Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
Entre las varias obsesiones que aquejan a nuestra presidente se encuentran los índices de pobreza que prohibió que se divulgaran la semana pasada cuando correspondía hacerlo.
Es que al blanquear la inflación con el nuevo IPCNU y acercarse a los índices de inflación que muestran todos los meses las consultoras privadas en las que se basa el índice Congreso y teniendo en cuenta la exigencia del Fondo Monetario Internacional de que se normalicen las estadísticas, esos índices se acercaron a la realidad. Pero en el mes de marzo, el IPCNU dio a conocer el 2,6%, casi un punto por debajo de las mediciones privadas. Y ya es un hecho que el Club de Paris sólo aceptará negociar si hay una auditoria del Fondo Monetario Internacional, por lo cual para el cristinismo ya no tiene sentido acercarse a la verdad en las estadísticas. De ahí que la presidente le diera al ministro de economía la orden de dibujar el índice de inflación de abril para que quede en 1,5%. Lo hizo en primer lugar para disimular el atraso cambiario que se está produciendo y en segundo para que no aumente el índice de pobreza que señala el observatorio de la Universidad Católica Argentina, que dio el 27% de pobreza.
Fabricando herencia
Ayer, el economista y político Martín Lousteau, tomando los índices de las pocas provincias que miden bien la inflación, determinó que el índice de pobreza es del 28%, pero el joven economista además sostuvo algo indigerible para el cristinismo: que durante el menemismo la pobreza fue del 26% contra el 28% actual, cuando todavía faltan 18 meses de recesión con inflación, que aumentarían exponencialmente ese índice que preocupa tanto a la presidente, tan preocupada por el legado que le piensa dejar a su sucesor. En tanto, insiste con su relato de los 6 millones de puestos de trabajos supuestamente creados por su administración, cuando en realidad fueron 4,4 millones, de los cuales cerca de 1,4 millones son empleos estatales, provinciales y municipales y los restantes 3 millones, en gran parte, fueron empleos en negro que se blanquearon. En el relato oficialista se habla entonces de 6 millones pero se olvida que más de un millón de empleos que creó en el interinato de un año y medio de Eduardo Duhalde, y en muchos casos se trató de empleos en negro que se blanquearon. Así es que quedan pocos logros que destacar, entre ellos principalmente la asignación universal por hijo, que ha quedado muy atrasada por la alta inflación, que este año se situará entre el 35% y el 40%, sin que todavía haya noticias sobre su actualización, porque no se quiere avanzar seriamente en la eliminación de los subsidios al gas, la electricidad y el transporte. En la eliminación de los subsidios al gas hay un pequeño ahorro para el Estado pero un aumento importante para los consumidores. Pero si se actualizara el precio real, podría suceder que la gente salga a las calles para protestar por ese gigantesco impuestazo. Ésta sería la razón por la cual el gobierno elimina subsidios moderadamente, para poder dejarle al que viene una pesada herencia.
