Por Diario HOY.-
Un rato antes de que comenzara el partido de la Selección Argentina, la presidenta Cristina Kirchner volvió a hacer uso de la cadena nacional para anunciar una medida que no hace más que mostrar el fracaso de su gobierno.
Concretamente, la presidenta dijo que enviará un proyecto de ley al congreso nacional para instrumentar una nueva moratoria previsional, con el objetivo de que puedan jubilarse aquellas personas que no reúnen los años de aportes previstos en la legislación vigente debido a que no tienen empleo o trabajan en negro.
Obviamente, nadie puede estar en desacuerdo en que aquellas mujeres que llegan a los 60 años y aquellos hombres que cumplen 65, que no cumplen con los requisitos para jubilarse, reciban algún tipo de ayuda para evitar que quedar socialmente postergados durante su vejez. Ahora bien, el hecho mismo de que existan miles de personas en esta situación, demuestra que la última década nada tuvo de ganada. Representa la muestra palpable de cómo el gobierno K dilapidó de la forma más infame, con clientelismo y corrupción, los recursos económicos sin haber generado mínimas condiciones para que haya trabajo genuino en nuestro país.
Si ello hubiese ocurrido, estas personas que ahora tienen que ser asistidas y que terminarán percibiendo un haber ínfimo (no llega a cubrir las necesidades básicas que requiere una persona para no ser pobre), hubiesen podido realizar los aportes correspondientes.
Fiel exponente de su relato de fantasía, la presidenta optó por un discurso que no resiste ningún tipo de análisis. Afirmó: "Esto permitirá la universalización del sistema previsional argentino". Y destacó que la iniciativa "beneficiará" a 470 mil personas fuera del sistema previsional. También anunció la universalización de la Tarjeta Argenta, que pasará a servir como identificación para los trámites de los jubilados.
La moratoria vigente hasta el presente permitía incluir aportes no ingresados hasta septiembre de 1993, y el nuevo plan extiende ese plazo con el fin de lograr "la universalización", aunque CFK aclaró que "la prioridad la tendrá la franja de mayor vulnerabilidad social".
La presidenta advirtió que la ANSES se ocupará de verificar que este objetivo se cumpla para que "sea justo y equitativo" porque en la primera etapa "mucha gente que tenía buena posición económica, tuvo su jubilación, y está bien que lo hayan hecho, pero es la misma gente que te critica".
"La clase media es la más beneficiada y es la que más se queja", aseguró.
La realidad, como siempre, se encarga por sí sola de desmentir a la presidenta. “Hace 15 años, solamente el 17% de los jubilados de la Argentina cobraban la jubilación mínima (que actualmente se ubica en $2757), ahora la perciben el 70% de los integrantes del sistema previsional. El sistema de jubilaciones de la Argentina se ha convertido en un sistema de subsidios a la vejez”, afirmó a Hoy Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires.
Semino remarcó que “el quid de la cuestión es establecer de donde saldrán los recursos para sostener esta moratoria. Lo que ha ocurrido hasta ahora es que los jubilados que estaban dentro del sistema, terminaron financiando a los que estaban afuera”, sostuvo el Defensor de la Tercera Edad. Por ello se produjo un achatamiento de la pirámide previsional, y una lluvia de juicios de jubilados que, masivamente, recurrieron a los tribunales para exigir un beneficio acorde a los que aportaron durante toda una vida de trabajo.
Actualmente, hay miles y miles de pasivos que, pese a tener una sentencia favorable de la Justicia, el gobierno se niega a actualizar su jubilación. Los pagos de las sentencias se realizan a cuenta gotas, utilizando una perversa estrategia: al ser personas mayores de edad, la administración K estira al máximo los plazos de pago esperando así que se mueran.
El pacto con el macrismo
El discurso difundido ayer cadena nacional fue el décimo quinto en lo que va del año. Junto a la primera mandataria estuvo el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y la vicejefa, María Eugenia Vidal, lo que demuestra la alianza entre el macrismo y los K. La estrategia de Casa Rosada es instalar la candidatura presidencial de Macri, construyendo una suerte de enemigo político natural del kirchnerismo, en la ilusión de que CFK va a ser la jefa de la oposición a partir de diciembre de 2015.