sea ingenuo expresar el deseo. Pero sería un acto de salud institucional que el Gobierno acepte la discusión parlamentaria sobre la responsabilidad del Vicepresidente en una iniciativa tan sospechada como el uso, salvataje y estatización de la ex Ciccone Calcográfica.
Así, el kirchnerismo podría salvar su imagen y defender en serio a Boudou, al que aún protege como si fuera la víctima de una supuesta conspiración política, judicial y empresaria.
