Por Sebastián Ortega y Franco Lucatini/Infojus Noticias.-
El clan Meyendorff, una de las organizaciones narcocriminales más importantes de Colombia, tiene un proceso en un tribunal de Nueva York. Pero también sufrió el embate de la justicia de su país: les confiscaron bienes por casi 700 millones de dólares. Ahora avanza la investigación contra una firma de contadores y testaferros.
La detención de Ignacio Álvarez Meyendorff en el aeropuerto de Ezeiza, en marzo de 2011, marcó la caída de una de las organizaciones narcocriminales más importantes de Colombia. A los dos años el capo fue extraditado a Estados Unidos, donde también se entregó su hermano Juan Fernando. Además del proceso iniciado en un tribunal de Nueva York, el clan Meyendorff sufrió el embate de la justicia colombiana: les confiscaron bienes por casi 700 millones de dólares. Ahora avanza la investigación contra una firma de contadores y testaferros.
En paralelo, la Justicia argentina desbarató una estructura de lavado similar que invirtió en Nordelta y Talar de Pacheco, dos countries de Tigre.
El fiscal Julián Quintana, jefe de la Unidad Nacional para la Extinción de Dominio y contra el Lavado de Activos de Colombia, la llamó el “operativo más grande” de incautación de bienes del narcotráfico. En mayo del año pasado, la Justicia colombiana confiscó 205 bienes ubicados en una veintena de ciudades del país por un valor de 700 millones de dólares. “Se trató de algunas sociedades en concreto pero también de semovientes: ganado de raza Angus, caballos Percherones y Cuarto de milla”, detalló el fiscal en conferencia de prensa. En un segundo operativo, se decomisaron otras 126 propiedades y 28 sociedades valuadas en más de 200 millones de dólares.
El principio del fin
La investigación había comenzado en 2011, poco después de la detención de Meyendorff –alias “Nacho” o “Gran Hermano”- en el aeropuerto Ezeiza, cuando regresaba de Tahití. A partir del entrecruzamiento de documentación y la intervención de los teléfonos de 18 testaferros los sabuesos descubrieron la utilización de sociedades falsas a través de las cuales compraban y vendían inmuebles con fondos del narcotráfico. Los investigadores no se quedaron con eso: ataron cabos y dieron con un estudio contable que manejaba las propiedades de la organización.
“Aún no se les ha abierto un proceso penal a estos contadores, se está investigando cómo se dio el manejo de dinero. Se trata de una firma real, de profesionales”, explicó a Infojus Noticias Santiago Martínez Hernández, periodista judicial del diario El Espectador, de Colombia. Según publicó el reportero, los abogados de la firma de contadores se acercaron a las autoridades para negociar una posible colaboración a cambio de un beneficio judicial.
“Estas personas le entregaban la plata a un tercero que compraba las propiedades en efectivo. También recibían bienes a cambio de las operaciones que hacían para otras organizaciones”, contó Martínez Hernández. El fiscal Quintana explicó que a partir de la disolución de los grandes carteles, las organizaciones narcocriminales “ya no trabajan articuladamente” sino que tercerizan parte de sus operaciones.
Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sostiene que la organización de los Meyendorff traficaba cocaína en submarinos y barcos para carteles mexicanos. También “colaboró con el capo de la droga colombiano Luis Caicedo-Velandia en el transporte de cocaína”, dice el informe.
Lavado de dinero: Colombia for export
Los andamiajes del lavado colombiano se replicaron en el Norte del Gran Buenos Aires. Un grupo de contadores y testaferros se encargaron de convertir el dinero del narcotráfico en una estructura financiera legal a través de inversiones inmobiliarias. Los fondos reingresaban al sistema formal y eran utilizados por el clan Meyendorff para realizar negocios lícitos y garantizar su resguardo económico.
La justicia argentina puso el ojo sobre nueve sociedades anónimas y embargó cerca de 900 millones de pesos, una quinta parte del dinero que la autoridad antilavado les incautó en Colombia. Otro capo narco con predilección por el country de Nordelta es Antonio Yepez Gaviria, también capturado en Argentina, y que utilizaba el mismo mecanismo para reciclar el dinero sucio: la construcción de hoteles y la compra de viviendas de lujo.
La estructura que utilizaron para lavar el dinero era similar en ambos países, sólo cambian los nombres de los contadores y arquitectos. El mecanismo para desbaratar a la organización criminal también fue gemelo: la Unidad de Información Financiera (UIF) argentina incluso intercambió datos con la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) de Colombia. Los investigadores desbarataron a la organización narcocriminal siguiendo la pista del dinero y las inversiones en ladrillos.
El avance de la justicia, sin embargo, fue mucho más veloz en la Argentina. En los tribunales federales de Lomas de Zamora, los 34 procesados (21 por narcotráfico, 13 por lavado) están al borde del juicio oral. Pero en Colombia aún no hay imputados formales de esta organización por el delito de lavado. Aunque la legislación les permite confiscar bienes y dinero antes de tener una sentencia firme, la justicia apenas se encuentra en la investigación preliminar.