Por La Capital.-
El procedimiento se materializó en 30 allanamientos simultáneos en los que participaron unos 350 efectivos que secuestraron unos 7 kilos de droga y que llegaron hasta la alcaidía.
Una veintena de detenidos, entre ellos el supuesto jefe de una banda narco y su esposa, fue el resultado de un operativo encabezado en Rosario y otras cuatro localidades del sur santafesino por la Secretaría de Delitos Complejos del Ministerio de Seguridad de la provincia y la Gendarmería Nacional. El procedimiento se materializó en 30 allanamientos simultáneos en los que participaron unos 350 efectivos que secuestraron unos 7 kilos de droga y que llegaron hasta la propia alcaidía de la Jefatura de la Unidad Regional II donde está detenido un hombre sindicado como uno de los principales operadores de la banda. Pérez, San Lorenzo, Arroyo Seco, Chabás y Rosario fueron escenarios de los distintos allanamientos comandados por la titular de la Secretaría de Asuntos Complejos del Ministerio de Seguridad, la comisaria Ana Viglione.
A ella la secundaron el titular de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), comisario Adrián Forni; y el jefe de la Dirección de Control y Prevención de Adicciones, comisario Sergio Gorosito, quiene con 250 policías y 100 gendarmes apresaron a 25 personas y secuestraron unos 5 kilos de cocaína, 2 kilos de marihuana, dos armas de grueso calibre y una fuerte suma de dinero que anoche era contada en el juzgado federal de Carlos Vera Barros.
Tras los muros. Lo sorpresivo de la investigación es que los elementos sumados por los pesquisas los llevaron hasta la celda 8 del pabellón B de la alcaidía de Jefatura, donde la TOE secuestró los celulares de Carlos Alberto “Betito” Godoy, un joven de 28 años concenado por el crimen de Roberto “Pimpi” Caminos y quien desde ese lugar “organizaba los envíos de estupefacientes a la banda regenteada por Walter Rivero”, detenido en su vivienda de Pérez según las fuentes oficiales. Para la investigación, este hombre y su mujer “administraban distintos búnkers de venta de estupefacientes en las localidades donde se produjeron los allanamientos”.
Mediante el tan usado efecto sorpresa, a partir de las 16.30 de ayer los hombres de la policía santafesina y Gendarmería pusieron en marcha el operativo. En Pérez, lugar en que viven Rivero y su mujer, los efectivos allanaron dos viviendas y un búnker. En una de esas casas fue apresada la pareja. “Sabíamos que estaba en la localidad pero no en que lugar y nos propusimos dar con él como fuera”, dijo en la afiebrada tarde la comisaria Viglione.
La primera incursión fue en una vivienda de Chiavarini al 800 y la segunda en Alem al 800, ambas de Pérez. En la primera casa unos 20 efectivos de Gendarmería demoraron a Victor G., un antiguo vecino de la cuadra que trabaja en un campo de Walter Rivero, en las cercanías de Zavalla, y que deberá explicar sus vínculos con la banda.
En Alem al 800, en tanto, se detuvo a un hombre apodado “Cui”, quien habría salido de prisión hace aproximadamente dos años y moraba temporalmente en una vivienda casi derruida con una mujer y tres pequeños niños. “Daban vueltas por el barrio, descalzos y muertos de hambre”, según contó un vecino de la cuadra. Al parecer, en esa casa apenas sostenida, funcionaba un lugar de venta de estupefacientes aunque no mostraba las típicas características de un búnker.
También las fuerzas conjuntas allanaron en Pérez un lavadero de autos perteneciente a un hombre conocido como “Pájaro” N., de unos 35 años. “Pasa de todo en ese lavadero así que pueden estar buscando cualquier cosa; autos robados, drogas, vaya uno a saber”, dijo un vecino sorprendido.
Un tipo conocido. Por otro lado y en referencia a Rivero, los lugareños comentaron que “siempre se dedicó a los autos, tiene un negocio de chapa y pintura, pero es conocido como narco. Hace años estuvo preso por que le imputaron la muerte de otro muchacho, El gordo Chaca”. Esta versión coincide con datos acerca de antecedentes que tendría el chapista por piratería del asfalto además de robo y desguace de vehículos, aunque no tendría anotaciones por narcotráfico.
La TOE luego se dirigió a un búnker de Tucumán al 900, también en Pérez. Allí se secuestró cocaína, marihuana y armas de fuego. Es una edificación con varias paredes contrapuestas, agujeros para introducir la mercancía y la particularidad de que sobre un tapial funcionaba un mangrullo en el cual un “soldadito” armado controlaba los movimientos de la larga calle de tierra lindante con el campo, la última calle de Pérez. “Es la primera vez que, si nos metimos a allanar, nadie se dio cuenta. Lo hicimos con mucho cuidado”, indicó un avesado policía.
Según Viglione, los “allanamientos se hicieron de acuerdo a lo prefijado: cuatro en Rosario, ocho en Chabás, 13 en Pérez, tres en San Lorenzo y dos en Arroyo Seco”. Y agregó que por las ramificaciones de la banda “se seguirán haciendo operativos durante el fin de semana”.
“Pudimos dar con documentación y celulares que nos lleva a presumir que esta banda tiene contactos en el exterior. La metodología era sencilla: desde dentro de la alaciadía un hombre (más tarde identificado como Betito Godoy) se comunicaba con quienes proveían de estupefacientes a la banda comandada por Rivero. Este preso les armaba la logística”, aseguró Viglione. Aunque la funcionaria no avanzó en quién era el contacto de Godoy fuera de prisión como proveedor de la banda. “Todos los detenidos son mayores de edad y pudimos descubrir que en Alem al 800 de Pérez se fraccionaban la marihuana y la cocaína. No se hallaron cocinas ni nada parecido, pero si este lugar que demuestra que manejaban un menudeo importante en las localidades cercanas a Rosario donde se hicieron los allnamientos”, dijo Viglione.
Para la funcionaria, la investigación “que duró dos años” fue la base del trabajo en conjunto de distintos organismos. “Un grupo de la Secretaría trabajo junto a la fiscalía federal a cargo de Marcelo Di Giovanni y se usaron todas las herramientas a mano: filmaciones, intervenciones telefónicas y otras que son de uso común en estos casos”, aseveró.
A última hora de anoche y al cierre de esta edición se seguía pesando la droga incautada y contabilizando el dinero hallado mientras el juez Vera Barros ordenó la incomunicación de Godoy, Rivero y su esposa como así también libró nuevas órdenes de allanamiento que se realizarían durante el fin de semana.
